La Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) es “la mayor oportunidad y el instrumento clave para alcanzar los objetivos de descarbonización del sector de la edificación a 2030 y 2050”. Por este motivo, “su tramitación es urgente e imprescindible” para que los Estados miembros transformen sus edificios, tanto construidos como por construir. Así lo ha expresado Justo Orgaz, presidente de Green Building Council España (GBCe), quien ha acompañado a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en el encuentro ‘Arquitectura y Sostenibilidad’, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).
La EPBD, que encabeza el marco regulatorio en Europa, se convierte así en la principal palanca para la descarbonización. “La directiva, que debe mantenerse ambiciosa, tiene la capacidad de impactar con fuerza y de forma transversal en todo el sector para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la UE en materia de descarbonización de la edificación”, afirma el presidente de GBCe.
Para ello, la norma incorpora importantes novedades, como la definición del edificio de cero emisiones, la descarbonización en todo el ciclo de vida mediante la introducción del indicador de calentamiento global y el objetivo de neutralidad de toda la edificación nueva y existente para 2050.
Asimismo, implementa los Estándares Mínimos de Rendimiento Energético de los Edificios (MEPS), instrumento que afecta de lleno a los ciudadanos al establecer el plazo en el que obligatoriamente se tendrán que rehabilitar los edificios peores en términos de eficiencia energética. “Se trata de pasar de las políticas que incentivan la rehabilitación a las que obligan a la misma, para asegurar el cumplimiento a tiempo de los objetivos y compromisos de descarbonización”, explica el presidente de GBCe.
En este contexto, GBCe está desarrollando una importante labor de apoyo a todo el sector, incluidas las administraciones públicas, para apoyar la aprobación y acelerar la futura implementación de la EPBD, así como otras medidas complementarias que ayuden a descarbonizar la edificación en todo su ciclo de vida.
En este sentido, cabe resaltar el trabajo de colaboración realizado por GBCe con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en la coordinación de grupos de trabajo para implementar la Estrategia Nacional de Rehabilitación (ERESEE) y preparar el próximo Plan Nacional de Rehabilitación —previsto en la EPBD para 2025—.
“La EPBD aborda los problemas de frente y establece una hoja de ruta que es compatible con la senda de París”, destaca Orgaz. De esta forma, la directiva responde a la preocupación por alcanzar el paradigma de edificación sostenible, un sector con reducido impacto ambiental, para lo que los profesionales y el sector se han reorganizado desde hace 30 años a través de actores como GBCe.
“La sostenibilidad en la edificación comenzó a abordarse por el mundo técnico a través de los Green Building Councils (GBC) hace varias décadas mediante las denominadas herramientas de certificación, que comenzaron centrándose en cuestiones de energía en fase de uso para, poco a poco, ir incorporando otros criterios relacionados con lo ambiental, lo cultural y lo económico", ha concretado Orgaz.
Así, la Comisión Europea ha establecido un denominador común con estos criterios, estableciendo los seis macroindicadores del marco Level(s): emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de un edificio; uso eficiente de recursos y ciclo de vida circular de los materiales; uso eficiente de los recursos hídricos; espacios saludables y confortables; adaptación y resiliencia al cambio climático y optimización del coste y valor del ciclo de vida.
“Aunque aún no conocemos los efectos reales que llegará a tener la taxonomía, este nuevo reglamento nos permite cerrar un círculo que conecta las preocupaciones por la sostenibilidad con la actividad económica y el mundo financiero, con la esperanza de que suponga un impulso definitivo para la reducción de los impactos”, explica Orgaz.
En este entorno, en el que la descarbonización es la gran preocupación de nuestro tiempo, la arquitectura —entendida como la disciplina intelectual de la edificación— se presenta como el reflejo de la cultura de toda la sociedad, de la época actual. “La descarbonización, como cualquier cosa que preocupe a la sociedad, va a dejar huella en la edificación”, explica Orgaz.
Desde este enfoque, encontramos la construcción de bajo impacto que afecta al uso, a la durabilidad, a las soluciones constructivas, espaciales y que lo eleva a escala urbana. “La disciplina está asimilando este acuerdo social tácito y está generando sus propias estrategias de manera acelerada”, explica el presidente de GBCe.
No obstante, aún faltan por incorporar nuevas aportaciones de reducción de impacto, como el ciclo de vida, la reutilización de sistemas materiales y el edificio o la ciudad que responda a las necesidades de hoy y a las futuras. “No existe la posibilidad de descarbonizar la economía sin la descarbonización de la edificación y la arquitectura”, concreta Orgaz, quien resalta que “la edificación está llamada a liderar la descarbonización de la economía”.
Del mismo modo, surge la necesidad de atender la complejidad de la edificación de manera unitaria, sin diferenciar entre el edificio y sus instalaciones. “En el actual contexto, en el que esta división se aprecia incluso a nivel administrativo, el papel de GBCe cobra más importancia que nunca al situarse en el centro de la problemática y al servir de lazo entre los extremos”, asevera Orgaz: “La transformación solo es posible desde una perspectiva holística, no fragmentada”, recalca.
En el acto han participado también Pilar Pérez de la Cuadra, tesorera de la Junta de Gobierno del COAM y responsable de la Oficina de Rehabilitación, Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Manuel Blanco, presidente de la Conferencia de Escuelas de Arquitectura de España y director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectos de Madrid (ETSAM) y Joan Groizard, director del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae).
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