La pandemia global que azota a medio mundo y que lleva el nombre de coronavirus ha suscitado un fuerte debate en el sector de la arquitectura. Los especialistas se hacen la siguiente pregunta: ¿cómo puede la arquitectura moderna mejorar la vida de las personas al tiempo que contribuye a evitar futuras pandemias? ¿Cómo se ha de enfocar la construcción de espacios públicos compartidos? Algunas de las tendencias de los últimos años se encuentran sometidas a debate tras la amenaza del Covid-19. En poco más de dos meses, el universo de la arquitectura se ve obligado a repensarse. Analizamos las principales cuestiones al respecto.
Relativo a las condiciones de seguridad que exige a los proyectos, el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) recomienda una serie de medidas para evitar la propagación del virus que se puede leer en esta web. Al incremento del cuidado por la higiene personal o el distanciamiento entre individuos, se suman la entrada escalonada de los trabajadores a las obras para evitar aglomeraciones, los controles de medición de temperatura o la paralización inmediata de la obra en caso de que algún empleado sea portador de la enfermedad.
Muchas empresas del sector, por su parte, han activado desde hace semanas la opción de teletrabajo para todos aquellos empleados que puedan desarrollar sus tareas desde casa. Tras estas medidas, muchos se preguntan si el modelo de trabajar en la oficina se habrá de
repensar ante la amenaza de una pandemia. El teletrabajo permite a las empresas desarrollar el talento en cualquier localización geográfica y ahorrar gastos asociados al mantenimiento de los edificios.
Este nuevo paradigma plantea una evolución en el diseño de los espacios de oficina o en espacios de trabajo alternativos y la arquitectura deberá dar una respuesta eficiente. Manuel García Palomo, profesor del Máster en Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo de ESIC, recomienda en una entrevista: “El trabajador tiene que reconocer qué se necesita en cada momento, establecer un criterio de importancia y ser disciplinado”.
En referencia a la seguridad de los espacios públicos, especialmente los muy concurridos, la arquitectura se enfrenta al reto de diseñarlos con el fin de que cumplan con las máximas condiciones higiénico-sanitarias que eviten la posible propagación de futuras epidemias. Manusa, compañía internacional dedicada al diseño, fabricación y distribución de accesos inteligentes, ha publicado en su web qué pueden aportar al respecto las puertas automáticas, capaces de facilitar la entrada y salida de los edificios sin necesidad de tocarlos, evitando así el posible contagio a través de las manos y ayudando a frenar la propagación del virus.
En los últimos días estamos viendo cómo el sector de la salud está particularmente afectado y exigido por el Covid-19. En diversas ciudades a lo largo del mundo, se están construyendo unidades temporales de atención y hospitales provisionales. A este respecto, la arquitectura
hospitalaria, cuyo planteamiento se centra específicamente en dar respuesta a necesidades sociales y de carácter sanitario, debe encontrar soluciones de urgencia para mejorar las condiciones tanto de pacientes como de personal médico.
Conceptos como el acceso universal o la disgregación de los enfermos para evitar contagios en masa son algunas de las mejoras
planteadas por la arquitectura hospitalaria que, a lo largo de la historia, ha tenido que adaptarse a la evolución tanto de la medicina como de la sociedad.
Siempre fue un tema fundamental para el sector de la arquitectura, pero la preocupante actualidad provoca que, de ahora en adelante, además de ser una herramienta para crear entornos con tecnología de vanguardia, accesibles y al mismo tiempo confortables, deberá tener más presente si cabe las condiciones de seguridad sanitarias para desarrollar las funciones oportunas de contención de futuras epidemias. La seguridad de la sociedad exige este esfuerzo.
El consultor internacional en desarrollo sostenible Dominique Bidou ofreció la conferencia inaugural en el VI Congreso ITE+3R.
El edificio, que se encuentra actualmente en construcción, incluye lo último en flexibilidad y modularidad en espacios de trabajo con el fin de poder adaptarse a las nuevas tendencias del mercado de oficinas.
Con este movimiento, el grupo fortalece su autonomía operativa en el sudeste asiático.
La empresa busca con este cambio dotarla de un diseño más visual e intuitivo que permita navegar con más fluidez.
Fundado por Mark Fenwick y Javier Iribarren, el estudio Fenwick Iribarren Architects apuesta por la adaptación ambiental, la sostenibilidad y el bienestar. Obras emblemáticas como el estadio 974 para el Mundial de Qatar, la Torre Caleido y el edificio Ruiz Picaso 11 llevan su firma.
Al evitar filtraciones de agua, la impermeabilización no solo protege las estructuras, sino que también optimiza el rendimiento térmico, reduce el consumo energético y alarga la vida útil de los materiales.
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