La Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak/ ha inaugurado este miércoles, 25 de octubre, la exposición central de esta cuarta edición. Ubicada en el Instituto de Arquitectura de Euskadi, y bajo el título ‘Habitar el cambio’, presenta un diálogo colectivo entre reconocidas figuras del mundo de la arquitectura y las artes, que han sumado sus piezas originales, proyectos y representaciones de sus prácticas a la muestra. Se abre al público desde este jueves, 26 de octubre, hasta el 25 de febrero de 2024.
La exposición está comisariada por la arquitecta bilbaína María Arana, comisaria también de esta cuarta edición de Mugak/, que se inauguró en el Palacio Kursaal de San Sebastián. Allí estuvieron dos de los protagonistas de ‘Habitar el cambio’, el ganador del Pritzker en 2012, Wang Shu, y Lu Wenyu, fundadores del estudio chino Amateur Architecture Studio. Ambos participaron también en la presentación. El acto, de entrada gratuita, comenzó a las 19h, dando comienzo oficialmente a Mugak/ 2023 ante más de medio millar de asistentes.
Organizada desde 2017 por el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, Mugak/ llega a esta cuarta edición como la principal cita arquitectónica del Arco Atlántico y aspira a seguir creciendo respecto a su edición anterior, que reunió a más de 70.000 asistentes a lo largo de un mes entero de arquitectura.
“Mugak/ se ha convertido en una cita ineludible tanto para profesionales del sector como para el gran público y ha conseguido atraer en todas sus convocatorias a personas expertas y referentes internacionales de todo el mundo; es un punto de encuentro con la ciudadanía abierto a nuevas tendencias e inquietudes que reivindica la dimensión social de la arquitectura y su capacidad para mejorar las vidas de las personas”, señaló el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola.
‘Habitar el cambio’ está basada en los tres conceptos del lema de este año: ‘reconstruir, rehabitar, repensar’. “Vivimos tiempos convulsos, de crisis ecológica, sanitaria, económica y social. Tiempos de grandes retos para los que necesitamos soluciones urgentes, imaginativas y transformadoras. Tiempos en los que urge repensar cómo habitamos el mundo y cómo viviremos en él en un futuro próximo. Desde una mirada crítica y desprejuiciada, esta exposición invita a una reflexión basada en la relación etimológica entre las palabras ‘construir’, ‘habitar’ y ‘pensar’ a la que Heidegger hizo referencia en 1951, en una Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial”, afirmó la comisaria, María Arana.
Para ello, la Bienal invitó a exponer a reconocidos nombres como la investigadora Beatriz Colomina, el estudio amid.cero9 o el artista Isaac Cordal. Todos ellos han aportado sus proyectos y obras a ‘Habitar el cambio’, que reparte esta reflexión en las tres salas expositivas del Instituto de Arquitectura de Euskadi, en San Sebastián. Allí comienzan un diálogo que se trasladará también a Vitoria-Gasteiz y Bilbao, con las conferencias que los diferentes participantes ofrecerán desde este miércoles hasta el 24 de noviembre en las tres capitales.
La primera sala, ‘Reconstruir’, propone reflexionar sobre el propio papel de la arquitectura y su impacto en el planeta; sobre ideas como que el 40 % de las emisiones globales de CO2 las emiten los edificios, o sobre la destrucción de sus principios fundamentales y sociales. También habla de reconstruir la propia arquitectura y de crear nuevas formas de entenderla y vivirla en este contexto de incertidumbre económica y social.
Preside la sala ‘Follow the leaders’ (2009), instalación que el artista gallego Isaac Cordal ya ha llevado las calles de ciudades como Bruselas, Milán, Londres o Berlín. Está compuesta por piezas en forma de pequeños hombres de negocios en traje, rodeados de escenarios urbanos en decadencia que invitan a la crítica sobre la inercia de la masa social, un comentario sobre una civilización de urbanismo gris, con tonos desde irónicos hasta desoladores. Induce la reflexión en torno a la deshumanización contemporánea de nuestras civilizaciones.
Le acompaña una representación del Museo Histórico de Ningbo (2008), de Amateur Architecture Studio, a través de materiales originales e imágenes. El edificio defiende la firme creencia de Wang Shu y Lu Wenyu de cuidar la tradición frente a la rápida destrucción y el imparable crecimiento de las ciudades de su país: la fachada del edificio está creada a partir de escombros generados en los procesos de demolición producidos en el mismo lugar donde ahora se erige, ya que, según el estudio, “no podemos destruir la historia”.
Se exponen cuatro muestras de la propia fachada, donde se detalla el sistema constructivo tan complejo y artesanal que propuso el estudio.
Además, se pueden encontrar fotografías de gran escala.
La última pieza de esta sala es ‘Gran Vía Toxic’ (2008-09), del reconocido estudio madrileño amid.cero9. Se trata de un proyecto desarrollado con ocasión del centenario de la construcción de la Gran Vía de Madrid que la muestra desde el prisma de la destrucción. Reflexiona sobre el impacto de los modelos urbanos y presenta la demolición como un proceso inverso, como una secuencia de acciones que puede plantearse y organizarse de forma innovadora para ofrecer una alternativa de construcción de ciudad. Se expone la maqueta de una máquina destructora, acompañada de infografías en gran tamaño, además de una planta de la propia Gran Vía y otros materiales visuales.
El segundo capítulo de esta exposición es ‘rehabitar’. La segunda sala expositiva del Instituto de Arquitectura de Euskadi acoge diferentes proyectos y arquitecturas ‘low-tech’ que consiguen nuevas formas de mediación espacial y social. Expone la importancia de utilizar el diseño como tecnología para mejorar el hábitat y crear hogar, abordando la idea de que, junto a la investigación y la sensibilización, se trata de herramientas que permiten apreciar, poner en valor o recuperar la capacidad protectora y constructora de vida de la arquitectura.
En este espacio se reunirán las obras de cuatro profesionales y estudios de arquitectura. Uno de ellos es Acha Zaballa Arquitectos con ‘Loft Study House’ (2018), un proyecto que plantea cómo generar espacios de dignidad habitacional transformando locales comerciales vacíos en viviendas sociales a través del diseño. El estudio ha estado detrás de la reforma de tres viviendas sociales en Santutxu y Mina del Morro (Bilbao), que se muestran a través de tres estanterías de diferentes tamaños y colores con objetos y fotografías para recrear la domesticidad del local rehabitado.
La exposición incluye también ‘La casa del día después’ (2021), una reforma realizada por el estudio barcelonés TAKK en una vivienda de 110 m² en Madrid. Se repensó como una sucesión de espacios concéntricos para lograr el mínimo consumo energético: se construyó una caja interior de 60 m² perfectamente aislada (‘casa de invierno’) dejando los 50 m² restantes como una terraza interior (‘casa de verano’).
El proyecto tiene singularidades como una única habitación “comunal” o la propuesta de los baños desde una visión lúdica, entendidos como espacios para ser usados, incluso, en multitud. Se representa en la sala a través de un tótem que evoca esas particiones interiores de la vivienda original, donde se proyectan imágenes de la misma.
La obra de Amateur Architecture Studio vuelve a estar presente en esta sala con Five Scattered Houses (2006). Wang Shu y Lu Wenyu reivindican la idea de vivienda tradicional china como eje principal para el desarrollo urbanístico de una zona en construcción en la ciudad de Ningbo. Desde el sur de China, este proyecto de cinco casas dispersas propone una innovadora traslación de una tipología de casa histórica a una serie de viviendas modernas para el centro de la ciudad. Se puede encontrar en ‘Habitar el cambio’ mediante maquetas suspendidas en el aire y algunas fotografías de las casas.
Por último, en la segunda sala se expone ‘Arquitectura de Apropiación’ (2019), proyecto impulsado por los investigadores y arquitectos Marina Otero Verzier, Katía Truijen y René Boer. Plantea la okupación como práctica arquitectónica y se enfoca en el análisis de diversas arquitecturas okupadas en los Países Bajos a través de dibujos, entrevistas y material de archivo.
Se representa mediante una pieza que escenifica los elementos mínimos que, según la ley vigente en los Países Bajos hasta 2010, eran necesarios para justificar que un espacio okupado estaba siendo habitado de forma continua (una cama, una silla y una mesa). El diseño gráfico y espacial ha sido desarrollado por María Mazzanti.
La tercera y última sala expositiva se centra en el repensar, y reflexiona sobre la idea de revisitar la propia disciplina arquitectónica y su función pedagógica, su capacidad crítica y generadora de pensamiento. “La arquitectura tiene que habitar su propio cambio, por lo que este espacio de reflexión contiene proyectos que hablan sobre la necesidad de repensar una disciplina poliédrica, cuyas posibilidades pedagógicas nos invitan a imaginar otros mundos posibles”, afirmó Arana.
Se encuentran en primer lugar dos piezas del doctor arquitecto José María Torres Nadal. La primera de ellas, ‘Mochilas para llevar la arquitectura a cuestas’ tiene su origen en un encuentro celebrado en el mítico Arteleku en 1995, llamado ‘Pensar-Componer/Construir-Habitar’, guardando relación con el texto de Heidegger.
Casi 30 años después, José María Torres Nadal expone varias de aquellas mochilas que contienen registros culturales, emocionales y afectivos. Una de ellas, ‘La palabra y la arquitectura’, da pie a la segunda pieza, ‘Arquitectura… a pesar de Delirio de Nueva York’, que revisita de forma crítica la portada del famoso ‘Delirious New York’ (Rem Koolhaas 1978), “el libro-biblia que ha instituido toda la práctica y la teoría de la arquitectura contemporánea”.
A continuación, se expone ‘Radical pedagogies’ (2013-2023), un proyecto de la reconocida Beatriz Colomina junto a Ignacio G. Galán, Evangelos Kotsioris y Anna Maria Meister. En las décadas de 1960 y 1970, la educación de la arquitectura se vio sacudida por una explosión de prácticas pedagógicas experimentales en todo el mundo, una revolución que se explora en este proyecto. Invita, además, a que el cuestionamiento de las jerarquías disciplinares heredadas vuelva a producirse en los espacios educativos en el contexto actual. Se materializa en forma de túnel temporal, construido con andamios, donde se muestran una serie de vídeos inéditos producidos para esta exposición.
La tercera aportación de Amateur Architecture Studio se llama ‘Construyendo con la naturaleza’ (2023) y proviene del curso del mismo nombre que se imparte desde hace 14 años en la Academia de las Artes de China. Aborda la revitalización cultural de la construcción arquitectónica en el país hoy en día y la combina con conceptos internacionales de desarrollo sostenible, para encontrar soluciones a la grave desconexión entre diseño y construcción que prevalece en la educación arquitectónica nacional. Se exponen ocho maquetas realizadas por el alumnado matriculado en 2019 en la carrera de Arquitectura de esta escuela.
Por último, cierra la exposición Wordling, que describe el método de trabajo de Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda tanto en su trabajo académico como en amid.cero9. Worlding implica la definición de edificios o paisajes alternativos al modelo actual de explotación. Se desarrolla en el Instituto de Arquitectura de la Universidad de las Artes Aplicadas de Viena y se muestra como una estructura de madera con una serie de dibujos, plantas e infografías realizadas por el alumnado.
Con motivo de la Bienal Mugak/, desde el día 1 hasta el 24 de noviembre, el Instituto de Arquitectura de Euskadi abrirá de martes a domingo en horario de mañana y tarde (11h-14h y 17h-20h).
El evento reunió a más de 400 asistentes, tanto presenciales como virtuales, provenientes de más de 20 países.
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