La Unidad de Análisis de Sistemas de Imdea Energía participa activamente en la exploración de nuevos materiales de construcción con baja o nula huella de carbono, como el sulfatoaluminato cálcico o los carbonatos de magnesio, que pueden sustituir a las alternativas convencionales, como el cemento Portland o el yeso laminado.
En la industria del cemento, la búsqueda de combustibles alternativos ha dominado la mayor parte de las innovaciones para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel industrial. Sin embargo, como explican desde el instituto, “la mayor parte de emisiones provienen de la calcinación de la piedra caliza, lo que dificulta las reducciones mayores sin la reformulación de la composición del clinker, componente principal del cemento”.
Entre las múltiples soluciones propuestas destaca el sulfoaluminato cálcico. Este tipo de cemento puede producirse sin cambios en la tecnología de la planta de producción, requiere una menor cantidad de energía térmica en su manufactura y un consumo de caliza significativamente menor. Imdea Energía ha demostrado que este material puede reducir hasta el 35% de la huella de carbono de la alternativa convencional, con unos costes prospectivos inferiores a los del cemento Portland.
Además, el instituto también ha demostrado la ecoeficiencia asociada al uso de carbonatos de magnesio en la fabricación de un material similar al yeso laminado en cuanto a propiedades mecánicas. “Al estar compuesto por un carbonato, que deriva del dióxido de carbono capturado por absorción alcalina, el nuevo material tiene un alto potencial de huella de carbono nula o, incluso, negativa si se produjese a la escala industrial a la que se produce el yeso laminado. Para dicho resultado, son necesarias la utilización de CO2 procedente de la industria, salmueras de desalinización como fuente de magnesio y fuentes de alcalinidad sostenible”, explican.
La viabilidad de la producción y utilización de ambos materiales está siendo investigada por la Unidad de Análisis de Sistemas en el marco de dos proyectos de investigación industrial, financiados por Qatar National Research Fund y en colaboración con Gulf Organisation for Research and Development.
El proyecto se inició en 2017 con un estudio exhaustivo de la evolución histórica y arquitectónica del edificio hecho a través de fotografías antiguas, calas realizadas en obra y con el estudio de color del edificio en el momento de su inauguración, el 1888.
Dispone de cuatro acabados mate y de dos tipos de palancas: la clásica en forma de gota y la palanca en forma de cilindro.
A través de los canales digitales de la empresa, y tras el diseño y lanzamiento de campañas de publicidad online, se captan contactos reales de clientes particulares interesados en el cambio de ventanas.
Desde Agremia aconsejan limpiar y sustituir los filtros de aire para retirar las impurezas y partículas en suspensión.
Cuenta con una serie de funciones diseñadas para mejorar la comodidad y la calidad del aire en los hogares.
Se celebrará del 23 al 25 de abril en Ifema Madrid bajo el eslogan ‘It’s time: industrialize for sustainability’.
La construcción está en una encrucijada y el proyecto Iceberg se erige como una iniciativa pionera para transformar un sector tradicionalmente lineal.
Los cambios en su uso y su papel, cada vez más relevante, dentro de la vivienda definen este espacio para el día a día, donde todos los habitantes se sientan a gusto, no haya riesgos innecesarios, se apueste por la ergonomía y se pueda cocinar y disfrutar a partes iguales.
MPA Delivery Partners, una empresa conjunta de Mace, Parsons Corporation y Arcadis, fue seleccionada para actuar como socio de este proyecto en febrero de 2024.
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