“El cambio climático se ha convertido en un reto doble para el sector de la climatización”. Con esta declaración, explica el director de Negocios de Eurofred para España, Portugal y Latinoamérica, Santiago Perera, una realidad cada vez más palpable. “Por un lado, el aumento de las temperaturas a nivel global ha incrementado significativamente la necesidad de integrar sistemas de climatización más potentes en áreas donde ya se requerían y, además, ha crecido la demanda de climatización en nuevos territorios en los que tradicionalmente no necesitaban aire acondicionado en verano”, añade en respuesta a las preguntas planteadas por CIC.
En la misma línea se ha pronunciado Mikel Argoitia, director técnico, I+D y Marketing de Domusa: “El aumento de las temperaturas globales ha incrementado la necesidad de refrigeración en climas cálidos y de calefacción en climas fríos”. “Esto, combinado con el aumento en los costos de energía y la presión por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, está acelerando la adopción de tecnologías que optimizan el consumo energético”, explica en referencia a una segunda crisis, la energética.
“En cierto modo, debido a una mayor conciencia medioambiental, pero también por la situación económica que vivimos actualmente, cada vez más, los consumidores buscan soluciones de climatización más eficientes, que puedan cubrir sus necesidades durante todo el año y generen un ahorro en su factura energética”, apunta el director comercial y de ventas de Daikin AC Spain Javier Mendoza, quien recuerda que actualmente en España uno de cada cinco hogares ya utiliza un sistema de climatización basado en energías renovables, como la aerotermia y la geotermia. Además, remarca que lo esperable es que la demanda de este tipo de soluciones se multiplique notablemente en Europa en los próximos años.
En Junkers Bosch son muy conscientes de que el cambio climático ha incrementado “la necesidad de sistemas de climatización eficientes” y, esto unido a la mayor sensibilidad de los consumidores con la protección de medioambiente, “se traduce en una creciente demanda de sistemas que ofrezcan un balance óptimo entre confort y ahorro de energía”.
Esta situación, sostiene Carlos Montoya, Product Manager y AC Academy de LG, “ha llevado a las administraciones públicas a promover la transición energética mediante subvenciones para la instalación de sistemas renovables, en respuesta al incremento de la demanda de opciones de calefacción más sostenibles y eficientes”. Y aporta un dato: la instalación de soluciones de aerotermia “lleva dos años consecutivos creciendo en torno al 40%. Un incremento exponencial con un largo recorrido por delante, ya que las ventas de bombas de calor en nuestro país aún siguen estando por debajo de la media europea”.
La aerotermia es, efectivamente, una de las alternativas que más en auge está en el sector de la climatización. En Luymar, uno de los valores más relevantes desde sus inicios ha sido apostar por la eficiencia energética y la sostenibilidad de sus equipos. Su consejero delegado, Luis de Mesa, enumera las soluciones más novedosas que ya utilizan: “Motores EC, controles avanzados y uso de tecnologías avanzadas como el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), que permiten la optimización del uso de los mismos, todo ello cumpliendo con la normativa vigente en cada momento”. “Además, los precios de la energía y las normativas que impulsan la sostenibilidad están empujando a los usuarios a buscar tecnologías más avanzadas, como la ventilación mecánica controlada (VMC) y las bombas de calor”, apostilla Juan José Pérez, Product Manager de Siber ONE.
“Tanto el cambio climático como la crisis energética han impulsado a hogares, empresas y gobiernos a buscar sistemas más eficientes para reducir el consumo energético. Esto ha llevado a un crecimiento en la demanda de tecnologías de climatización que utilizan energías renovables o que integran soluciones avanzadas de eficiencia”, recalca Carlos Rico, director técnico y de producto de Zehnder Group Ibérica. “Esta situación está llevando a los consumidores y las empresas a buscar soluciones que combinen eficiencia y sostenibilidad con el máximo confort. En Panasonic, estamos invirtiendo en innovación para responder a esta demanda”, afirma Alejandro Pineda, Senior Product Marketing Manager Hydronics de la marca.
“La preocupación de la sociedad frente al cambio climático es un tema central desde hace años. Es una tendencia clara la descarbonización y también la electrificación del sector climatización, por ejemplo, con una mayor implantación de la bomba de calor en el ámbito residencial, junto al desarrollo de tecnologías que aprovechan los gases renovables como el hidrógeno o el GLP”, dice el director general de Ziehl-Abegg Ibérica, Alfredo Rodríguez.
“Las normativas actuales están jugando un papel clave en la transición hacia sistemas de climatización más sostenibles”, sentencia desde Daikin Javier Mendoza. “Estas regulaciones promueven el uso de energías renovables y el cumplimiento de los objetivos de descarbonización de la Unión Europea, obligando al sector a reducir su dependencia de combustibles fósiles”, relatan desde Bosch.
Durante el pasado año 2023, se establecieron nuevos estándares en torno a la calificación mínima de Eficiencia de Energía Estacional (SEER) y de Factor de Rendimiento de Energía Estacional (HSPF) en diferentes regiones. A su vez, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) o la Directiva Europea de Eficiencia Energética obligan a que los nuevos edificios cumplan con estándares más estrictos de eficiencia energética y uso de energías renovables, recuerdan en Eurofred.
“Las normativas europeas y nacionales, incluyendo el Código Técnico de la Edificación (CTE) y el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE), impulsan tecnologías como la aerotermia y el uso de gases refrigerantes más respetuosos con el medio ambiente, cumpliendo con la normativa F-gas”, enumera Carlos Montoya, de LG. “Por otro lado, se están estableciendo estándares cada vez más estrictos en cuanto a la eficiencia energética y la reducción de emisiones”, como la normativa NZEB (Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo) en Europa, continúa. Finalmente, se están utilizando incentivos y desincentivos económicos para acelerar esta transición. En definitiva, las normativas vigentes están actuando como motor de cambio hacia un futuro más sostenible en el ámbito de la climatización”, afirma.
“En muchos países, se promueve el uso de energías renovables y la reducción de la huella de carbono mediante incentivos fiscales o subvenciones para la instalación de sistemas de climatización eficientes. En España, existe un programa de ayuda a las actuaciones de mejora de la eficiencia energética en viviendas, que forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR)”, añade Carlos Rico, de Zenhder.
Juan José Pérez, de Siber, indica que todas estas normativas “están promoviendo el uso de sistemas como la VMC, la aerotermia y la integración de energías renovables”. Y, desde Panasonic Heating & Cooling Solutions Europe, no solo se alinean con estas normativas, sino que consideran importante el hecho de anticiparse a ellas. “Estas regulaciones impulsan el desarrollo y adopción de tecnologías con un menor impacto ambiental y altos niveles de eficiencia energética”, cuenta Pineda.
Para Alfredo Rodríguez, de Ziehl-Abegg Ibérica, tanta legislación al respecto debería ir acompañada de más acción gubernamental. “Siendo sinceros, el sector de la climatización y refrigeración está hiperregulado. Demasiadas normativas europeas y locales que enrevesan el trabajo de la cadena de valor del sector. Sigue siendo necesario hacer fácil el trabajo a todos, por ejemplo, simplificando trámites con la Administración”, critica.
La misma opinión tiene Mikel Argoitia, de Domusa, que considera que “ahora falta desarrollar políticas de ayudas que faciliten tanto a empresas como a usuarios en esta transición a equipos y tecnologías más eficientes”. En Luymar, Luis de Mesa mira al futuro: “Se prevé en breve un cambio en la normativa que se ha mantenido en stand by desde la pandemia y que cambiará el modo de evaluación de la eficiencia de los equipos”.
Entre las tendencias más en auge en la actualidad, los entrevistados lo tienen claro: la aerotermia, la geotermia y las soluciones que utilizan la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT) son ya el presente y el futuro del sector de la climatización.
Bosch añade “la adopción de refrigerantes como el refrigerante natural R290, que tienen un menor potencial de calentamiento global en comparación con sus predecesores, junto con el uso de tecnologías inverter, que ajustan el consumo de energía de manera eficiente”. Zehnder suma a los anteriores “los sistemas modulares y flexibles, diseños que permiten ajustar la capacidad de los equipos según las necesidades de cada edificio”. Panasonic recuerda que también están creciendo los sistemas de control programable.
Y Alfredo Rodríguez relata cómo “en los principales foros del sector hablamos de las implicaciones del reglamento F-Gas, por los riesgos, la seguridad y el plus formativo que exige a los instaladores profesionales. También, del sistema de incentivos que trae consigo los Certificados de Ahorro Energético (CAE)”.
“En resumen, las tendencias en climatización están cada vez más alineadas con las demandas de sostenibilidad y conectividad, lo que promete un futuro más ecológico y eficiente para el sector”, recapitulan en Bosch. Y, con todo esto sobre la mesa, desde Domusa se plantean la siguiente cuestión: “La duda que existe en el mercado sobre cuál será la tecnología predominante en el futuro está haciendo que se estén ofreciendo soluciones híbridas que combinan diferentes fuentes de energía para optimizar el rendimiento”.
Sin duda, de entre todas estas tendencias, la que ahora predomina es la aerotermia. “Es una tecnología más eficiente y respetuosa con el medio ambiente que los sistemas tradicionales, ya que utiliza el aire exterior como fuente de energía para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS). Esto reduce considerablemente el uso de combustibles fósiles y las emisiones de carbono. Además, las bombas de calor aerotérmicas pueden alcanzar niveles de eficiencia energética muy altos (A+++), lo que las convierte en una opción ideal para reducir costos operativos a largo plazo”. Con esta contundencia la definen desde Bosch.
En LG recuerdan que, además, “es una tecnología limpia que utiliza energía renovable, lo que la convierte en una opción mucho más sostenible y respetuosa con el medio ambiente”. Y en Siber ponen en valor también su versatilidad, ya que “puede emplearse tanto para calefacción como refrigeración, con un menor consumo energético y costos operativos más bajos a largo plazo”.
Alejandro Pineda, de Panasonic, apunta a las ventajas de la aerotermia: es un sistema 3 en 1, al “ofrecer frío, calor y ACS mediante un solo equipo, lo que simplifica la instalación y el uso, además de optimizar el espacio”; es una fuente de energía renovable, lo que la convierte en “una opción muy sostenible y respetuosa con el medio ambiente” y, asimismo, supone un ahorro económico importante, una reducción de emisiones que contribuye a la descarbonización del planeta y un mayor confort para los usuarios.
En concreto, si nos vamos a los datos, en Daikin sostienen que el ahorro económico reduce “hasta un 50% el consumo y la huella de carbono de los hogares”. Mikel Argoitia, de Domusa, asegura que “su eficiencia puede superar hasta tres veces la de los sistemas convencionales, lo que se traduce en ahorros económicos considerables a largo plazo”. Y, también hablando a largo plazo, desde Zehnder alegan que “su eficiencia energética puede superar el 300% en condiciones óptimas”.
Desde Eurofred hacen un listado de datos: “Se estima que hasta el 80% de la energía que utilizan las bombas de calor proviene del aire exterior, lo que quiere decir que la gran mayoría de la energía utilizada será gratuita, permitiéndote ahorrar entre un 40% y un 50% respecto al gas natural, un 55% respecto al propano y un 75% respecto a una caldera eléctrica”, afirma Santiago Perera.
Los únicos peros los ponen en Ziehl-Abegg Ibérica: “Tiene algunos inconvenientes, en especial el espacio requerido y la alta inversión necesaria para su instalación”. Inconvenientes que, no obstante, tienen solución: “Ayudas directas y subvenciones existentes para el fomento de esta tecnología”.
Como complemento a la aerotermia está la geotermia. “La diferencia de la geotermia respecto a la aerotermia es que la geotermia utiliza la energía almacenada en el subsuelo, que mantiene una temperatura más constante a lo largo del año. Esta estabilidad térmica permite que los sistemas geotérmicos funcionen con una eficiencia alta incluso en condiciones extremas de frío o calor, donde la aerotermia podría perder rendimiento”, explican desde Domusa.
Sin embargo, es una solución más compleja y, si bien, “hibridar la aerotermia con la geotermia logra reducir más los consumos energéticos y alcanzar una mejor eficiencia energética”, “no siempre es posible acometer proyectos combinando ambas tecnologías”, explica Alfredo Rodríguez. En ello profundiza Javier Mendoza, que cuenta que “la geotermia requiere una instalación más compleja y costosa, ya que implica la perforación del terreno o la instalación de tuberías en pozos para el sistema de intercambio de calor”.
No obstante, las diferentes empresas entrevistadas ofrecen diversas opciones de combinaciones entre ambas tecnologías. En Bosch, apuntan que, al aprovechar el calor del subsuelo, que es más constante durante todo el año, “se puede priorizar la geotermia en invierno y utilizar la aerotermia en estaciones más templadas”, algo que comparten en Ziehl-Abegg. Esto, además, como también afirman en Siber, proporciona “un sistema integral y balanceado que maximiza la eficiencia energética tanto en el ámbito residencial como industrial”.
Eurofred, por su parte, añade que, “mientras que la aerotermia proporciona una base constante de energía térmica, la segunda puede cubrir los picos de demanda, al adaptarse mejor a condiciones ambientales variables”. Combinaciones todas que, si algo dejan claro es que, en determinadas condiciones, hibridar ambas tecnologías es una opción ideal.
Desgranando las soluciones de climatización enumeradas previamente, la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas marcan el camino por el que es más que probable que el sector se adentre con fuerza en un plazo corto, puesto que es un recorrido que ya se está empezando a trazar. Como asegura Mikel Argoitia, director técnico, I+D y Marketing de Domusa, ambas están revolucionando el sector de la climatización. El IoT pone “al alcance de todos la posibilidad de gestionar diferentes variables como la temperatura, humedad, condiciones de los equipos… Pero la gran ventaja puede venir a través de la IA, la cual nos puede permitir definir patrones de funcionamiento de los usuarios e instalaciones, pudiendo detectar anomalías y sugiriendo modificaciones que permitan optimizar el rendimiento del sistema”, apunta.
Santiago Perera, de Eurofred, amplía un poco el catálogo de funciones de ambas tecnologías. “En el caso de la IA, es capaz, mediante la monitorización y análisis del consumo, de configurar el funcionamiento de los sistemas, ajustando automáticamente el rendimiento, la temperatura, humedad y ventilación en función de la ocupación y las condiciones climáticas externas”, afirma. “Por su parte, la IoT, como ya ha demostrado en otros segmentos industriales, facilita el monitoreo y control remoto de los equipos, proporcionando más funciones al usuario final en cuanto a gestión y el seguimiento de datos en tiempo real sobre el consumo energético y el rendimiento de los sistemas”, añade.
Carlos Rico pone un ejemplo práctico sobre lo que ambas tecnologías pueden hacer por los usuarios de la climatización. “Los sensores IoT pueden detectar la ocupación en una habitación y ajustar el aire acondicionado o la calefacción, mientras que la IA aprende los patrones de uso para optimizar el consumo de energía”.
Perera va incluso más allá y aventura que, “a medio plazo, veremos un futuro que combinará ambas tecnologías para garantizar la máxima eficiencia, con el IoT recogiendo datos sobre nuestros espacios y hábitos de confort térmico, y la IA configurando estándares de funcionamiento que anticipen comportamientos y necesidades”.
Esta personalización y comodidad que aportan la IA y el IoT están “transformando el sector”, como afirman desde Siber y Panasonic. Lo que está claro es que, como asegura Alfredo Rodríguez, director general de Ziehl-Abegg Ibérica, “la IA ha llegado para quedarse”. Y el IoT también, no cabe duda.
Lo que también es indudable es que los sistemas de climatización basados en energías renovables juegan un papel muy importante en la descarbonización de los edificios, algo que todos los entrevistados tienen muy claro. “Para maximizar la sostenibilidad, es fundamental no solo mejorar la calidad de los envolventes (paredes, puertas y ventanas), sino también considerar el papel crucial de los sistemas de climatización y agua caliente sanitaria (ACS) en la descarbonización”, remarcan de manera contundente desde Panasonic.
En Daikin, además, añaden: “Los sistemas de climatización son una pieza clave en la descarbonización de estos edificios, partiendo del hecho que el 30,4% de la energía consumida en España es producida por los edificios de viviendas y servicios según el instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía”.
Recuerdan en Ziehl-Abegg Ibérica que “los objetivos de la UE para impulsar las energías renovables son ambiciosos, enfocados también en la rehabilitación energética de edificios y descarbonizar las instalaciones de clima”. Y, precisamente por cómo es el clima español, “la tendencia de nuestro país es clara: más del 70% de la generación de energía eléctrica proviene del sol y del viento”, sostienen.
Si tiramos de datos, hay que tener en cuenta que “del consumo total de nuestros edificios, entre un 50% y un 70% proviene de las necesidades de calefacción, aire acondicionado y producción de agua caliente sanitaria”, destacan en Eurofred, por lo que consideran “evidente que el uso de tecnologías más eficientes, como la bomba de calor, hibridadas a fuentes de energías renovables, tendrán un impacto realmente importante en la reducción de la huella de carbono del parque inmobiliario”.
Además, apuntan desde LG que, “al utilizar fuentes limpias, los sistemas de climatización basados en energías renovables eliminan la dependencia de combustibles fósiles, reduciendo drásticamente las emisiones de CO2 y reduciendo las emisiones de efecto invernadero en un 35-65% en comparación con las calderas de gas”. “En definitiva, estos sistemas no son solo una alternativa, sino la solución de presente y futuro para lograr edificios más sostenibles y un futuro más verde”, zanjan.
El presente del sector de la climatización ya gira en torno a la sostenibilidad y la eficiencia energética. ¿Pero hacia dónde se prevé que vaya en el futuro?
Desde Junkers Bosch, prevén que, “en el futuro a medio plazo, la climatización se desarrollará en torno a tres pilares fundamentales. En primer lugar, la implementación de sistemas inteligentes será clave. En segundo lugar, la sostenibilidad cobrará una importancia central. Por último, la digitalización y conectividad jugarán un papel fundamental, ya que los sistemas estarán cada vez más interconectados”. Similar punto de vista tiene Alfredo Rodríguez, director general de Ziehl-Abegg Ibérica, que considera que “el futuro se encamina hacia una climatización más inteligente y conectada”.
Santiago Perera, director de Negocios de Eurofred para España, Portugal y Latinoamérica, sostiene que “la climatización estará marcada por una mayor integración de energías renovables, mayor automatización y personalización a través de la inteligencia artificial, y la integración de gases refrigerantes más ecológicos”. “Adicionalmente, el uso de tecnologías híbridas, capaces de combinar varias fuentes renovables, será cada vez más común”, mantiene. Coincide en esta previsión Juan José Pérez, de Siber, y añade que “la integración de energías renovables, la mejora continua en la eficiencia de las bombas de calor, y la aplicación masiva de IA para el control predictivo serán los pilares fundamentales”.
Por su parte, Carlos Rico, director técnico y de producto de Zehnder Group Ibérica, estima que “la climatización del futuro esté marcada por la automatización y la sostenibilidad. Los sistemas serán más inteligentes, con una mayor capacidad de autogestión. Además, las energías renovables jugarán un papel clave en este proceso. Asimismo, se espera que los edificios sean cada vez más autónomos en términos energéticos”. De acuerdo con él está Alejandro Pineda, de Panasonic, que además cree que habrá “una tendencia en aumento de soluciones centralizadas para edificios multifamiliares”.
Representando a LG, Carlos Montoya, prevé que “la climatización del futuro siga una tendencia hacia sistemas más eficientes y sostenibles”, que considera que estará impulsada “por la creciente concienciación de los consumidores sobre la necesidad de reducir el consumo energético y las emisiones de carbono”. Además, es probable, afirma, “que las legislaciones de los gobiernos jueguen un papel clave”. La legislación también es algo que menciona Mikel Argoitia, director técnico, I+D y Marketing de Domusa, al afirmar que “será necesario el desarrollo de nuevas normativas que impulsen el uso de tecnologías con un menor impacto ambiental y un enfoque hacia la economía circular”.
En esta línea también se posiciona Javier Mendoza, de Daikin AC Spain, que sostiene que la bomba de calor por aerotermia será la “protagonista clave en la climatización sostenible”, si bien considera que “necesitamos ampliar la capacidad de instalación” y pone un ejemplo: “Solo en España, se estima que serán necesarios 150.000 especialistas para hacer frente al incremento de la demanda de aquí a 2030”.
Y, por último, en Luymar mencionan un objetivo muy humanitario: “Que la climatización del futuro se enfoque en atender a la salud y bienestar de las personas, promoviendo el aumento de la calidad del aire en los edificios, siempre con la premisa de eficiencia y sostenibilidad”, como afirma su consejero delegado, Luis de Mesa.
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