El pavimento vinílico ofrece muchas ventajas. Para empezar, es un tipo de revestimiento que, en algunos casos, puede ser instalado en casa por cualquier persona que sea un poco habilidosa o mañosa, sin necesidad de recurrir a profesionales o técnicos. Esto dependerá, eso sí, del tipo de vinílico del que estemos hablando y de la dimensión del espacio que queramos cubrir.
Por un lado, tenemos los suelos vinílicos en rollo. Los que requieren de adhesivos, que hay que pegar sobre el solado, recomendamos que sean instalados siempre por especialistas. Su colocación es la más compleja y para conseguir un resultado óptimo es necesario contar con experiencia y pericia para su instalación.
En cambio, hay otros vinílicos en rollo con tecnología GTF que sí admiten ser instalados por no profesionales. Este tipo de pavimento lleva un reverso textil que permite que se coloque sin problemas sobre un suelo ya existente (azulejos, terrazo, etc.). Este reverso textil, que se extiende a modo de alfombra, se adapta a las pequeñas irregularidades del material anterior y el acabado final es excelente. Eso sí, si la habitación en la que se va a instalar tiene más de 25m2, aconsejamos siempre poner una cinta de doble cara en todo el perímetro de la estancia.
Por otro lado, tenemos los suelos vinílicos en formato loseta o lamas. Éstos, a su vez, pueden ser de tres tipos: autoadhesivos, de instalación tipo CLIC y de instalación autoportante.
El primero de ellos, el vinílico autoadhesivo en formato loseta o lama, recomendamos que sea colocado por expertos, ya que antes habrá que limpiar adecuadamente el suelo existente y tapar sus juntas con una masilla especial. En cambio, los vinílicos con instalación tipo CLIC son los más sencillos de colocar y cualquiera con un poco de paciencia puede hacerlo. Estas losetas o lamas se pueden instalar sobre cualquier suelo sin ningún tipo de trabajo previo, salvo que éste tenga unas juntas excesivas, es decir, más de 4mm de ancho y más de 1mm de profundidad. Si se sobrepasan esas dimensiones, recomendamos tapar la junta antes de colocar el vinílico encima.
Y después está el vinílico de instalación autoportante entre los dos modelos anteriores, el denominado Senso Easy Premium, que ofrece las ventajas del sistema CLIC combinadas con las del autoadhesivo. Este tipo de vinílico se instala de forma sencilla gracias a su sistema autoportante y, además, incorpora un autoadhesivo que le añade solidez al suelo. Lo bueno es que, al no ser un autoadhesivo permanente, cualquiera de las losetas o lamas se puede levantar sin dañar el suelo existente en lo más mínimo. Otra de las ventajas de este tipo de vinílico con instalación híbrida es que no hay que preparar el suelo anterior, ni tapar juntas.
Para terminar, remarcar que, una vez instalado el suelo vinílico en cuestión, su mantenimiento es rápido y sencillo. En todos los casos, sólo será necesario fregarlo de forma habitual con detergentes neutros, no abrasivos, que se encuentran en cualquier supermercado. No es necesario aplicar ceras, ni pulirlo con el paso del tiempo. Aplicando solo el jabón, se mantiene intacto a largo plazo.
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