La construcción es el primer sector en generación de residuos en Europa. También en España encabeza esta lista, con el 29,8% del total de residuos generados, según datos de Eurostat. Desde los diferentes organismos nacionales e internacionales se está abordando de manera decidida su reducción, y para ello, se está planteando un cambio de visión sobre el edificio, entendiendo este como un banco de materiales. Europa estudia, a propuesta de la Comisión Europea, que el 50% de los materiales que compongan un inmueble (ya sea obra nueva o rehabilitación) sean reciclados.
Y En España, la Ley de Gestión de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada el pasado mes de abril, establece el objetivo de alcanzar el 70% de valorización de los residuos generados por el sector de la construcción y demolición (RCD´s).
Entre los principales cambios introducidos por la ley está la trazabilidad de los residuos; la ampliación de la corresponsabilidad a los promotores y constructores sobre la gestión de los mismos hasta su fin de ciclo, así como una mayor digitalización en los procesos.
Sin embargo, el desconocimiento de una parte del sector de esta normativa, así como cierto retraso a la hora de implementar actuaciones para la correcta gestión de los materiales, “están dando lugar a ciertos desajustes que tendrán que corregirse para alcanzar los objetivos de recuperación y reciclaje”, afirma David Ganuza, director de Expansión en CoCircular, y uno de los coordinadores del Grupo de Trabajo sobre Gestión de Residuos en Construcción, Demolición y Economía Circular del Clúster de la Edificación.
Según una reciente encuesta realizada por este grupo de trabajo –al que pertenecen empresas como ACR, Rockwool, Uponor, CoCircular, Danosa, Grupo Arpada, Universidad Politécnica de Madrid, Instituto de Tecnología Cerámica, Knauf, Saint Gobain y Vía Ágora–, donde se analiza el grado de conocimiento de esta nueva ley, así como la percepción de la economía circular en edificación, tan solo el 25% de las constructoras estaría alcanzando el objetivo del 70% de valorización de residuos en obra. Además, únicamente el 5% de los promotores declaran tener un conocimiento alto o muy alto de la norma.
La otra cara de la moneda la ofrecen los fabricantes de materiales de construcción, quienes afirman que el 87% de los productos de construcción son reciclables al final de su vida útil (superando el objetivo marcado en la ley).
“Nos encontramos en un momento de transición, en el que hay empresas que están tratando de adaptarse muy rápido, y otras que continúan ancladas en la forma de trabajar del pasado, por lo que deberán hacer un esfuerzo por introducir esos cambios que marca la ley”, explica Ganuza.
La encuesta, que se ha llevado a cabo entre más de 400 empresas de ocho de los principales sectores de la edificación: constructores, promotores, fabricantes, distribuidores, gestoras de residuos, prescriptores, instaladores e investigadores, también ofrece información sobre el proceso de digitalización para establecer la trazabilidad de los materiales, clave en esta nueva ley, así como la percepción de la economía circular por parte del sector.
En este sentido, cabe destacar que únicamente el 60% de las empresas gestoras de residuos reconoce haber digitalizado los procesos. Y aunque un 72% ve positiva la nueva ley, el 45% de los encuestados afirma tener un conocimiento medio-bajo de la misma.
En cuanto a la percepción de los materiales reciclados y su empleo en construcción, la encuesta muestra una elevada sensibilidad ambiental por parte de los prescriptores: el 61% de los mismos elegiría un material reciclado, independientemente de su precio, valorando por encima de otras características su reciclabilidad, duración e impacto ambiental.
También los distribuidores de materiales manifiestan este interés en conocer el porcentaje de material reciclado en los productos a la venta (62,5%). Sin embargo, a pie de obra, los instaladores destacan que más de la mitad de sus clientes (constructoras) no demandan el empleo de materiales reciclados en sus proyectos. Además, tanto las gestoras de residuos como las empresas instaladoras señalan la dificultad para separar algunos materiales (especialmente yeso y lana mineral).
En general, la aceptación de la norma por parte del sector es positiva, siendo los fabricantes de materiales (92%) el sector que mejor valora esta transición. “Esta ley supone un paso adelante en la transición hacia la circularidad de nuestra economía, apostando por una nueva forma de proyectar los edificios donde se contempla todo su ciclo de vida, desde el origen de sus componentes hasta su recuperación, reciclaje o eliminación al final de su vida útil”, explica Miguel Rodríguez, responsable del departamento de Prescripción en Rockwool Peninsular y coordinador del Grupo de Trabajo sobre Gestión de Residuos en Construcción, Demolición y Economía Circular del Clúster de la Edificación.
“En este sentido, la construcción industrializada ofrece una importante oportunidad para el sector de la construcción al facilitar el desmontaje del edificio, y la separación de los residuos en obra, al finalizar su vida útil. La incorporación y avance de la industrialización permitirá alcanzar los objetivos fijados”, concluye.
El inmueble ocupa todo el frente de manzana de la calle Sagasta, desde la Plaza de Alonso Martínez hasta la calle Covarrubias.
Ha reflejado la diversidad del sector, a través de los distintos perfiles profesionales que han asistido, entre los que destacan promotoras constructoras y empresas de reformas, un 28%; estudios de arquitectura, un 7%; almacenes y distribuidores, un 15% y talleres e instaladores, un 34%.
Esta operación no sólo le permitirá ampliar su cartera de servicios y ofrecer a sus clientes soluciones integrales en el sector deportivo, sino que también reforzará su presencia en Europa y en todo el mundo.
En esta edición, a la que se han presentado alrededor de un centenar de proyectos procedentes de España y de Portugal, siete han resultado premiados, mientras que nueve han recibido mención entre las cinco categorías del certamen.
Los datos de WorkPlace Data Base revelan que, cuando un trabajador disfruta de un modelo de trabajo híbrido, aumenta su productividad en un 19% y mejora su calidad de trabajo en un 18%.
Este tipo de trabajos requería métodos invasivos y ruidosos, generando vibraciones que podían comprometer la estructura del puente y alterar el ecosistema fluvial. Con la tecnología CRAS, se ha realizado la obra de manera eficiente y segura, sin recurrir a explosivos.
Destaca como un centro de hogar inteligente que integra el punto de acceso del sistema y brinda conectividad sin esfuerzo a dispositivos inalámbricos
Contiene, de forma útil, sencilla y sistematizada, las fichas de cada una de estas estrategias colaborativas.
La renovación no se ha limitado a una simple modernización sino que ha reconectado este coloso con la ciudad y redefinido su imagen, reorganizando los espacios y servicios para adaptarlos a las necesidades del siglo XXI.
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