Las ciudades y comunidades sostenibles se están convirtiendo en una prioridad para la Unión Europea y todo su entramado legal. Así, el Parlamento y el Consejo de la UE han dado luz verde recientemente a la EPBD, la normativa que establece estándares más estrictos para promover la reducción de emisiones y el ahorro energético en los edificios. Si bien esta norma tan esperada ya es una realidad, la concienciación a los ciudadanos se hace imprescindible pues, a pesar de que más de 8 de cada 10 viviendas en nuestro país son ineficientes, el 83% de los españoles considera que su vivienda es medianamente eficiente (43,1%) e incluso muy eficiente (40,5%).
En este contexto, en UCI, Unión de Créditos Inmobiliarios, hemos publicado el II Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad. Esta nueva edición revela un crecimiento en la conciencia sobre la sostenibilidad y la eficiencia energética entre los compradores de vivienda en España. Según los datos, 6 de cada 10 españoles consideran la sostenibilidad al elegir una vivienda, aunque para la mayoría no es un factor determinante, sino más bien una consideración adicional. No obstante, un 17,8% de los encuestados lo considera un requisito fundamental, mientras que el 22,2% no toma en cuenta la sostenibilidad al seleccionar una propiedad.
Los edificios son responsables de una gran parte del consumo energético y de las emisiones de carbono a nivel mundial, representando aproximadamente el 40% y el 30% respectivamente. En el caso de España, la situación es aún más crítica, debido a que el parque inmobiliario, con una edad media de 43 años, enfrenta el desafío de tener 4 de cada 5 edificios con una eficiencia energética deficiente. Esto significa que, de más de 26 millones de viviendas, cerca de 20 millones no cumplen con las normativas de eficiencia y más del 80% tienen certificaciones energéticas E, F o G, las más bajas en la escala. Este panorama subraya la necesidad urgente de repensar nuestras prácticas en el diseño, la construcción y la renovación de edificios residenciales y comerciales para abordar este problema de manera efectiva.
Por ello, la sostenibilidad de nuestras ciudades y edificios debe ocupar un lugar destacado en el debate público y atraer la inversión privada. No solo es importante aumentar la conciencia sobre el impacto ambiental, sino que la Unión Europea está estableciendo cada vez más requisitos para la construcción y renovación de inmuebles. Mantenerse al corriente de la nueva taxonomía verde europea será un factor crucial a considerar al invertir en el sector inmobiliario.
Nuestro segundo Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad también demuestra que, aunque una gran mayoría de los españoles (98,1%) cree que una reforma energética aumentaría el valor de sus propiedades, esta edición revela una disminución en el interés por mejorar la eficiencia de sus viviendas. En la edición anterior, el 51,5% de los propietarios estaba dispuesto a realizar reformas en sus hogares, mientras que, en esta edición, el porcentaje ha bajado al 48,7%.
El principal obstáculo para lograr una vivienda eficiente sigue siendo el coste, con el 52,1% de los encuestados señalándolo como la principal barrera. Le siguen la necesidad de realizar reformas, mencionada por el 45,2%, y la falta de financiación para las mejoras, citada por el 37,4%. Estas cifras son consistentes con los resultados del año anterior, lo que sugiere que los desafíos financieros y logísticos para mejorar la eficiencia energética del hogar persisten. Sin embargo, el informe también muestra un incremento en la disposición de los españoles a solicitar préstamos para realizar mejoras en sus viviendas, con cerca de cuatro de cada diez encuestados (36,5%) mostrando esta disposición, en comparación con el 35,2% de la edición anterior.
El panorama de las hipotecas verdes evidencia una realidad donde el desconocimiento sigue siendo prevalente entre la mayoría de los compradores, con un 84,5% de los encuestados aún ajenos a esta opción financiera. No obstante, se vislumbra un rayo de esperanza, ya que el conocimiento sobre las hipotecas verdes ha registrado un ligero incremento en comparación con 2023, aumentando del 14,2% al 15,5% en 2024. Este avance refleja un cambio gradual en la conciencia del público respecto a las opciones financieras más sostenibles.
Al desglosar el conocimiento de las hipotecas verdes por comunidades autónomas, La Rioja, Murcia y Navarra muestran un mayor grado de familiaridad con este tipo de financiación, alcanzando cifras del 60%, 70,3% y 72,7% respectivamente. En contraste, Baleares, Extremadura y el País Vasco presentan niveles de conocimiento más bajos, aunque aún se encuentran por encima de la media nacional.
En cuanto a las opciones de hipotecas verdes más atractivas, el 51,1% de los compradores españoles se inclina por la Hipoteca+Reforma, que permite adquirir y financiar una vivienda para mejorar su eficiencia energética. Le sigue la hipoteca verde convencional, destinada a la compra de viviendas con certificado energético A o B, con un 32,6%, y, finalmente, la hipoteca de Autoconstrucción, con un 16,3%.
A pesar de las mejoras en el conocimiento y concienciación por parte de los compradores españoles en relación con la sostenibilidad, las cifras aún están lejos de lo deseado. Por ello, es esencial intensificar la concienciación y la accesibilidad a las opciones de financiación sostenible. Lograrlo no solo es crucial para alcanzar los objetivos de descarbonización, sino que también representa una inversión inteligente frente a la elevada inflación y los altos precios energéticos actuales. Esta información refleja la necesidad urgente de promover y educar sobre las hipotecas verdes para acelerar la transición hacia viviendas más sostenibles y eficientes.
En un entorno donde la sostenibilidad y la eficiencia energética se vuelven cada vez más cruciales, sorprende encontrar que una gran parte de la población aún desconoce aspectos fundamentales sobre la energía en sus propios hogares. El certificado energético, un documento que evalúa el consumo de energía y las emisiones de un inmueble, sigue siendo un enigma para muchos propietarios.
Seis de cada diez propietarios ignoran la existencia del certificado energético de su hogar. Aunque muchos creen residir en viviendas eficientes, solo un 37,2% de los encuestados reconoce conocer este documento, cifra que coincide casi exactamente con el resultado del estudio de 2023, que fue del 36,7%. Las personas entre 35 y 44 años, residentes en municipios de entre 50,000 y 200,000 habitantes, que trabajan, logran ahorrar al final del mes y poseen una vivienda, son quienes mayoritariamente están al tanto del certificado energético de su hogar. Por el contrario, los españoles entre 55 y 65 años, que viven en localidades con menos de 50,000 habitantes, que no trabajan, no logran ahorrar al final del mes y no son propietarios de una vivienda, son los que en mayor medida desconocen la existencia de dicho certificado.
La falta de conocimiento sobre el certificado energético subraya una necesidad urgente de mayor concienciación y educación. Y es que este no solo aporta información valiosa sobre la eficiencia del hogar, sino que también puede influir en la toma de decisiones que contribuyan a un uso más sostenible de los recursos. Este descubrimiento puede ser el primer paso hacia un hogar más eficiente y un futuro más responsable.
Las cifras presentadas en el informe subrayan la importancia de continuar promoviendo la sostenibilidad y la eficiencia energética en las viviendas. A pesar de las barreras económicas y logísticas, la disposición de una parte significativa de la población a invertir en mejoras energéticas es un paso positivo hacia un futuro más sostenible. Estas reformas no solo benefician a los propietarios mediante el ahorro a largo plazo y la revalorización de sus propiedades, sino que también contribuyen a la reducción de la huella de carbono y al bienestar general del entorno.
Fomentar políticas que faciliten el acceso a la financiación y la concienciación sobre los beneficios de la eficiencia energética es crucial para acelerar esta transición y asegurar que más hogares puedan participar en la construcción de un futuro más sostenible.
Este artículo aparece publicado en el nº 595 de CIC, págs. 20 a 23.
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