El estudio de UCI que analiza la situación del parque residencial y el reparto de Certificados de Eficiencia Energética en nuestro país ha revelado que casi nueve de cada diez viviendas (86,9%) cuentan con una calificación energética E, F o G, las peores en términos de consumo y emisiones y que la letra más común en los hogares españoles es la E (55,9%).
Por comunidades autónomas, Navarra (2,29%), Castilla y León (1,71%) y Galicia (1.36%), son las tres Comunidades Autónomas con más residencias con Certificación A, superando así la media española que se encuentra en el 0,70%. A la cola se sitúan Canarias (66,93%), País Vasco (31,79%) y Asturias (26,98%) las cuales cuentan con los mayores porcentajes de viviendas con Certificación G superando la media española que se ubica en el 20,22%.
“Residir en una vivienda ineficiente, tipo F o G, supone el doble de consumo que una vivienda E, que es la más común en nuestro país, y hasta el 100% con respecto a una vivienda eficiente calificada con la letra A”, afirma Catia Alvés, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación en UCI.
Estos datos se deben a la antigüedad del parque inmobiliario en España - cuya edad media supera los 43 años – y a que fue construido antes de la entrada en vigor de Código Técnico de la Edificación, hecgo que contribuye a un consumo excesivo de energía alejando a las viviendas de los niveles de confort ideales y ocasionando un gasto innecesario en las facturas energéticas y sumado a que el IVA de la electricidad pasará del 10% al 21% en este mes de marzo para casi la totalidad de los hogares y el gas lo hará el próximo mes de abril.
Para Catia Alvés: “La solución a este desafío reside en una perspectiva integral que pasa por la sensibilización de los ciudadanos y en multiplicar por diez el ritmo actual de rehabilitaciones gracias a una mayor agilidad de las administraciones en la concesión de ayudas a las comunidades de propietarios”.
Estas cifras ponen de manifiesto la imperante necesidad de que la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD) sea aprobada, al ser crucial para mejorar la eficiencia energética en el sector residencial. Su adopción facilitará la transición hacia viviendas más sostenibles y energéticamente eficientes, contribuyendo así a la reducción del consumo energético y a la mejora del confort en el hogar. Este paso representa un avance significativo hacia la consecución de los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética a nivel nacional y europeo.
Funciona mediante una fuente de energía renovable, pues aprovecha el calor del aire.
Se presenta como un instrumento del sector para contribuir con espacios dedicados al asesoramiento personalizado.
Las ventas durante el primer semestre han sido de 692 millones de euros, ligeramente inferiores a las del mismo periodo del año anterior.
Consta de nuevas tipologías ideadas para adaptarse a distintas necesidades de iluminación en el hogar o en espacios de trabajo.
Su incorporación en cualquier proyecto supone una importante actuación de ahorro energético y una mejora considerable de la salubridad.
La empresa resultante tendrá un volumen de negocio agregado de aproximadamente 500 millones de euros y un total de casi 700 empleados.
Los dos sistemas son la fachada ventilada y la fachada con Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE).
La nueva versión permite operar tarifas fijas como flexibles, reduciendo así la factura de la luz para millones de hogares en España y Europa.
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