El hecho de que las personas pasen más del 90% del tiempo en interiores, hace que se deban replantear los espacios y la vivienda en sí, con el fin de mejorar el bienestar y la salud de sus habitantes. Esto ha provocado que la arquitectura y el interiorismo estén apostando por un nuevo concepto, que pone en el centro el bienestar y el confort, así como el cuidado del medioambiente.
El concepto de salud, que abarca la física, la emocional y la social, en la vivienda está directamente relacionado con la calidad del aire, tanto por la presencia de CO2 como de otras sustancias contaminantes, presentes en los materiales de construcción. Disponer de una ventilación adecuada y de un aire poco contaminado es imprescindible para que el ambiente interior sea saludable.
Desde la propia arquitectura y el diseño bioclimático hasta los materiales empleados, todos forman parte de este proceso. Una vivienda saludable implica factores externos e internos. Así, desde fuera “se deben utilizar las condiciones climáticas naturales y reducir el consumo energético, emplear materiales de construcción naturales y de bajo impacto ecológico, e integrar la casa con la naturaleza, incorporando vegetación y respetando la biodiversidad del entorno”, señalan desde el estudio de arquitectura sostenible Slow Studio.
La arquitectura es la tercera piel de sus habitantes y por tanto para lograr confort, una vivienda debe adaptarse a ellos y a sus procesos vitales. Desde dentro, los primeros parámetros a considerar son la temperatura y la humedad relativa del ambiente. “Es especialmente importante cuando dormimos. Un descanso profundo se consigue cuando está alrededor de 18º. La humedad relativa debería estar entre el 40 y el 50%. Por debajo del 30%, nuestras mucosas se resecan, reduciéndose nuestras defensas y por encima del 65%, pueden desarrollarse microorganismos nocivos”, señalan desde Estudio Mínima.
Junto a la temperatura, se deben tener en cuenta el aislamiento acústico, que evita alteraciones y favorece el descanso; la iluminación natural, que potencia el bienestar físico y mental; y minimizar la exposición a campos electromagnéticos, generados por dispositivos electrónicos.
“La luz natural incide en la calidad de vida, al influir positivamente en nuestro bienestar emocional y físico, ya que regula nuestro ritmo circadiano, mejorando el estado de ánimo y reduciendo el riesgo de depresión. Además, también minimiza el consumo de energía, haciendo nuestras casas más eficientes y respetuosas con el medioambiente. Utilizar la luz natural reduce la necesidad de iluminación artificial durante el día, disminuyendo el consumo de energía eléctrica y, por ende, las emisiones de carbono. Sin olvidar que es fuente natural de vitamina D, esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico”, asegura la arquitecta e interiorista Lidia Molina.
Pero dado que las personas no viven solas y sus viviendas forman parte del entorno, la conexión con la naturaleza, además de los factores anteriores, es fundamental, como explican desde Slow Studio: “Mantener una conexión con la naturaleza, incorporando elementos naturales dentro del hogar y fomentar la interacción social y la creación de comunidades para apoyar el bienestar mental y social completan el enfoque para un hogar saludable”.
El sector de la construcción representa alrededor del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. “Los materiales de reducida huella ecológica como son la madera, los bloques de tierra, los aislamientos a base a fibras o los productos derivados de la cal llevan en el sector de la construcción varios miles de años y casualmente son estos materiales los que garantizan ambientes interiores saludables.
Como dice el científico Fernando Valladares no es casual que lo que sienta bien al planeta, nos siente bien a los humanos, nosotros también somos naturaleza”, apuntan desde Slow Studio.
Es importante destacar que estudios como PMMT, cuyo proyecto Clínica Girona aparece en este mismo número, cuenta con Friendly Materials, una guía con los materiales de construcción más saludables del mercado.
No es lo mismo construir en hormigón, teniendo en cuenta que para producir 1 m3 se producen 4 m3 de CO2 que en madera, que no solo tiene 0 emisiones, sino que además durante la vida del edificio sigue absorbiendo CO2. Y esto se puede trasladar también al interior de la vivienda, donde optar por materiales y productos libres de COV es esencial para mantener una buena calidad del aire interior.
“La elección de materiales como la madera CLT y las pinturas naturales contribuye significativamente a crear un entorno saludable y sostenible. Estos materiales no solo ofrecen beneficios ambientales y de rendimiento, sino que también promueven la salud y el bienestar de los habitantes, al mejorar la calidad del aire interior y proporcionar propiedades antibacterianas naturales”, señala Víctor Valero, ingeniero de diseño industrial del estudio Bauwood.
Pero no solo son importantes los materiales elegidos para la construcción, sino que también los de los muebles y accesorios, como alfombras y lámparas, ya que su aportación al ambiente suma bienestar.
Los materiales naturales, como la madera, la piedra, el corcho, las fibras vegetales o la cerámica son esenciales para lograr una vivienda saludable, ya que contribuyen a mejorar la salud de los habitantes, sin olvidar aspectos importantes del interiorismo, como son la estética y el confort. Vistiendo paredes, suelos, muebles o accesorios decoran la vivienda de la manera más natural posible, siendo respetuosos con las personas y con el medioambiente.
“La cerámica es un material natural, seguro y adecuado para todos los ambientes, su condición ignífuga hace que, en caso de incendio, no emita compuestos orgánicos volátiles (COV) por su condición de producto inerte. Además, gracias a su baja porosidad, no absorbe la suciedad y evita la proliferación de bacterias, por lo que la limpieza de pavimentos y revestimientos cerámicos es muy sencilla y fácil de mantener”, resaltan desde Ascer.
A la hora de pintar la casa, las opciones saludables pasan por elegir pinturas libres de formaldehídos, ftalatos y resinas sintéticas y apostar por productos que no solo no emanan productos tóxicos, sino que, incluso, actúan como una depuradora de aire, eliminando los virus del ambiente.
Las nuevas pinturas cuentan con certificación Ecolabel. Un sello que avala su compromiso con el medioambiente, mediante una menor contaminación atmosférica, menores emisiones de sustancias nocivas para el entorno y menos consumo energético.
“A medida que la conciencia ambiental crece entre los consumidores y profesionales del diseño, la elección de productos, como la gama Colores del Mundo, se vuelve no solo una opción estética, sino también un testimonio del poder transformador de las decisiones conscientes en el diseño de interiores. Al optar por estas pinturas ecológicas, no solo se mejora el aspecto estético de nuestros hogares, sino que también se contribuye positivamente a la preservación del medioambiente y la salud de quienes los habitan”, afirma Irina Zakreva, brand manager de Bruguer.
“Nuestra política medioambiental, llamada Green Steps, tiene como objetivo principal contribuir a la protección del entorno, ofreciendo soluciones sostenibles. En este sentido, trabajamos para reducir las emisiones de gases nocivos a la atmósfera y el uso de materiales peligrosos, lograr una mayor eficiencia energética, disminuir la huella de CO2 en nuestro entorno y generar menos residuos”, afirman desde Jotun.
En el mercado encontramos también productos sintéticos fabricados, sin embargo, en su totalidad (o casi) por materiales naturales. Reciclables y sin mantenimiento, son también una opción segura y saludable para los consumidores.
Actualmente, los fabricantes buscan soluciones que aúnen estética, diseño y prestaciones, prestando atención a la salud y el bienestar. Así, los revestimientos murales de Glamora incorporan innovaciones relacionadas con este campo que garantizan el confort acústico, gracias a una barrera que reduce la reverberación, o una ecoresina que transforma cualquier revestimiento mural en un purificador de aire natural, que elimina el smog y los olores.
“En el acelerado mundo actual, el hogar se ha convertido en mucho más que un lugar donde vivir, es un refugio donde aspiramos encontrar calma y serenidad. El bienestar y el confort están en el centro de nuestras preocupaciones y los materiales utilizados para crear nuestros interiores desempeñan un papel esencial. Como Mortex, un revestimiento mineral natural a base de cal que va mas allá y supone una elección de estilo de vida que permite crear un interior saludable, bello y sostenible”, señalan desde BEAL International.
O la piedra sinterizada de VENUX, que apuesta por “la arquitectura well-being. Cuidamos todo al mínimo detalle, desde las materias primas al proceso, la elección de tonos, las sensaciones táctiles de las piezas y la evocación de lo natural, buscando que los materiales aporten relajación y serenidad al ambiente”.
Para mejorar el bienestar y la salud de los habitantes, es esencial realizar una inversión consciente en la calidad de nuestras viviendas. Víctor Valero de Bauwood explica las mejoras clave en este proceso: “Aislamiento, ventanas y puertas de calidad, automatización con sistemas de domótica avanzados, y tecnología saludable, como sistemas de filtración de aire, sensores de calidad del aire y dispositivos de control climático. Sin olvidar, el diseño bioclimático y el incorporar la naturaleza para promover la tranquilidad y el bienestar. Jardines, techos verdes y muros vegetales no solo mejoran la calidad del aire, sino que también tienen un efecto positivo en la salud mental y el bienestar emocional de las personas”.
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