“Para 2024, todavía no disponemos de las cifras oficiales del sector de la elevación en España, pero sí podemos adelantar que el crecimiento en nuevas instalaciones será similar al año anterior, situándose en un volumen de negocio que pasará ligeramente de los 400 millones de euros [el segmento de instalación experimentó un incremento del 6,0% en 2023, alcanzando los 620 millones de euros, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de Cesce)]”. Estas son las previsiones que hace José Carlos Frechilla, director de la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda), para una industria, la de la elevación y el transporte vertical, que lleva años manteniendo un crecimiento sostenido en nuestro país. “La exportación también incrementará sus cifras en un 5%, llegando a los 560 millones de euros”, añade.
“España es un país importante a nivel mundial en la fabricación de ascensores y componentes”, afirma tajante la Asociación de Empresas de Componentes para Aparatos Elevadores (Aecae) en declaraciones a CIC. No obstante, “uno de los grandes retos que tenemos como fabricantes es mantener a la industria española de ascensores en esta posición de liderazgo. Para ello, los avances en la productividad son esenciales y, por ende, la innovación tecnológica”, sostiene.
Desde Feeda, Frechilla aporta una brizna de esperanza y, al mismo tiempo, plantea un importante reto: “Las expectativas del sector en términos de actividad y oportunidades de mercado, a corto plazo, son excelentes, pero se verán lastradas por la inseguridad jurídica que en temas laborales y de política presupuestaria existen actualmente en la política nacional. Los costes de materias primas, de la energía y el aumento del IPC subyacente también lastrarán el crecimiento económico y la contratación”.
La Federación Española de Pymes de Ascensores (Fepyma) se suma a esta enumeración de retos de la elevación, al establecer que “la mayor tarea que tenemos en el sector es doble. Por un lado, la actualización de uno de los parques de ascensores más antiguos del mundo y, por otro, la rehabilitación y adaptación de edificios existentes a los requisitos de accesibilidad”.
“A nivel general, desde Fepyma, nos hemos propuesto eliminar las barreras no solo físicas, sino también legales, comerciales y fiscales que todavía siguen existiendo en el mercado y que impiden que el sector se desarrolle plenamente”, continúan explicando.
Asimismo, Frechilla prevé que, en 2024, “la posventa presentará un ligero estancamiento, motivado por la esperada entrada en vigor de la nueva Instrucción Técnica Complementaria (ITC) AEM 1 «Ascensores», que, habiéndose producido en julio, ha contraído ligeramente la toma de decisiones tanto de titulares como de empresas”.
En concreto, el director de Feeda se refiere a la publicación y entrada en vigor del Real Decreto 355/2024, de 2 de abril, por el que se aprueba la nueva ITC, que actualiza la versión de esta normativa de 2013, que ya se había quedado obsoleta. “Esto ha condicionado la toma de decisiones de los clientes sobre las mejoras o modificaciones de sus ascensores”, puntualiza.
Esta nueva ITC incluye modificaciones que hacen de la modernización del parque de ascensores una necesidad urgente. Para ello, las administraciones, empresas y comunidades de propietarios deberán realizar esfuerzos coordinados e inversión con el objetivo fundamental de garantizar la seguridad de los usuarios en términos de fiabilidad, accesibilidad y prevención.
“Sin duda, la publicación de la nueva ITC ha sido uno de los acontecimientos que más ha impactado a nivel nacional en 2024. Como fabricantes de ascensores y sus componentes, vemos que la economía española está creciendo a un ritmo superior al de los países de la UE. El número de ascensores crece y se empieza a ver cierto aumento de modernización de ascensores, pero todavía no a los niveles que haría falta para renovar el parque de ascensores en España”, afirma desde Aecae.
Por su parte, desde Fepyma son optimistas con esta nueva ITC: “La valoración que hacemos de esta normativa es positiva porque incluye aspectos que veníamos reivindicando desde hace tiempo. Por ejemplo, la lista de comprobación mínima obligatoria para todas las empresas de mantenimiento o la nueva obligación de facilitar la información y los códigos para acceso al software que permita el mantenimiento por parte de cualquier empresa son dos aspectos muy destacables”.
Sin embargo, confiesan, “la implementación no está siendo tan sencilla como esperábamos” y denuncian que, si bien “el equilibrio entre la seguridad industrial y la libre competencia no es fácil, no se puede resolver incrementando con requisitos administrativos que suponen una importante carga, sobre todo para los empresarios más pequeños”.
Esta actualización de la normativa, como concluyen las organizaciones expertas entrevistadas, está dando un vuelco al sector de la elevación, ¿pero de qué manera en concreto modifica su día a día?
“La nueva ITC conlleva cambios en tres grandes bloques de temas. Por un lado, se determinan y se definen mejor las nuevas responsabilidades de usuarios, empresas de mantenimiento y entidades de control. Por otro lado, se aumentan los niveles de seguridad del parque existente. Por último, se incrementan los motivos de inspección”, afirma Frechilla.
“Como consecuencia de lo primero, las empresas y titulares están adaptando sus procedimientos para cumplir con la ley, en materia de registro de horarios, generación y gestión documental, tareas a realizar durante el mantenimiento, etc.”, explica el director de Feeda.
“Como consecuencia de lo segundo, el Anexo VII de la nueva ITC establece la inclusión de ocho medidas de seguridad en los ascensores existentes”, añade, lo que, según el parecer de su federación, “dará lugar a un notable incremento de la actividad y del negocio, que, aunque se irá desarrollando de forma paulatina según plazos a lo largo de los próximos años, requerirá de la incorporación de más mano de obra en el sector”.
Por último, desgrana la última pata: “Como consecuencia de lo tercero, ahora, al requerirse una inspección antes de la puesta en marcha, se va a ralentizar la entrada al parque de las nuevas unidades, ya que solo esta medida supone que los organismos de control deberán hacer más de 16.500 inspecciones adicionales al año. Además, también se deberá hacer una inspección por cambio de mantenedor, lo que supone al menos otras 100.000 inspecciones más al año, lo que podría ralentizar el proceso notablemente. Por ello, al sector le preocupa que los organismos de control puedan dar el servicio a titulares y a empresas de mantenimiento, como hasta ahora lo venían haciendo”.
Desde Fepyma aseguran que, si bien “son muchas las adaptaciones que tenemos que hacer las empresas”, estas “por un lado, mejoran el sector, pero, por otro, incrementan los costes operativos” y añaden: “Tiene que haber una buena comprensión por parte de los propietarios y de los administradores de fincas de que mayor seguridad implica mayores costes que deben asumir”.
En la misma línea se pronuncian desde Aecae: “Por un lado, implica una carga administrativa y de adaptación para las empresas de instalación y mantenimiento que son nuestros clientes naturales. A los fabricantes también nos obligan algunos aspectos, como, por ejemplo, la adaptación de productos a nuevos requerimientos relacionados con el mantenimiento de ascensores y la libre competencia”, sostienen.
“Otro de los objetivos de la ITC AEM1 es que la documentación de los ascensores se conserve adecuadamente. El objetivo es que la documentación de cada ascensor pueda estar digitalizada a disposición de los propietarios de los ascensores”, añaden.
Por su parte, desde la asesoría técnica del Gremio de Ascensores de Cataluña (Gedac), el cuarto organismo consultado por CIC, consideran que “la nueva ITC recoge aspectos que afectan de forma positiva al mantenimiento de ascensores, aunque los cambios en la normativa están suponiendo un esfuerzo de ejecutar el mantenimiento, desde la actualización de los procedimientos en las revisiones a la evolución de la técnica y a su complejidad, cosa que conllevará conservar adecuadamente, aún más, las instalaciones”.
“La nueva ITC, que entró en vigor el pasado 1 de julio, supone aumentar la comunicación de las empresas conservadoras con el titular, suministrando toda la información, documentación y garantías sobre el estado del ascensor que se produzca en cada situación durante su funcionamiento. También la obligación de obtener la documentación de registro de todos los ascensores en cartera”, afirman.
Consideran desde Gedac que esta norma supone que “las empresas conservadoras deben realizar un chequeo de sus ascensores en mantenimiento y saber las medidas de seguridad que son obligatorias de incorporar. Especialmente en los ascensores más antiguos, estas acciones supondrán adaptaciones en programaciones y plantilla”.
El refuerzo en las medidas de seguridad y la modernización de los ascensores son dos de los grandes retos que plantea la nueva ITC. “La implantación de nuevas medidas de seguridad en los ascensores del parque existente conllevará en algunos casos actuaciones que van a ir más allá de la propia implantación de los sistemas de seguridad. Las casuísticas serán múltiples, ya que el parque de ascensores es tremendamente heterogéneo”, explica José Carlos Frechilla.
El director de Feeda lo ejemplifica de la siguiente manera: “En los casos en que nos encontremos ante un ascensor de tracción por adherencia (motor eléctrico), antiguo, sin modernizar y en el que se han de implementar sistemas que técnica y económicamente son de mucho alcance, como, por ejemplo, precisión de nivelación, cambio de guías y similares, lo más sensato pudiera ser hacer una sustitución completa, ya que, aunque sea más caro que la simple implementación de todas esas medidas, el resultado final es infinitamente mejor, ya que supone tener un ascensor completamente nuevo con todas las medidas de seguridad y, muy posiblemente, con mucho mejores características de accesibilidad, usabilidad y fiabilidad mecánica”. Y concluye: “Por tanto, desde el sector creemos que en los próximos años el parque existente de ascensores va a ganar no solo en seguridad, sino también en modernidad”.
“El parque de ascensores tiene actualmente un envejecimiento importante”, recuerdan desde Gedac, y apuntan que se estima que uno de cada tres funciona desde hace más de 30 años y que el 50% del parque de ascensores tiene ya más de 25 años. “Las medidas de seguridad a incorporar en los ascensores se realizarán de forma gradual, primero en los ascensores más antiguos o con siniestralidad demostrada”, afirman, para proseguir relatando que “el impacto de las medidas supondrá incorporar a los ascensores materiales y tecnología más segura, reducción de la accidentalidad, mejora de la accesibilidad. Estas medidas, especialmente en el parque más antiguo, vendrán a equiparar todos los ascensores con un mismo nivel de seguridad de acuerdo con la nueva normativa europea”.
Sin embargo, no para todas las empresas supondrá lo mismo esta modernización de los ascensores: “Es un desafío especialmente para la pequeña empresa conservadora, ciertamente en todos los ámbitos de su actividad como empresa mantenedora, que requerirá apoyo de la Administración para favorecer su propio desarrollo empresarial, como su necesaria participación en la mejora del parque de ascensores de España”, añaden desde la asesoría técnica del Gremio Empresarial de Ascensores de Cataluña.
Pese a las evidentes complicaciones que supone la norma, desde Fepyma recuerdan que las pymes serán pequeñas, pero no por ello son menos capaces de implantar todas las novedades que supone la ITC. “Son importantes los desafíos, pero las pymes de ascensores formamos parte de un ecosistema de fábricas y empresas de servicio muy potente que permite acceder a avanzados productos y servicios de ingeniería a cualquier tipo de empresa”, y remarcan: “Incluso podemos afirmar que, hoy día, en el sector del ascensor en España, la empresa pequeña puede acceder a formación al menos del mismo nivel que las empresas más grandes”.
A lo que Aecae añade con total confianza en sus empresas que “el ecosistema industrial independiente en España es muy fuerte y variado, ya que dispone de compañías que ofrecen una formación especializada”.
“La falta de personal técnico es un hecho constatable a lo largo de los últimos años, no solo de ascensores, sino de cualquier sector que represente un oficio o profesión relacionado con la seguridad industrial”, apuntan desde Gedac. Y desde Aecae coinciden con ellos en que “este es uno de los grandes problemas de cualquier sector y también del sector de ascensores”. A lo que desde Fepyma apostilla: “Es probablemente el problema más grave que tenemos. Aunque ha habido avances, hay que seguir trabajando para hacer del sector de ascensores un sector atractivo”.
Algunas de las maneras de hacerlo, recuerda Frechilla, las han puesto en marcha desde Feeda. “Entre ellas, se encuentran la promoción de la profesión en distintos foros, la habilitación de varias vías de acceso a la profesión, como los exámenes de acreditación profesional homologados por ENAC, que hemos desarrollado en conjunto con la Federación de Empresas del Metal de Alicante (FEMPA), con los que hemos logrado acreditar e incorporar al sector, en tres años, más de 800 profesionales”, enumera.
“Consideramos que, aun no siendo suficiente, estamos en mejores condiciones para abordar el volumen previsto de actividad desde hoy y para los próximos ocho años”, afirma contundente Frechilla. Algo con lo que desde la asesoría técnica de Gedac están muy de acuerdo: “El examen de personas a través de FEMPA, en el acuerdo Feeda-FEMPA, ha supuesto una salida para habilitar personas trabajadoras con conocimientos o personas que provienen de ciclos formativos superiores”.
“Tanto la Federación de Ascensores como las asociaciones o el Gremio de Cataluña estamos haciendo un esfuerzo considerable por abrir nuevas vías y colaboraciones con institutos y centros de formación”, exponen y, a continuación, mandan un mensaje a la clase política: “Sería deseable que las administraciones se implicasen más. Siendo conscientes del problema que existe, deberían aunar esfuerzos para conseguir habilitar otros ciclos formativos de la familia de electricidad, por ejemplo, o certificados profesionales de ámbito eléctrico o mecánico que permitieran el acceso al sector de nuevo personal”.
El otro gran reto del sector de la elevación está en la implantación de las nuevas tecnologías. La conectividad, la digitalización y el Internet de las Cosas (IoT) siguen consolidándose. Así lo sostiene José Carlos Frechilla: “La transformación digital y el IoT en el ámbito del producto son ya una realidad consolidada, pero en constante desarrollo”, quien dice que “actualmente, tan solo está limitada por una legislación y normativas que no van acordes con las tecnologías y por todo lo relacionado con la ciberseguridad, la protección de datos y las relaciones contractuales de todos los actores del sector (mantenedores, instaladores, fabricantes de ascensores completos, fabricantes de componentes, fabricantes de maniobras, clientes, usuarios, etc.)”.
Desde Aecae recuerdan que, poco a poco, “las empresas se están adecuando a estos retos tecnológicos en distinto nivel, aunque la práctica mayoría están trabajando en el desarrollo de productos y servicios relacionados” y añade que “también hay que incluir entre estas tecnologías la inteligencia artificial”.
“Es obvio que aquellas empresas que no inicien de forma inmediata la transformación digital interna, de sus procesos internos, de sus estrategias y de los servicios ofrecidos a sus clientes, no podrán sobrevivir ofreciendo solo producto”, afirma Frechilla.
Sin embargo, para Fepyma solo con eso no basta: “La tecnología, a través de la aplicación de la inteligencia artificial y el machine learning, ayuda a mejorar estos procesos y la productividad, pero no es suficiente”. “Como pymes de ascensores centradas en la actividad de instalación y mantenimiento, la tendencia principal es la diferenciación mediante la mejora del servicio. Para satisfacer a los clientes cada vez más exigentes, hace falta acometer cambios organizativos importantes, que van desde la innovación de los procesos hasta nuevas formas de comunicación, pasando por una atención especial a la gestión de los trabajadores”, declara tajante.
“La rehabilitación es un nicho de negocio ya muy consolidado en nuestro sector. Podríamos decir que es histórico. Aproximadamente, de los 17.000 ascensores nuevos que cada año se instalan en España, más de 1.100 se instalan en edificios existentes que antes no tenían. Aparentemente, esta es una cifra modesta, pero se debe tener en cuenta que cada proyecto de este tipo conlleva para la empresa de ascensores el desarrollo de un producto a medida (ingeniería a medida y fabricación no estándar), ejecutar y coordinar unas obras de adaptación (proyecto de ejecución) cercanas a los 100.000 euros de coste, además de implementar soluciones financieras y un sinfín de tareas administrativas”, asegura José Carlos Frechilla.
El responsable de Feeda sostiene que, en la actualidad, las empresas de ascensores y los industriales afines han desarrollado soluciones tecnológicas muy novedosas e imaginativas para hacer viable la instalación de un ascensor en lugares donde hace 15 años se hubiera dicho que es imposible de instalar. En concreto, entre los más destacados se refiere a la reducción de las medidas de los huecos y espacios necesarios para instalar un elevador o a los nuevos diseños de las estructuras portantes modulares para lograr paradas en planta, en vez de en entreplanta, con derribos de escaleras en fases.
“Las distintas administraciones locales también han ido alineándose con la necesidad y la obligación legal de dotar de accesibilidad a los edificios residenciales, modificando sus reglamentos para permitir la instalación en ubicaciones comprometidas, como fachadas con invasión de vía pública”, sostiene.
“Aun con todo esto, queda muchísimo por hacer. Los proyectos son cada vez más complejos y los costes cada vez mayores y, por tanto, se echa de menos unos planes de subvenciones con mayores cuantías y más ágiles”, afirma tajante.
Aecae se posiciona de similar manera en este asunto: “Seguimos sin ver resultados tangibles de ayudas en el segmento de la rehabilitación. Esperemos que esto cambie en los próximos años, entre otras cosas, porque es un segmento en el que los fabricantes de componentes y ascensores de España estamos especialmente capacitados por el alto nivel de adaptabilidad que tenemos de ofrecer soluciones específicas para cada tipo de edificio”, añade.
Fepyma también sostiene que aún hay problemas por solventar. “En rehabilitación y también en reformas de ascensores, existe una gran injusticia en el tratamiento fiscal del IVA que sitúa en posición de desventaja a las empresas que no fabrican internamente los productos. Algunas de estas empresas fabricantes aplican el 10% de IVA frente a la mayoría de las empresas del sector que compran de fabricantes independientes y deben repercutir el 21% de IVA por un producto muy similar”, relata. “Disponemos de informes jurídicos muy solventes que señalan que esta diferencia va en contra del principio de neutralidad fiscal. Desde el punto de vista de la directiva europea de IVA, bienes o prestaciones de servicios similares que compiten entre sí no pueden ser tratados de manera diferente”.
Con estos retos sobre la mesa, José Carlos Frechilla, director de Feeda, lanza sus predicciones de futuro y sostiene que, a corto plazo, “el sector está focalizado en la implantación y cumplimiento de las nuevas exigencias de la ITC. Las tareas y la actividad que de ella se derivan darán mucha actividad al sector durante los próximos ocho años”. A esto se suma que “las modernizaciones del parque existente, justamente por lo anteriormente citado, se verán muy incrementadas. No obstante, el sector no perderá el foco de actividad sobre la exportación, que siempre ofrece oportunidades nuevas, y sobre la obra nueva”.
En el medio plazo, desde Feeda aventuran que “también veremos una cierta concentración del mercado, fruto de las fusiones y adquisiciones” y aseveran que, “fruto de las políticas europeas en los ámbitos de la globalización de nuestras normativas industriales (las europeas), la legislación comunitaria y otras políticas económicas internacionales europeas, podrían dar lugar al desembarco en el mercado europeo y, por tanto, en el español, de nuevos competidores, probablemente asiáticos”.
Desde Aecae nos adelantan que, además de la adecuación a la nueva ITC, actualmente están trabajando en un nuevo plan estratégico que aprobarán en breve y cuyas líneas estratégicas girarán en torno a la participación activa a través de un equipo de expertos en normativa, la mejora de la productividad, el desarrollo de un servicio de inteligencia tecnológica y de mercado y el impulso de proyectos de innovación colaborativa.
“A nivel internacional estamos trabajando en la creación de unos estándares internacionales. Tenemos prevista la publicación de la norma 8100-1 y 2, que será compartida por la gran mayoría de los países, incluidos China, EEUU y la UE. Al estar basada fundamentalmente en la serie EN 81 europea, no supondrá un cambio traumático, pero sí serán necesarias adaptaciones”, afirman. “Esta norma supondrá un impulso para el comercio internacional que, sin duda, afectará a la industria española, que tiene un alto grado de internacionalización”, prosiguen.
Pero, pese a las complicaciones que supone para el sector la nueva ITC, desde la Federación Española de Pymes de Ascensores no pierden la fe: “A pesar de las cargas administrativas de esta normativa, miramos con optimismo el futuro. Hay mucho trabajo que desarrollar, tanto a nivel de producto como a nivel de regulación, para que el sector sea más seguro, justo, diverso e innovador, con beneficio tanto a los propietarios, usuarios y empresas del sector”.
Este artículo aparece publicado en el nº 599 de CIC, págs. 48 a 56.
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