Cuando en 2008 mi socio, Javier Iribarren, y yo decidimos dar un gran impulso internacional al estudio e iniciar la búsqueda de grandes proyectos por todo el mundo, observamos que todos los grandes clientes con los que nos reuníamos para contratar nuevas obras incluían a fuego en su lista de peticiones la necesidad de que las construcciones fueran totalmente sostenibles. Nos solicitaban cuidar especialmente en la nueva edificación aspectos como el tratamiento del agua, los usos energéticos del edificio, los materiales utilizados y, por supuesto, las tecnologías aplicadas. Todo con el fin de que la nueva construcción fuera lo más sostenible y respetuosa posible con el medio ambiente.
A nosotros todas estas preocupaciones “verdes” nos parecían fundamentales y muy adecuadas. Pero nos dimos cuenta de que se olvidaban de las personas. Del bienestar de las personas que iban a habitar esos edificios. Porque, al final, los edificios los ocupan personas y para cualquier empresa o institución el confort y la comodidad de los futuros moradores de esos edificios tendría que ser una de sus grandes prioridades.
Y fue en ese instante cuando nos surgió la idea de regir todos nuestros proyectos a partir de entonces según un nuevo concepto de innovación: el “Blue Architecture”. Estas dos palabras no significan otra cosa que el objetivo de que todos los edificios que diseñamos sean “vivibles” y favorezcan el bienestar, la salud y el confort de quienes los habitan. Y, otro aspecto muy importante, que esos nuevos proyectos deben entrar a formar parte de la cultura de las ciudades y regiones del mundo donde se construyen.
Esa filosofía de trabajo nos obliga a diseñar los edificios a escala humana, a crear ambientes y recorridos agradables, evitando todos aquellos espacios alienantes. A crear “sentido del lugar”, mediante patios, plazas, lugares de descanso, jardines y paseos. A incluir espacios comunes que propicien la interactividad social, áreas que permitan disfrutar con amigos y familia o con compañeros de trabajo, en el caso de las oficinas. A cuidar la luz, la temperatura, acústica y la ventilación para que toda la estética esté al servicio del usuario. Porque todo ello promueve la productividad, el sentido de pertenecía a un lugar y el bienestar de las personas.
Para nosotros, la experiencia del edificio comienza incluso antes de entrar al propio edificio. Cada vez es más importante lo que se denomina “the arrival experience” o la experiencia previa a la llegada del edificio. Es decir, cómo se percibe desde la distancia, cómo se llega a este edificio, cuál es la secuencia de acercamiento.
Concebimos la arquitectura con una visión modular y reciclable. Algunos proyectos se plantean como edificios temporales que tienen un uso determinado durante un tiempo y luego se desmantelan o se trasladan a otro lugar. Este es el caso del estadio 974, concebido para albergar el Mundial de Fútbol Qatar 2022 y que será desmantelado y trasladado parcial o totalmente a otro país. Evitando así que grandes instalaciones deportivas creadas para un determinado evento queden abandonadas y sin uso una vez concluidos éstos.
Gracias a este estadio 974 se ha generado, tanto en Asia como en Oriente medio, un gran interés por la creación de estadios provisionales y reutilizables, incluso de pequeñas dimensiones. Y no solo eso, sino que se observa una tendencia a la construcción de estadios de pequeña capacidad, de alrededor de 10.000 espectadores, que actúan como dinamizadores de la vida deportiva de pequeñas ciudades con el ánimo de implantar la cultura deportiva en su localidad.
Esta misma filosofía de arquitectura reciclable se puede llevar al terreno del ocio y el turismo. Vemos claramente viables la construcción de hoteles y recintos turísticos desmontables y reutilizables, que operen cuando la demanda turística sea alta y que puedan reutilizarse cuando baja la afluencia o finalizan ciertos eventos.
Otra de las ventajas de diseñar los edificios pensando en el bienestar de quienes los habitan es el poder reinventar los espacios de trabajo y oficinas, haciendo que los límites del edificio se difuminen. Los espacios interiores parecen exteriores y aparecen gradas estanciales, espacios multifuncionales, terrazas interiores, terrazas exteriores con vegetación asociados a los puestos de trabajo. Los límites dentro-fuera se desdibujan. Las reuniones en los nuevos edificios de oficinas pueden ser al aire libre. También el trabajo se puede realizar en estos espacios más abiertos y diferentes al espacio de trabajo tradicional.
En estos nuevos entornos de trabajo, el coche ya no es protagonista, se aparta totalmente de la escena principal. En lugar de ello, la movilidad ahora es eléctrica y sostenible y, sin duda, más divertida. Segways y pequeños coches eléctricos unen los edificios con vías rápidas de conexión entre ellos. Se convive con espacios públicos y estanciales, cafeterías, terrazas y espacios verdes.
Asimismo, esta filosofía del “Blue Architecture” nos recuerda las nuevas necesidades que impone el cambio climático en las obras proyectadas. Lo que nosotros llamamos la resiliencia climática y la priorización del bienestar de las comunidades más expuestas al cambio climático. Se imponen las “islas” para favorecer una menor temperatura en verano y evitar excesivo frio en invierno mediante la utilización de espacies de vegetación adecuadas al entorno. También priorizamos la eficiencia en los sistemas de riego y consumos de energía eléctrica y adaptamos la arquitectura al paisaje existente cuando hay que realizar intervenciones de la edificación en el paisaje. Incluso hemos conseguido llevar la vegetación a la fachada misma de un estadio, como ocurre con el proyecto del futuro Estadio Nacional de Belgrado (Serbia), que será el primer gran “estadio jardín” del mundo.
Y este fuerte compromiso con el bienestar de las personas nos ha llevado también a pensar en los estadios como grandes instalaciones deportivas ecoamigables y responsables. Campos de fútbol con usos asociados al mismo y multifuncionales, que no dependan única y exclusivamente de un uso puntual de un día de partido. Y en los que cada vez cobran mayor importancia los negocios vinculados al propio evento deportivo. Entre ellos, la tienda del club, las áreas de restauración y temáticas, las tarjetas de fidelización del club, las áreas de educación e integración con el barrio y la ciudad donde se establece.
Este artículo aparece publicado en el nº 591 de CIC, págs. 8 y 9.
El proyecto, denominado Balin, forma parte del programa Hazitek de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI, del Gobierno vasco.
“Tenemos que ser exigentes y pedirle a la Administración que nos dé garantías. Y la garantía puede ser en forma de certificado de sostenibilidad, seguro trienal u otra que valide la propia Administración”, afirma el presidente de Cepco.
Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), con la financiación de la Generalitat Valenciana, lanza la campaña ‘El ingrediente secreto’.
Saint-Gobain, especialista en construcción ligera y sostenible, en colaboración con Green Building Council España (GBCE), han organizado la jornada ‘Soluciones para una edificación descarbonizada’.
Según datos del II Estudio Pluxee de Retos y Tendencias en RRHH 2024, el 58% de las empresas españolas ya han adoptado un modelo de trabajo 100% presencial.
La jornada ‘Rehabilitación. Por un edificio habitable y accesible’ se ha celebrado este 14 de noviembre en la sede oficial del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.
Esta iniciativa reúne a los grandes profesionales del sector, comprometidos todos ellos con la misión de ayudar a las familias que han visto sus hogares devastados.
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