Los semiconductores, el “cuello de botella” de los contenedores en transporte marítimo, la falta de materias primas como metales y plásticos... “son ingredientes de un desabastecimiento generalizado que tiene alcance global, que se ha visto disparado después del parón obligatorio del Covid-19”, como explican desde la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum): “La demanda está imparable, pero la oferta es reducida, lo que se ha traducido en un incremento de los precios, y de los costes de los fabricantes”, recuerdan.
Un auge de precios-costes que ya se está repercutiendo en toda la cadena de valor del material eléctrico, tal y como constata la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), que recientemente anunció que el coste de las obras se ha disparado ya más de un 22%, y cuatro de cada diez empresas han cancelado o paralizado sus obras.
Otro indicador de la escalada de precios-costes es el que presentó hace días el INE, el Índice de Precios Industriales general -conocido como IPRI- que mide los precios de productos industriales fabricados y vendidos en mercado interior, antes de transportes, comercialización e IVA. Un índice que en octubre marcó un +31,9%, lo que significa el mayor incremento desde que se comenzó a medir en 1976.
“En suma -señalan fuentes de Anfalum-, estamos ante una escasez de oferta que propicia un aumento de precios, e incluso a replantearnos la manera de producir bienes de equipo, y de consumo. Uno de los motivos es la deslocalización masiva que hemos hecho desde Europa hacia terceros países, en busca de una mano de obra barata y de mayor rentabilidad”. El resultado, añaden, “lo tenemos encima: escasez, aumento de demanda, aumento de los precios, y la inflación rozando el 6%”.
En este contexto, desde la asociación animan a todas las empresas del sector de iluminación, y en general a todo el tejido industrial, “a que miren hacia dentro, planificando mejor con una mejor prescripción de cada proyecto, reinvirtiendo en la producción local, en economía circular -hay que reaprovechar todos los elementos que componen lámparas y luminarias para no agotar las materias primas del planeta-, y en la apuesta de una logística más cercana que no comprometa los aprovisionamientos en plazo y costes. En otras palabras, reducir la dependencia mundial que tenemos del mercado asiático”.
En opinión de Anfalum, esta coyuntura adversa también nos deja una lección: “El consumo de materiales, de tierras raras, de semiconductores no es sostenible en un planeta con recursos finitos. O cambiamos el modelo o la escasez nos obligará a cambiar. En este sentido, la economía circular puede ser clave para tratar de alargar la vida útil de los equipos lo más posible”, afirman.
La vicepresidenta segunda del Gobierno ha visitado la sede y el centro de formación de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC) en Madrid.
El proyecto se inició en 2017 con un estudio exhaustivo de la evolución histórica y arquitectónica del edificio hecho a través de fotografías antiguas, calas realizadas en obra y con el estudio de color del edificio en el momento de su inauguración, el 1888.
Dispone de cuatro acabados mate y de dos tipos de palancas: la clásica en forma de gota y la palanca en forma de cilindro.
A través de los canales digitales de la empresa, y tras el diseño y lanzamiento de campañas de publicidad online, se captan contactos reales de clientes particulares interesados en el cambio de ventanas.
Desde Agremia aconsejan limpiar y sustituir los filtros de aire para retirar las impurezas y partículas en suspensión.
Cuenta con una serie de funciones diseñadas para mejorar la comodidad y la calidad del aire en los hogares.
Se celebrará del 23 al 25 de abril en Ifema Madrid bajo el eslogan ‘It’s time: industrialize for sustainability’.
La construcción está en una encrucijada y el proyecto Iceberg se erige como una iniciativa pionera para transformar un sector tradicionalmente lineal.
Los cambios en su uso y su papel, cada vez más relevante, dentro de la vivienda definen este espacio para el día a día, donde todos los habitantes se sientan a gusto, no haya riesgos innecesarios, se apueste por la ergonomía y se pueda cocinar y disfrutar a partes iguales.
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