Durante 2021 el sector de elevación se fue redimiendo del impacto que supuso la llegada de la Covid-19 hace dos años, pero como explica José Carlos Frechilla, director general de la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda), la recuperación “no termina de concretarse, debido a la incertidumbre sobre la situación económica”. Aun con ello, desde la federación vaticinan que el ejercicio pasado va a finalizar con una facturación superior a los 3.100 millones de euros, un 2,5% más que en 2020, cuando alcanzó los 3.023 millones de euros.
El Observatorio Sectorial DBK Informa también presenta datos positivos. Para la auditora, las previsiones de evolución del mercado sugieren la recuperación de la tendencia de crecimiento, en un contexto marcado por la reactivación de la economía y el impulso de la inversión en edificación. De cara al cierre de 2021, la consultora apunta a un aumento del 3% en el valor del mercado total, lo que permitiría superar ya la cifra de 2019.
En opinión de la Federación Española de Pymes Ascensoristas (Fepyma), la industria vive una situación de “transición hacia lo que promete ser una década de crecimiento”. Ese desarrollo está impulsado por “la rehabilitación de los edificios sin ascensor, que ronda los 350.000, y la modernización del parque de ascensores, que supera el medio millón”, esgrimen.
Por su parte, desde la Asociación de Empresas de Componentes para Aparatos Elevadores (Aecae) expresan que, como fabricantes, “sufrimos un parón en 2020 por el estado de alerta, del que nos recuperamos a finales del mismo año”. En el seno de esta entidad ven el futuro “con optimismo”, aunque son conscientes de los grandes riesgos que existen. Así, prevén “un importante aumento de la demanda en los próximos años, que esperemos no se vea truncado por los problemas de suministros de materias primas, que hemos sufrido en los últimos meses, y por la subida de los costes de producción”.
Por su parte, en el Gremio Empresarial de Ascensores de Cataluña (Gedac) recuerdan cómo la crisis de 2008 puso al sector “en una situación muy difícil”. Juan Carlos Fernández, asesor técnico de la organización, indica que esta coyuntura propició que la industria girara hacia la rehabilitación y, por tanto, de forma directa hacia “la accesibilidad”. Actualmente, hay un “déficit de ascensores en las edificaciones existentes, sobre todo, en las realizadas en las épocas donde no existían normas que lo regularan”, afirma Fernández, el cual lamenta que “la obra nueva no crezca al ritmo deseado”.
Respecto a los segmentos que mejores evoluciones presentan, desde los organismos consultados destacan a la rehabilitación, el residencial, tanto en fincas con más de un vecino como en viviendas unifamiliares, y la accesibilidad.
Detrás del complicado 2021 se encuentran varios factores que lo explican. José Carlos Frechilla, de Feeda, apunta a que “la construcción de nuevos edificios está repuntando ligeramente al alza, pero estas son obras que, desde el comienzo del proyecto hasta que se instala el ascensor, lleva muchos meses de proceso”. Asimismo, según avanza Frechilla, “indicadores del sector inmobiliario informan de una cierta contracción”, pero a su parecer “la instalación de ascensores tiene y tendrá en el futuro un crecimiento sostenido”, ya que cada día la sociedad tiene más necesidades en materia de accesibilidad y movilidad. Además, la legislación “ampara, cada vez más, el derecho de las personas con alguna discapacidad o mayores a la accesibilidad en sus edificios”, lo que propiciará que este mercado “crezca, mantenga su capacidad productiva y aumente el empleo, incluso en pandemia”.
En Fepyma resaltan que el año pintaba bien, por la promesa de los fondos europeos, pero al final “apenas se han notado cambios”. Desde la entidad explican el ejercicio con el RD 298/2021 del 27 de abril, que trajo “por sorpresa una buena y mala noticia”. La positiva fue que el sector del ascensor va a contar con “una nueva vía para la certificación de técnicos de mantenimiento” y la negativa es que, a su juicio, se impone “una medida arbitraria y desproporcionada” hacia las compañías, que no tiene antecedentes en los países del entorno, como es “la obligatoriedad de que toda empresa de conservación, independientemente de su tamaño, tenga que disponer de un técnico titulado en nómina a tiempo completo”. Según Fepyma, esta norma producirá “la desaparición de micropymes del sector”, aunque esperan que la nueva ITC de ascensores corrija esa situación.
En Aecae destacan, para explicar la evolución de la industria en 2021, “los problemas de suministros, el encarecimiento de las materias primas y los costes de producción, en especial de los costes energéticos y salariales”. Eso sí, expresan, por el lado positivo, que la distribución de las vacunas “ha permitido regularizar el trabajo”. Además, informan que la entidad ya está reconocida como “una Agrupación de Empresas Innovadoras”.
Uno de los grandes retos del sector es lograr que la accesibilidad llegue al mayor número de viviendas posible. Conforme al estudio ‘La accesibilidad en las viviendas de España’, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios, solo un 0,6% de los edificios son universalmente accesibles. Con lo que a esta industria “le compete aportar soluciones” en este campo, indica José Carlos Frechilla de Feeda.
El director general de la organización explica que los trabajos más comunes que realiza el sector son la instalación de ascensores en edificios carentes de él, la instalación de elevadores y plataformas para salvar desniveles o escaleras, y la modificación de ascensores ya instalados para hacer que sirvan a más plantas o que lleguen a nivel de cota 0 o rasante. Estas actuaciones son, en ocasiones, “muy costosas, teniendo una repercusión económica por cada vecino o propietario muy alta”, afirma Frechilla, el cual se queja de que existen “diferentes planes de subvenciones y condiciones muy desiguales según cada comunidad autónoma”. Así, para el dirigente resulta “imprescindible que las administraciones promuevan, faciliten e impulsen las ayudas para estas actuaciones”.
En Fepyma ponen el énfasis en la necesidad de adoptar medidas “para cumplir la ley” por parte de las autoridades públicas, ya que a pesar de tener una legislación que obliga a la adaptación, “esta no se respeta”, protestan. Desde la entidad consideran “una verdadera pena ver que la mayoría de portales de los edificios de nuestras ciudades tengan bordillos en la entrada, que no son accesibles para personas que vayan en silla de ruedas”.
Desde Aecae son tajantes con esta problemática y reflexionan que esta realidad “no es propia de un país avanzado”, y ponen como ejemplo de buenas prácticas en este aspecto a Suecia. Además, admiten que, a pesar de que sus asociados trabajan en el diseño y fabricación de soluciones en el campo de la movilidad, “el mercado nacional no está suficientemente desarrollado”.
Otro punto de vista sobre la evolución de la accesibilidad en esta industria lo ofrece Juan Carlos Fernández, de Gedac, el cual incide en que uno de los objetivos futuros es que, desde todos los sectores implicados, “se tenga conciencia exacta de la importante función social que se cumple con dar la oportunidad a las personas de poder acceder a la calle y a sus viviendas, de su socialización e inclusión”.
Pero desde la entidad advierten que no parece que haya un interés claro en ese aspecto, ya que colocar un ascensor es “caro, complejo y difícilmente puede ser asumido por los vecinos”. Por ello, piden que los poderes políticos y económicos pongan a disposición de las comunidades de vecinos “amplias partidas de subvenciones” para la instalación, porque en la actualidad estas son “escasas y muy complejas”.
Para el buen funcionamiento de este mercado es importante que las administraciones públicas pongan en marcha ayudas o subvenciones, con el fin de incentivar la instalación de ascensores o la renovación de los mismos en edificios ya existentes. José Carlos Frechilla, de Feeda, señala que en España hay “un enorme parque de viviendas sin adaptar en materia de accesibilidad y se estima que existen más de 300.000 edificios de viviendas colectivas de dos o más plantas que no cuentan con ascensor, y en muchísimos de ellos es viable técnicamente instalar un ascensor”. Con ello, Frechilla argumenta que si las administraciones realizan “planes adecuados que fomenten las actuaciones, además de subvenciones, el sector tiene en la rehabilitación un importantísimo segmento de crecimiento sostenido en el corto y medio plazo”.
Igualmente, desde Aecae ven “un estímulo indudable” en la rehabilitación prevista de edificios sin ascensor. Asimismo, también señalan que la modernización de ascensores antiguos dispuesta en el futuro real decreto que aprobará la nueva ITC AEM1 “generará un gran volumen de negocio”.
En Fepyma reconocen que la Comisión Europea apuesta por la rehabilitación de edificios, pero “desgraciadamente solo se centra en la energética, marginando lo relacionado con la movilidad”. Para la entidad la prioridad debe ser “la accesibilidad universal y después o en paralelo la rehabilitación energética. Esperamos que las comunidades autónomas modulen las ayudas e incorporen, como ya ha hecho Castilla y León, medidas conjuntas”.
Por su parte, Juan Carlos Fernández, de Gedac, avisa de la paralización en la rehabilitación: “Las comunidades han aparcado sus proyectos y las grandes modificaciones y reparaciones de instalaciones existentes han quedado en suspenso”, explica. Otro problema del que se hace eco es que las comunidades de propietarios “están suspendidas” y los administradores de fincas recomiendan “no reanudarlas hasta tener la total seguridad sanitaria”.
Al preguntar a los profesionales por las actuales tendencias del sector, todos aluden a la apuesta por las nuevas tecnologías, con la conectividad y la digitalización liderando este campo. En consonancia con ello, José Carlos Frechilla, de Feeda, apunta que “la pandemia nos ha llevado, en un corto espacio de tiempo, a investigar, proyectar, fabricar y poner en el mercado, junto con la Fundación Once y la colaboración de Nayar Systems, un sistema por el que, sin tocar el pulsador exterior del ascensor, podemos llamarle para que acuda a la planta en la que nos encontremos”.
Igualmente, Frechilla nombra otros proyectos en los que están trabajando las empresas, como el que permite predecir averías y, así, los usuarios dispongan de un mayor uso del ascensor. Este sistema funciona a través de sensores que informan a la empresa conservadora de posibles incidencias para que las pueda solventar desde el centro técnico.
Juan Carlos Fernández, de Gedac, señala que “el ascensor inteligente” es la gran apuesta del sector. En este sentido, el asesor técnico avanza que en el horizonte “tenemos la aplicación de las nuevas tecnologías, con la conectividad y la digitalización a la cabeza, y con Internet en el fondo de todas ellas”. Para Fernández, el reto es “apasionante” y está “al alcance de la mano”, y relata que ya ha llegado la posibilidad de que un ascensor pueda autochequearse, aporte datos a los centros de control, avise de una posible avería, minimice su consumo energético y use las energías que se generen en sus desplazamientos, entre otros aspectos. Todo esto, en un futuro más o menos próximo, “llevará a modificar seriamente el mantenimiento, tal y como lo conocemos actualmente”, finaliza.
En Aecae también abogan por la innovación como “la plataforma global de mantenimiento predictivo y servicio de datos o ascensores energéticamente inteligentes que utilicen la conectividad de los ascensores”. Por su parte, desde Fepyma señalan que, como sector, “hay que aprovechar para digitalizar nuestra actividad”, en este tiempo. Desde la organización han propuesto al ministerio la implantación de un libro electrónico de mantenimiento de ascensores, similar al libro-taller que ya funciona en la industria del automóvil.
Así y todo, en la federación esgrimen que la conectividad y la digitalización “son una realidad”, aunque a su parecer harán falta muchos años para que sea algo mayoritario. Además, afirman que la inteligencia artificial y el mantenimiento predictivo basado en datos está en un estado “muy incipiente”.
También desde Fepyma y Aecae indican que, gracias a la pandemia, se han lanzado al mercado recientemente las botoneras virtuales, que permiten operar con el ascensor a distancia mediante el móvil. Igualmente, en las cabinas de ascensores se están integrando sistemas de ventilación y eliminación de virus y bacterias, aunque todavía de forma minoritaria. Eso sí, en Fepyma mencionan que estos sistemas “aportan ventajas como la eliminación de malos olores, que en un futuro serán un complemento cada vez más habitual”.
Desde los diferentes organismos consultados esperan con “buenas expectativas” la llegada del Fondo Europeo de Recuperación de la Unión Europea, conocido como Next Generation EU. José Carlos Frechilla, de Feeda, tiene “esperanza de que, con la llegada de estos fondos y el aumento en la confianza en la economía, se vuelvan a producir inversiones que faciliten las obras de nuevas edificaciones”.
Para tal fin, desde Feeda han elaborado tres proyectos sobre accesibilidad, ahorro energético y digitalización para participar en estos fondos. Eso sí, Frechilla insiste en que la Administración debe empezar a “conceder ayudas”, las cuales permitan instalar ascensores en edificios ya construidos, que no cumplan con los requisitos de accesibilidad, y para que los propietarios puedan realizar modificaciones en las instalaciones, con el fin de que “se beneficien de las nuevas tecnologías del sector y obtener ahorros energéticos que produzcan mejoras medioambientales”, señala.
En Aecae se quejan de que el despliegue de fondos europeos va “muy lento y no ha llegado todavía”. Eso sí, desde la asociación esperan “recibir financiación” de estos fondos para sus propuestas presentadas, y reconocen que a finales de 2021 se convocaron ayudas a clústers que suponían “un aumento importante”, respecto a otras.
En cambio, Juan Carlos Fernández, de Gedac, prefiere esperar a que se “vislumbren las propuestas” de estos fondos, aunque no espera que estos lleguen “a la accesibilidad con el protagonismo que esta deba tener”. Además, incide en que “someter una rehabilitación a una mejora energética no es una prioridad para muchas comunidades” y lo que nadie duda es que “la falta de ascensor significa una disminución en la calidad de vida y esas actuaciones deberían tener preferencia”. Asimismo, argumenta que se debería considerar cuáles son las obras más demandadas y entre ellas, en su opinión, estarán seguro “la accesibilidad y la supresión de barreras arquitectónicas”.
Por último, en Fepyma se lamentan que la presentación de su proyecto tractor al Ministerio de Industria, en respuesta a una manifestación de interés, no haya tenido continuidad. Por ello, piensan que los ecosistemas industriales autónomos, como el sector independiente del ascensor, deben ser “promocionados y protegidos” desde el Gobierno a través de un “proyecto estratégico específico”.
Hay esperanza en que 2022 sea bueno, aunque todo dependerá de cómo evolucione la pandemia. José Carlos Frechilla, de Feeda, confía en dos factores para corroborar esos augurios: uno es “la llegada de los fondos europeos a lo largo de este año”; y el otro, “el crecimiento orgánico de nuestra actividad”, esgrime. Frechilla recalca que las ayudas europeas van a “dinamizar y dar un fuerte impulso al sector, ya que hay aspectos que necesitamos mejorar, sobre todo en materia de digitalización e industrialización”.
En Fepyma prevén una década de los veinte con perspectivas “muy positivas”, debido a la rehabilitación de edificios y la modernización del parque de ascensores. Por su parte, en Aecae indican que su sector de fabricación de componentes del ascensor sigue siendo netamente “exportador, muy competitivo” y, gracias a los planes de inversión, esperan “aprovechar el repunte económico”. Eso sí, recuerdan que en junio de 2020 ya identificaron “los riesgos inflacionarios y de suministros que vendrían después de la finalización de la pandemia por el efecto rebote”.
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Este artículo se puede leer de forma íntegra en el nº 574 de CIC, págs. 40 a 43.
El proyecto, denominado Balin, forma parte del programa Hazitek de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI, del Gobierno vasco.
“Tenemos que ser exigentes y pedirle a la Administración que nos dé garantías. Y la garantía puede ser en forma de certificado de sostenibilidad, seguro trienal u otra que valide la propia Administración”, afirma el presidente de Cepco.
Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
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Saint-Gobain, especialista en construcción ligera y sostenible, en colaboración con Green Building Council España (GBCE), han organizado la jornada ‘Soluciones para una edificación descarbonizada’.
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La jornada ‘Rehabilitación. Por un edificio habitable y accesible’ se ha celebrado este 14 de noviembre en la sede oficial del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.
Esta iniciativa reúne a los grandes profesionales del sector, comprometidos todos ellos con la misión de ayudar a las familias que han visto sus hogares devastados.
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