La construcción en madera se abre paso. Los motivos son numerosos, pero entre los principales destacan los avances tecnológicos en los productos para la edificación con este material o los objetivos de descarbonización, que inducen al uso de materiales más sostenibles y energéticamente eficientes. Una necesidad que va impregnando la legislación que concierne al sector. Pero hay otro factor que, sin duda, está acelerando el crecimiento de la construcción en madera, así como el de la cadena de valor, que abarca desde el bosque hasta el edificio: el despegue de la construcción industrializada. Un ámbito en donde el encaje de la madera es óptimo.
El ascenso de la construcción industrializada en los últimos años es una consecuencia de la crisis de los sistemas tradicionales, cada vez más costosos desde un punto de vista económico, social y medioambiental, que tienen importantes dificultades para responder a la demanda de vivienda que la sociedad requiere. En este contexto, se abren oportunidades para este modelo en el que buena parte del proceso de construcción tiene lugar en una fábrica.
La construcción tradicional atraviesa un período difícil. Por un lado, afronta un grave problema estructural: el relevo generacional. No encuentra mano de obra suficiente para reemplazar a quienes se jubilan. Por el otro lado, los requerimientos a las nuevas construcciones siguen aumentando y, con ello, la complejidad de su ejecución; también las exigencias normativas sobre seguridad y salud, respecto a la gestión de residuos, etc. Todas estas circunstancias hacen más complejos y costosos los procesos tradicionales de construcción. A consecuencia de ello, se acelera el desarrollo de la industria de la construcción prefabricada, que permite aumentar la calidad sin incrementar los ya de por sí elevados costes.
La industrialización facilita los procesos de fabricación de elementos constructivos complejos. Entre sus ventajas se encuentran también el aumento de la productividad o posibilitar la integración de la mujer en el sector de la construcción, algo muy necesario ante el déficit de personal.
En el aspecto operativo, la construcción industrializada permite una mayor rapidez de ejecución, una mejor planificación y control tanto del proceso de obra como de los costes; hace posible trabajar en seco, produce menos residuos en las obras (que son más limpias y menos molestas para los vecinos) y facilita la introducción de mejoras en la seguridad de los trabajadores.
En este escenario, la madera está llamada a recuperar el protagonismo que ha tenido a lo largo de la historia de la arquitectura, puesto que es un material idóneo para la construcción industrializada. Ligero, versátil, fácilmente manejable y mecanizable, posee muy buenas propiedades térmicas y acústicas. De indudables cualidades estéticas, la madera encaja, además, en las nuevas tendencias arquitectónicas y urbanísticas, como la arquitectura biofílica o la renaturalización urbana.
A ello hay que sumar las ventajas de tipo medioambiental, económico y social derivadas de una gestión sostenible de los recursos forestales, que llevan aparejadas la creación y consolidación de una industria en base a un recurso natural y abundante como la madera. Entre ellas está la protección de los bosques (principales sumideros de carbono), la generación de empleo verde o el fomento del desarrollo rural.
Por último, un mayor uso de la madera en la construcción facilita la adaptación a la normativa europea, encaminada en los últimos años a reducir las emisiones contaminantes de los edificios —responsables del 38% del CO2 de la atmósfera — con el gran objetivo de cero emisiones netas en 2050.
Políticas comunitarias de impulso hacia la nueva economía, como la New European Bauhaus, en las que la sostenibilidad es un pilar fundamental, van a propiciar un mayor protagonismo de la madera. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha declarado que “la madera puede desempeñar un papel clave en la transformación del entorno construido en un sumidero de carbono”.
Sin embargo, este aumento de la demanda de edificios de madera no va acompañado de suficientes profesionales especializados en construcción con este material que la satisfagan.
Aunque existe cierta oferta de enseñanza superior sobre arquitectura con madera, resulta llamativo el vacío en la formación profesional: no se enseña a construir con madera. No hay centros que surtan de profesionales cualificados para trabajar en obras con madera y, más en concreto, en la construcción industrializada con madera. Lo que es más, no existe un sistema acreditado de formación profesional que respalde la construcción con madera.
Para cubrir este hueco surge Maderaula, iniciativa que integra a una red de empresas y alumnos especializados en la construcción en madera con capacidad de dar respuesta a las necesidades presentes y futuras del sector. Maderaula tiene el ambicioso objetivo de suministrar al mercado personal cualificado capaz de responder con garantías, de una manera segura y eficaz, a la paulatina demanda en este tipo de construcciones.
Así, esta plataforma auspiciada por la Fundación Cesefor ha formado ya a casi 1.000 alumnos, mediante más de 40 acciones realizadas, tanto cursos online como presenciales, en diferentes puntos de nuestra geografía.
Maderaula imparte una enseñanza eminentemente práctica y especializada, con la finalidad de capacitar a los diferentes agentes que intervienen en el proceso de construcción de un edificio de madera con las habilidades y conocimientos necesarios para su adecuada actuación, y siempre en un periodo reducido de tiempo.
Estos cursos especializados abarcan todo el ciclo de la construcción industrializada con madera, principalmente entramado ligero, desde la etapa de diseño, prefabricación y montaje, a los detalles constructivos a considerar para lograr edificios de consumo de energía casi nulo. Los alumnos también disponen de los materiales de construcción y las herramientas de corte necesarias para fabricar un prototipo de edificio e, incluso, tienen la oportunidad de realizar el montaje.
Un paso más en el recorrido de esta necesaria propuesta será la próxima creación del Centro Maderaula, en Soria, llamado a convertirse en la referencia de la construcción con madera en España. Un espacio único donde se impartirá formación para el sector empresarial y profesionales en activo de todo el territorio nacional.
El edificio se construirá con productos tecnológicos de madera de coníferas autóctonas locales, entre ellos madera laminada encolada y tablero contralaminado, lo que implica un bajo impacto ambiental.
Otro problema que tiene el sector de la construcción con madera y toda su cadena de valor es la enorme dispersión que existe en lo que a la información y el conocimiento se refiere, así como una carencia alrededor de las figuras de agrupación y asociación.
Motivado por estas carencias y por el incesante aumento de la presencia de la madera en la edificación, surge Club Madera, una comunidad de empresas, entidades y profesionales altamente cualificados ideada para dar respuesta a la creciente demanda de edificios de consumo energético casi nulo y bajas emisiones de carbono mediante sistemas de construcción en madera.
Club Madera, que será presentado en Fimma Maderalia, tiene como objetivo reunir en un mismo espacio a los principales actores de la construcción en madera para promover la innovación y la sostenibilidad en una industria pujante y llena de retos. Un espacio abierto para enamorados y nuevos usuarios de la madera, donde encontrarás los recursos, los productos y servicios que necesitas para hacer realidad tu proyecto.
Entre los beneficios de ser miembro de Club Madera se encuentran el acceso a los planes de formación de Maderaula, la asistencia a eventos de diversa índole (webinars, networking, visitas a obras…) o la participación en el montaje de un prototipo real de construcción industrializada con madera. Además, quienes se sumen a esta comunidad abierta podrán estar en contacto con todos los socios y promotores de la plataforma —agentes de referencia en el sector — y disponer del espacio virtual donde podrán dialogar con posibles colaboradores, encontrar productos o conocer las novedades del sector y los proyectos de construcción más innovadores.
En resumen, existen diferentes razones por las que la construcción con madera se está abriendo camino. El ascenso de la construcción industrializada, el desarrollo tecnológico de sistemas constructivos y materiales o la necesidad de descarbonizar el sector se encuentran entre las más relevantes. El resurgimiento de la madera para la edificación comporta una serie de beneficios medioambientales, económicos y sociales, que constituyen una gran oportunidad que, desde el sector, hemos de ser capaces de aprovechar.
Para ello, se antoja imprescindible contar con profesionales altamente cualificados que conformen una oferta amplia y de máxima calidad. Como también deviene necesario disponer de una estructura gremial de la construcción con madera a escala nacional que fomente el intercambio y la cooperación interna y a su vez represente los intereses del sector hacia el exterior. Iniciativas como Maderaula y Club Madera surgen para canalizar estos desafíos.
Este artículo aparece publicado en el nº 593 de CIC, págs. 62 y 64.
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