La Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales, Puertos y de la Ingeniería Civil (AICCPIC), ha presentado el Informe de Infraestructuras 2023, en el que, cada cuatro años, se analiza la situación de las infraestructuras españolas en aeropuertos, carreteras, ciclo del agua, ferrocarril, trasporte público urbano y puertos, comparándola con otros 29 países.
En el análisis de las conclusiones de este informe participó la presidenta de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (Anci), Concha Santos, quien propuso que “hay que invertir de manera suficiente y estable. Utilizando los mecanismos de financiación complementarios, tanto pública como privada, para dar el servicio adecuado a los ciudadanos”.
Por su parte, Julián Núñez, presidente de Seopan, aseguró que “España acumula un importante déficit inversor que nos coloca como la última economía de la UE en inversión por habitante y superficie en 2023/2024, con 1.662 euros por km2 y millón de habitantes”.
En el acto de presentación también participó la secretaria general de Tecniberia, Araceli García, que hizo hincapié en la necesidad de planificación en ferrocarriles convencionales destacando que “en puertos hace falta la conexión de ferrocarril con puertos en el ámbito del agua”.
Al acto asistieron los coordinadores de los seis sectores que analiza este informe, que comentaron sus conclusiones después de casi dos años de trabajo. El informe otorga una valoración a las infraestructuras españolas de un 6,2, (sobre 10) una décima por debajo de la nota que aportó el último informe realizado en 2019. En total, se han medido 333 indicadores repartidos en los seis sectores estudiados.
La metodología utilizada en este informe, dirigido por el ingeniero de caminos, canales y puertos José María Izard, contiene una evaluación objetiva, basada en indicadores cuantitativos, así como una evaluación cualitativa de la obra pública en España basada en las opiniones de un grupo seleccionado de expertos por cada sector.
Para el análisis se han utilizado ocho criterios. La suma de los resultados de cada criterio ha dado lugar a la nota final de cada categoría. Dichos criterios son: Capacidad, Prestaciones, Financiación, Adaptación al futuro, Operación y Mantenimiento, Seguridad, Resiliencia e Innovación.
La Red de Alta Capacidad es de las mejor valoradas de los países estudiados, por detrás de Alemania, Japón, Francia, EE.UU y Corea del Sur, no así el resto de redes. El análisis revela que la red de carreteras de alta capacidad en España es una de las más extensas y destacadas del mundo, aunque algunos tramos específicos requieren mejoras, especialmente en áreas urbanas. Además, se enfatiza la necesidad de una planificación a medio y largo plazo que considere la movilidad y las demandas futuras.
Los criterios mejor valorados son la capacidad, donde España obtiene la mejor valoración, prestación y en seguridad. Sin embargo, España recibe una calificación insuficiente en materia de financiación.
Otros puntos destacados del estudio incluyen la necesidad de áreas de servicio y descanso en la red de carreteras de gran capacidad, mejoras en las carreteras convencionales, la implementación de una tasa por el uso de carreteras de gran capacidad, el enfoque en la preservación del medio ambiente y vehículos, la actualización de la legislación relacionada con la sostenibilidad y el uso de nuevas tecnologías, y la importancia de análisis de coste-beneficio para futuras inversiones en carreteras contaminante.
La red ferroviaria de alta velocidad en España se destaca como una de las mejores a nivel mundial, con una extensión de 3,487 kilómetros de vías. España obtiene una puntuación de 6,2 inferior a la de otros países como Alemania, Francia, Reino Unido y Japón.
España obtiene una calificación sólida en capacidad y seguridad, así como una calificación suficiente en resiliencia, prestaciones, adaptación al futuro y desarrollo sostenible. Sin embargo, presenta una calificación insuficiente en financiación y operación y mantenimiento.
No obstante, el sistema ferroviario presenta áreas que requieren mejoras significativas, especialmente en ciudades de tamaño medio y en la conectividad intermodal. A pesar de sus logros, la inversión reciente se ha concentrado en la expansión de la alta velocidad, a menudo en detrimento de las líneas ferroviarias convencionales.
Como áreas de mejora, el informe destaca la sostenibilidad y la eliminación de combustibles fósiles, la seguridad y vigilancia de las líneas ferroviarias y la digitalización, entre otros factores.
El precio promedio del agua doméstica en España es uno de los más bajos de Europa y, aunque el abastecimiento doméstico es bueno, se requiere un enfoque regionalizado para los sectores industrial y agrícola.
En esta parte del informe es destaca la falta de una política hidráulica nacional y la importancia de mantener la gestión privada para el suministro en baja y mejorar la inversión en depuración en el ciclo urbano del agua.
Para enfrentar los desafíos en este sector se señala la necesidad de promover la creación de sistemas o mancomunidades para garantizar la viabilidad técnica, económica y ambiental en el ámbito urbano. También se destaca la importancia de mejorar la seguridad de las instalaciones relacionadas con el agua y fomentar la participación del sector privado en el proceso de I+D+I.
En su conclusión, José Trigueros, presidente de Asociación Caminos y del Instituto de la Ingeniería de España, reivindica “más financiación para las infraestructuras españolas”. Además, subraya la necesidad de contar con más ingenieros para que participen en la resolución de los grandes desafíos que tiene España.
Este sector, aunque obtiene una de las mejores puntuaciones dentro del Informe de Infraestructuras (6,5), ha contado con el inconveniente de no contar con bases de datos unificadas y homogéneas dentro del ámbito portuario.
A pesar de los obstáculos en la recopilación de datos, en el informe se reconoce la importancia de los puertos en el sistema de transporte, ya que impulsan el desarrollo económico y facilitan el movimiento de personas y mercancías. El Sistema Portuario Español desempeña un papel vital, representando, aproximadamente, el 20% del PIB del país.
Para abordar los desafíos en este sector se proponen algunas medidas clave como la sostenibilidad ambiental mediante la generación de energía renovable y la conservación de la biodiversidad. También se busca desarrollar zonas logísticas cercanas a los puertos para promover la descarbonización y automación portuaria. También se considera la ampliación de la capacidad en algunos puertos y se prioriza la mejora de la conectividad, resiliencia y digitalización.
Este sector obtiene un 6,8. En la comparación, España destaca en capacidad, prestaciones, seguridad y resiliencia. Sin embargo, el informe detecta que existen oportunidades de mejora como la falta de coordinación entre administraciones o la desigualdad de oferta.
Con el objetivo de avanzar hacia una movilidad más sostenible, los expertos sugieren trabajar sobre la descarbonización de las flotas de autobuses urbanos e interurbanos, la implementación de carriles segregados para el transporte público y la construcción de estaciones intermodales.
En términos de inversión, se estima que sería necesario destinar entre 90 y 110 euros por habitante y año para satisfacer las necesidades del transporte público urbano y metropolitano.
En las grandes áreas, la que obtiene mejor valoración es la de aeropuertos, que obtiene un 6,9. Según las conclusiones del informe, España cuenta con una destacada red de aeropuertos que se encuentra entre las mejores del mundo en términos de capacidad y servicios.
Lo que la hace más notable es que se autofinancia mediante el cobro de tasas por el uso de las instalaciones sin necesidad de recurrir a los presupuestos generales del Estado. Uno de los retos de España es reducir la huella de carbono de los aeropuertos, implementando medidas como la reducción del ruido y el uso de energía eléctrica en algunas operaciones.
En el futuro, la inversión se debería centrar en transformar y mejorar las infraestructuras existentes lo que se enfoca en aumentar la sostenibilidad, la generación de energías renovables y la digitalización. En materia de inversión, los autores del informe consideran que se necesitará entre 7.000 y 10.000 millones de euros anuales, durante los próximos 10 años para desarrollar las infraestructuras portuarias en España.
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