La construcción modular “está para quedarse” ya que, como explica la directora general de la Asociación Nacional de la Industria del Prefabricado de Hormigón (Andece), Sonia Fernández, “mejora la rapidez hasta un 50% y ahorra cerca de un 20% de los costes”. Todo ello en un contexto en el cual el volumen de obras civiles va al alza, mientras que la edificación residencial sigue en “constante crecimiento”.
Así quedó puesto de manifiesto en un webinar organizado recientemente por Andece y DoubleTrade para exponer las claves del crecimiento exponencial que vive el uso del prefabricado de hormigón en vivienda industrializada. El uso de prefabricados de hormigón en la vivienda modular es una tendencia al alza y los expertos reunidos en este encuentro coincidieron en que “se está a las puertas de un nuevo salto en su relevancia gracias al volumen y prestaciones de construcciones que optan por este sistema”.
Las oportunidades de negocio que hay en el sector no cesan de crecer, según los expertos, y por ello “el prefabricado de hormigón está en continua preparación de una solución que dé respuesta a esta demanda a través de la ampliación su producción”. Así lo reconoce la directora general de Andece antes de remarcar el mayor peso relativo que asumen las obras de edificación en los últimos años.
Además, Sonia Fernández recordó que se está realizando una gran inversión en vías ferroviarias y en infraestructuras como carreteras; “obras para las cuales los prefabricados de hormigón han demostrado ser determinantes a la hora de mejorar la eficacia y los plazos de entrega”.
La industria del prefabricado de hormigón permite un ahorro cercano a los 22 billones de dólares, según los datos obtenidos en el estudio sobre construcción modular de McKinsey & Company que presentó la representante de Andece en su ponencia. En un mercado que oscila los 130 billones de dólares, esto representa cerca de un 17% del total de los costes; “una cuantía muy elevada que plasma uno de los principales motivos por los que esta tecnología revoluciona el sector”.
Las edificaciones industrializadas, construidas a partir de elementos prefabricados de hormigón estandarizados y elaborados previamente en fábricas, reducen los plazos de ejecución, suponen un importante ahorro de costes durante toda la vida del edificio y mejoran la sostenibilidad en el sentido más amplio del concepto de los inmuebles. “Esta modernización del sector residencial supone una revolución industrial que transforma la concepción de las viviendas tradicionales y que, a la par, supone un menor impacto medioambiental al lograr un aprovechamiento energético más eficaz”, concluyeron.
La vicepresidenta segunda del Gobierno ha visitado la sede y el centro de formación de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) en Madrid.
El proyecto se inició en 2017 con un estudio exhaustivo de la evolución histórica y arquitectónica del edificio hecho a través de fotografías antiguas, calas realizadas en obra y con el estudio de color del edificio en el momento de su inauguración, el 1888.
Dispone de cuatro acabados mate y de dos tipos de palancas: la clásica en forma de gota y la palanca en forma de cilindro.
A través de los canales digitales de la empresa, y tras el diseño y lanzamiento de campañas de publicidad online, se captan contactos reales de clientes particulares interesados en el cambio de ventanas.
Desde Agremia aconsejan limpiar y sustituir los filtros de aire para retirar las impurezas y partículas en suspensión.
Cuenta con una serie de funciones diseñadas para mejorar la comodidad y la calidad del aire en los hogares.
Se celebrará del 23 al 25 de abril en Ifema Madrid bajo el eslogan ‘It’s time: industrialize for sustainability’.
La construcción está en una encrucijada y el proyecto Iceberg se erige como una iniciativa pionera para transformar un sector tradicionalmente lineal.
Los cambios en su uso y su papel, cada vez más relevante, dentro de la vivienda definen este espacio para el día a día, donde todos los habitantes se sientan a gusto, no haya riesgos innecesarios, se apueste por la ergonomía y se pueda cocinar y disfrutar a partes iguales.
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