La Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego) se ha mostrado “consternada” por el incendio de Valencia sucedido ayer jueves y que ha dejado hasta el momento 9 fallecidos y una persona desaparecida, así varias decenas de heridos de diversa consideración entre bomberos y vecinos. La asociación traslada sus “condolencias a familiares y amigos” de las víctimas y los heridos.
Para dar solución a los incendios que se propagan por la fachada, como el de Valencia o el de la Torre Grenfell, en Londres, los expertos de Tecnifuego elaboraron un documento con recomendaciones en 2018, que se expone a modo de resumen.
La postura de Tecnifuego publicada en su momento destacaba que: “En los cambios aprobados, pese a que pueda existir una sensación de mejora en edificios en altura, esto no es así, pues no aplica por igual a todas las soluciones constructivas y sigue permitiendo el uso de materiales combustibles, que pueden propagar un incendio”.
Para minimizar el riesgo, mediante la reducción y control de la velocidad de propagación del fuego, protegiendo de esta forma a personas basándonos en dos factores principales:
1. Las personas deben ser capaces de evacuar el edificio sin que se produzcan víctimas.
2. Los bienes deben sufrir los mínimos daños.
Para ello hay que actuar sobre los riesgos controlables: aislamiento, morteros, acabados, vías de evacuación, control de ejecución en obra, etc., y sobre los no controlables, como pueda ser el comportamiento de los usuarios.
La seguridad de quienes viven o trabajan en los edificios y de los equipos de emergencia depende de contener lo antes posible el incendio y retrasar la liberación de humo (tóxico o no), en edificios en los que la evacuación puede ser crítica (por su altura o por la tipología de ocupantes) o en zonas de difícil acceso para bomberos y servicios de evacuación, como patios y fachadas interiores de manzana. De hecho, la propagación por la fachada es una de las vías más rápidas de transmisión del incendio.
Se subraya así la necesidad de contar con materiales no combustibles en fachadas y envolvente de viviendas y otros edificios. Materiales que, además de garantizar aspectos como la eficiencia energética, contengan y minimicen la propagación del fuego y sustancias tóxicas.
Todo lo expuesto anteriormente refuerza la necesidad de llevar a cabo una revisión del Código Técnico de la Edificación (CTE), el Reglamento que rige los criterios que se aplican en la construcción, para mejorar la reacción al fuego en propagación por el exterior de los productos que se permiten utilizar en los sistemas constructivos de fachada.
Una exigencia que debe aplicarse tanto en vivienda nueva como en rehabilitación. Y en este último caso, garantizando que los materiales aislantes incorporados al edificio no supongan un empeoramiento de la seguridad contra incendios preexistentes.
Por este motivo, desde Tecnifuego solicitan con carácter de urgencia la modificación regulatoria aplicable a fachadas de los edificios de gran altura > 18m, los de alto riesgo o aquellos de difícil acceso por servicios de intervención que deberían disponer de soluciones constructivas no combustibles (al menos A2-s1,d0). A esto añaden las posibles mejoras también en las exigencias que contemplan el uso de elementos de protección activa.
Desde Tecnifuego se recomienda para la construcción de edificios en España, invertir en prestaciones de PCI acordes en calidad e ingeniería con el resto de los sistemas del edificio. La protección contra incendios con la máxima seguridad ahorrará dinero en el futuro en sucesivas rehabilitaciones, y sobre todo, ayudará a evitar incendios y conseguir el objetivo de Víctimas Cero y mínimos desperfectos.
Asimismo, desde Tecnifuego, y con la llegada en 2021 de los fondos Next Generation para la rehabilitación energética de edificios, solicitan que “se pudiese usar parte de los mismos fondos para auditar la seguridad del parque existente y, en gran parte de casos, incluso informar a los que viven dentro y subvencionar la posible sustitución”.
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