El material reciclado y la valorización energética de residuos en las fábricas de cemento españolas evitaron en 2018 que 2,25 millones de toneladas de residuos se enterraran en vertederos de nuestro país, según se desprende de la “X Actualización del Estudio reciclado y valorización de residuos en la industria cementera”, elaborado por el Instituto Cerdà, en colaboración con la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación Cema).
Como novedad, los datos de este estudio y todos los recabados desde 2004 han sido digitalizados y recopilados en el nuevo Observatorio de la economía circular de la industria cementera en España, en una página web interactiva que permite al usuario realizar consultas aplicando diferentes filtros por comunidades autónomas, tipos de combustible o materias primas, entre otros, y visualizar los datos gracias al sistema de gráficos dinámicos implementado, y que espera convertirse en un referente para las actuaciones realizadas por el sector en este ámbito.
La labor de reciclaje realizada por la industria cementera cobra aún más valor en el contexto español, donde un 51% de los residuos municipales todavía se envían a vertedero, frente al 23% de la media de la Unión Europea, y más teniendo en cuenta que en 2035 este porcentaje debe reducirse a un 10%, según exige la normativa comunitaria. “Tal y como se pone de manifiesto en nuestro observatorio, el porcentaje de residuos municipales enviados a vertedero en España solo se ha reducido en un punto porcentual en 10 años (2008-2018), frente a los 17 puntos de caída en el conjunto de la UE. Con esa tendencia es prácticamente imposible cumplir el objetivo fijado por la Comisión Europea”, afirma el director gerente de la Fundación Cema, Dimas Vallina.
“Las cifras reflejan la mayor concienciación de los países del centro y norte de Europa en estas temáticas. La mayoría de los países de la UE potencian, respaldados por todos los actores sociales implicados, la valorización material y energética en cementeras. En otros países se premia y fomenta el modelo circular que permite reducir, reutilizar, reciclar y, cuando el residuo no permita las alternativas anteriores, aprovechar energéticamente los recursos que contenga, frente al obsoleto modelo lineal de extraer, producir, consumir y tirar. Prueba de ello son los altos costes de vertido utilizados para penalizar esta práctica en países como Suecia, Alemania o Austria, que duplican o triplican a los de España”, explica el director gerente de la Fundación Cema.
El cemento y la economía circular
Entre 2004 y 2018, la industria cementera española recicló 46,1 millones de toneladas de materias primas alternativas. Por comunidades autónomas, Andalucía, con 10.004.363 toneladas; Asturias, con 7.879.278 toneladas; y Castilla y León, con 5.472.152 toneladas, han sido las autonomías con consumos más elevados. Si nos fijamos en el tipo de materia prima, el observatorio indica que las empleadas en mayor cantidad son las cenizas volantes (23.098 millones de toneladas) y las escorias para molienda de cemento (10.535 millones de toneladas).
En 2018, los materiales reciclados se elevaron a 1,4 millones de toneladas, lo que supone un 4,4% del consumo total de las materias primas del sector.
Por lo que respecta al consumo de combustibles alternativos, en los 15 años analizados en el observatorio (2004-2018) se han valorizado energéticamente un total de 8,8 millones de toneladas de residuos. Además, solo en 2018, se consumieron un total de 852.580 toneladas de combustibles alternativos, lo que supone un incremento del 4% respecto al año anterior y un ahorro en emisiones de CO2 de 755.923 toneladas. Estas cifras equivalen a las emisiones de 687.747 coches, el 2,6% de los turismos del país, o de 3.241 vuelos de ida y vuelta de Madrid a Nueva York.
La Comunidad Valenciana, con 2.198.729 toneladas; Cataluña, con 1.733.487 toneladas; y Andalucía, con 1.713.853 toneladas, han sido las comunidades autónomas con consumos de combustibles alternativos más elevados. Los combustibles alternativos más empleados en 2018 fueron los combustibles derivados de la fracción resto de residuos municipales e industriales (CDR), con 288.365 toneladas; los neumáticos fuera de uso (NFU), con 165.194 toneladas; y las harinas animales, con 97.594 toneladas.
El proyecto, denominado Balin, forma parte del programa Hazitek de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI, del Gobierno vasco.
“Tenemos que ser exigentes y pedirle a la Administración que nos dé garantías. Y la garantía puede ser en forma de certificado de sostenibilidad, seguro trienal u otra que valide la propia Administración”, afirma el presidente de Cepco.
Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
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