En la actualidad, los productos aislantes térmicos juegan un papel relevante en la industria de la climatización. Este tipo de productos, cuando se emplean en el ámbito constructivo, están sujetos a una serie de exigencias de obligado cumplimiento, como por ejemplo el Marcado CE. Por ello conviene conocer y diferenciar los posibles tipos de clases que nos podemos encontrar para emplearlos de manera adecuada.
El marcado CE es de obligado cumplimiento y requiere, entre otras exigencias, conocer la reacción al fuego del producto. Hay dos maneras de evaluarla. La primera de ellas sería con los productos desnudos y sin ningún medio de instalación, como por ejemplo mediante adhesivos. Este tipo de evaluación es obligatoria. La segunda posibilidad de evaluación es opcional y consiste en simular las aplicaciones finales de uso mediante ensayos con montajes normalizados. Esta forma de evaluación proporciona a los fabricantes y a los usuarios de estos productos un mayor conocimiento del comportamiento del producto en caso de incendio, ya que se ensaya en su aplicación final de uso. Conviene recordar que la mayoría de productos aislantes se incorporan a un sistema de montaje del edificio (aplicación final de uso) y no están expuestos directamente a ninguna fuente de calor.
¿Se ensayan igual todos los productos aislantes?
El actual sistema de clasificación de la reacción al fuego está compuesto por tres partes independientes. La primera parte consiste en clasificar al producto con una de las siguientes clasificaciones: A1, A2, B, C, D, E y F. Esta categorización se basa en diferentes parámetros como por ejemplo la liberación de calor, la propagación de llama, etc. Cada letra requiere de unos ensayos distintos, por lo que es necesario conocer de antemano si el producto está sujeto a algún tipo de clasificación concreta. No es lo mismo ensayar un producto para conseguir una euroclase A1 que para una B. En función de la naturaleza del material aislante y de la aplicación final de uso de dicho aislante, las clasificaciones pueden ser muy diferentes. Con la euroclase A1 se clasifican los productos y/o materiales con mejor comportamiento al fuego y con la euroclase F los que pueden presentar un comportamiento desfavorable en caso de incendio.
La segunda parte de la euroclase caracteriza la opacidad de los humos generados por el producto ensayado, siendo s1 el mejor comportamiento y s3 el más desfavorable. Finalmente, la euroclase dispone de una parte para conocer la posible caída de partículas inflamadas. En el caso que no las hubiera durante los ensayos, el producto se identificaría con un d0. Por el contrario, si hubiera partículas inflamadas, este hecho se reflejaría con un d1 o d2 dependiendo del tiempo de inflamación.
Pero debemos conocer que no siempre todos las formas de los productos aislantes se ensayan de la misma manera, aunque sigan el esquema de las euroclases. Este hecho queda de manifiesto con los aislamientos térmicos lineales, como por ejemplo las coquillas. Los métodos de ensayo aplicables son los mismos que para los productos destinados a techos y paredes, pero la forma de ensayo es diferente para algunas clasificaciones (B,C y D). Esto sucede en el ensayo del SBI según la norma UNE-EN 13823. Este ensayo consiste en simular el comportamiento al fuego de un producto instalado en habitación en la que existe un único elemento ardiendo en una esquina (podría simular un incendio en una habitación en la que tenemos una papelera ardiendo).
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