Dentro de cada sector, en el ámbito empresarial, existe una figura conocida como clúster. Se trata de una agrupación de diferentes empresas y/o instituciones relacionadas entre sí que colaboran y cooperan para poder elevar el nivel de competitividad de un sector e incluso potenciar su innovación, además de impulsar a las compañías que están dando sus primeros pasos.
Si miramos al campo de la construcción, es innegable la influencia y relevancia de los clústeres, ya que se han convertido en un recurso fundamental para poder plantar cara a todos los cambios y retos de un sector que no deja de evolucionar, y en el que la competitividad es cada vez más feroz. Gracias a estas agrupaciones, las pequeñas y medianas empresas, las PYMES, pueden acceder a recursos y posibilidades inalcanzables por su propia cuenta, a la vez que comparten conocimientos y acceden a nuevas oportunidades de negocio que las pueden catapultar al éxito. Pero, ¿qué ventajas aporta formar parte de un clúster en el ámbito de la construcción? Vamos a verlo.
Ya hemos adelantado que formar parte de un cluster de la construcción como BUILD:INN es algo que permite alcanzar un nivel de competitividad muy elevado en poco tiempo, por no hablar de las colaboraciones, sinergias y oportunidades. Siendo el de la construcción un sector tan reñido y en el que hay tanto gigante, puede parecer que las pequeñas y medianas empresas no tienen forma de crecer y plantar cara, pero nada más lejos de la realidad. Es precisamente la figura del clúster la que les ayuda a recibir el impulso que necesitan para crecer y destacar.
¿Cómo? Con esas ventajas que vamos a ver a continuación:
En un clúster, las empresas tienen acceso a nuevas tecnologías y prácticas innovadoras que pueden transformar por completo sus operaciones. Por ejemplo, poder compartir herramientas avanzadas que les permitan utilizar sistemas de construcción sostenible aumenta su eficiencia a la vez que les brinda una imagen mucho más sólida de cara al público. Algo que permite incluso a las PYMES posicionarse como líderes en modernización y sostenibilidad dentro de un sector tan titánico como es este.
Pertenecer a un clúster amplía el alcance comercial de cualquier empresa, facilitando la entrada a nuevos mercados de carácter tanto nacional como internacional. Además, estas redes fomentan la colaboración, la innovación y el crecimiento en un entorno competitivo, multiplicando las oportunidades para establecer alianzas estratégicas y potenciar el intercambio de ideas. De hecho, los clústeres suelen tener programas específicos que fomentan la internacionalización.
La interacción constante con otras empresas, como también con instituciones, universidades o centros de investigación, hace que el clúster fomente el aprendizaje y crecimiento continuo de las empresas que forman parte de él. Para las compañías más recientes y pequeñas, esto brinda acceso a un sinfín de recursos como proyectos de investigación, talleres o formaciones que refuerzan sus capacidades a nivel administrativo y técnico, elevando su competitividad, su eficiencia y sus posibilidades a la hora de innovar y crecer.
Como ya hemos adelantado, los clústeres de la construcción también fomentan las prácticas sostenibles en la construcción. Las empresas pueden implementar soluciones ecológicas, como el uso de materiales reciclados y tecnologías de eficiencia energética. Además, estas agrupaciones suelen promover iniciativas de impacto social, ayudando a las compañías a mejorar su reputación y a cumplir con las expectativas de clientes y reguladores en materia de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa.
Aunque el de la construcción es un sector altamente competitivo y las PYMES se enfrentan a grandes desafíos que limitan considerablemente su sostenibilidad y crecimiento, los clústers son un apoyo fundamental. Formar parte de uno brinda innumerables ventajas de las que aquí hemos visto las más importantes, pero que principalmente permiten a empresas más pequeñas codearse y competir con las más grandes.
Este tipo de agrupaciones dan vitalidad al sector, refuerzan la competitividad y contribuyen a construir un modelo de negocio mucho más sostenible, innovador y justo para todas las partes implicadas. En definitiva, son el trampolín clave para las compañías más jóvenes.
Entre sus novedades, destaca Zarci, su gama de porcelánico que reproduce con gran realismo el mármol que le da nombre a la colección.
Este año, un 36% de la exposición comercial será internacional, lo que, según los organizadores del evento, evidencia el interés que despierta el mercado español y su área de influencia en el sur de Europa y el Mediterráneo.
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