La industria cementera española ha recuperado material y energéticamente 63 millones de toneladas de residuos desde 2004, según se desprende de los datos de la XIII actualización de su Observatorio de la economía circular, referente del sector en España. Estas cifras demuestran cómo el sector cementero -en línea con la Estrategia Española de Economía Circular-, aprovecha material y energéticamente residuos de otras industrias, reduce la explotación de recursos naturales y asegura su independencia energética.
Este observatorio está elaborado por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación Cema) en colaboración con el Institut Cerdà y refleja el compromiso del sector con la transparencia en el ámbito de la economía circular.
Solo en 2021, el sector cementero recuperó material y energéticamente casi 3,6 millones de toneladas de residuos, procedentes de 88 sectores económicos de actividad, evitando llevar a vertedero un volumen de residuos que llenaría más de 760 piscinas olímpicas.
Estas cifras cobran especial valor en el contexto actual, cuando el informe de alerta temprana de la Comisión Europea ha identificado a nuestro país –que cada año envía vertedero el 52% de sus residuos urbanos- como uno de los 13 Estados miembros en riesgo de incumplir los objetivos máximos de depósito en vertedero para 2035. El objetivo para ese año es que solo se depositen un 10% de residuos urbanos en vertedero.
En esa línea, el sector cementero, que ya es uno de los principales recicladores de nuestro país, se configura como una alternativa sostenible para muchos de esos residuos, por las especiales características del proceso productivo de fabricación de cemento, que permite de forma simultánea la valorización energética y material de muchos residuos.
Este doble aprovechamiento, que permite la recuperación de minerales y de energía, se denomina “coprocesado”, y está contemplando dentro de la Directiva 2018/851 sobre los residuos.
En lo que se refiere estrictamente a las cifras de valorización material, en 2021 la industria cementera ha consumido 2,5 millones de toneladas de residuos minerales, que ya suponen el 8% del consumo total de las materias primas del sector. Las materias primas alternativas empleadas en mayor cantidad son las cenizas volantes y las escorias para molienda de cemento.
Si observamos el período total que comprende el Observatorio, entre 2004 y 2021 el consumo de materias primas alternativas en España fue de 51,2 millones de toneladas. “Este volumen tan alto equivale a la explotación de recursos naturales durante más de 42 años de operación en una cantera tipo, lo que nos posiciona como uno de los mayores recicladores de residuos minerales de nuestro país”, explica Dimas Vallina, director gerente de la Fundación Cema. Las comunidades autónomas con consumos más elevados en los últimos tres años han sido Asturias, Andalucía y Cataluña.
En 2021, se han consumido 1.068.160 toneladas de combustibles derivados de residuos, lo que supone un incremento del 8% respecto al año anterior. La energía aportada por los combustibles alternativos supuso un 37,3% de la energía total consumida, una medida estratégica para asegurar la independencia energética de la industria.
Aunque este porcentaje aumenta cada año, España aún está muy lejos de países como Alemania, Austria y Noruega, con una tasa de sustitución de combustibles fósiles por combustibles alternativos superior al 69%. De hecho, tan solo Italia y Grecia tienen porcentajes menores que nuestro país.
“Estamos convencidos de que estos porcentajes van a aumentar significativamente en los próximos años, ya que además de evitar el depósito en vertederos de residuos no reciclables con alto poder calorífico, la mayoría de esos residuos son total o parcialmente biomasa, y por tanto neutros en cuanto a sus emisiones de CO2, lo que contribuye a lograr la descarbonización de nuestra industria”, indica el director gerente de Fundación Cema.
Respecto a los datos acumulados, entre 2004 y 2021 el consumo de combustibles alternativos realizado por el sector cementero español fue de 11,8 millones de toneladas. Además, el uso de combustibles alternativos con biomasa evitó la emisión a la atmósfera de 11 Mt de CO2, en 2021 se ahorraron 1.087.541 toneladas de CO2, equivalentes a las emisiones necesarias para producir la electricidad consumida anualmente por 120 millones de smartphones.
Los combustibles consumidos en mayores cantidades en ese mismo período fueron los combustibles derivados de residuos (CDR), los neumáticos fuera de uso y las harinas animales, mientras que las comunidades autónomas con consumos más elevados en los tres últimos años han sido Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana.
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