El PVC (Policloruro de Vinilo) es un material compuesto mayoritariamente por un 43% de etileno y un 57% restante de un derivado de la sal común. Es un material sostenible por su gran durabilidad, capacidad de aislamiento y facilidad de reciclaje. Puede reutilizarse muchas veces debido a su composición, lo que ha llevado a que hoy en día muchos productos de construcción se fabriquen en este material, con el fin de aumentar su ciclo de vida y su cadena de valor.
Para un edificio, instalar ventanas de PVC con valores bajos de transmitancia Uw (coeficiente que mide el grado de transmitancia de temperatura (frio o calor) de un material entre dos ambientes separados) significa conseguir un mayor aislamiento y un ahorro energético significativo.
Numerosos estudios han destacado la sostenibilidad ambiental efectiva de los perfiles de PVC por su alta durabilidad y la posibilidad de recuperarlos al final de su vida útil, reciclándolos para elaborar nuevos productos.
Los rigurosos controles que se llevan a cabo desde la década de los 80, sujetos a certificaciones de calidad de cada país, verifican que los materiales reciclados que se usan en el núcleo de los perfiles de PVC son cualitativamente iguales al material virgen y no implican una merma en su calidad y rendimiento.
El PVC se puede reciclar más de 10 veces sin perder capacidades físicas-mecánicas, con una estimación de uso de 35 años por cada ciclo de reciclado, por lo que el ciclo de vida potencial completo de los materiales en PVC es de 350 años.
Las mejores prestaciones
Dentro de la amplia gama de productos Deceuninck, el perfil Elegant Infinity Thermofibra destaca por su innovadora tecnología basada en la fibra de vidrio que reduce su peso en un 30%, con tan solo 76 mm de profundidad de marco y sus seis anillos de estanqueidad que mejora sustancialmente las prestaciones de aislamiento y durabilidad.
Las ventanas con perfiles de Deceuninck pueden durar más de 50 años y, dada su gran capacidad aislante, se puede ahorrar hasta 50.000 litros de gasóleo de calefacción por vivienda.
Deceuninck cuenta con su propia planta de reciclaje, con una capacidad de 45.000 toneladas de material reciclado, lo que permite un ahorro de 2,3 millones de ventanas desechadas que, después de su proceso de transformación, vuelven al mercado con las mismas prestaciones.
Deceuninck está comprometida con la transparencia en todas sus actividades e incorpora la sostenibilidad en todos los aspectos del negocio (uso de energías renovables, economía circular, política de cero residuos…). Alguna de las certificaciones que la compañía ha obtenido a lo largo de su trayectoria son la etiqueta VinylPlus, de mejora del rendimiento sostenible del PVC para algunas de sus gamas de producto; y la certificación Eucertplast, por sus actividades de reciclaje.
El consultor internacional en desarrollo sostenible Dominique Bidou ofreció la conferencia inaugural en el VI Congreso ITE+3R.
El edificio, que se encuentra actualmente en construcción, incluye lo último en flexibilidad y modularidad en espacios de trabajo con el fin de poder adaptarse a las nuevas tendencias del mercado de oficinas.
Con este movimiento, el grupo fortalece su autonomía operativa en el sudeste asiático.
La empresa busca con este cambio dotarla de un diseño más visual e intuitivo que permita navegar con más fluidez.
Fundado por Mark Fenwick y Javier Iribarren, el estudio Fenwick Iribarren Architects apuesta por la adaptación ambiental, la sostenibilidad y el bienestar. Obras emblemáticas como el estadio 974 para el Mundial de Qatar, la Torre Caleido y el edificio Ruiz Picaso 11 llevan su firma.
Al evitar filtraciones de agua, la impermeabilización no solo protege las estructuras, sino que también optimiza el rendimiento térmico, reduce el consumo energético y alarga la vida útil de los materiales.
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