Los txokos son espacios privados y sociales muy característicos en toda la región del País Vasco que, tras la pandemia del Covid-19, están tomando gran protagonismo en todo el país, ya no solo en el norte. El término “txoko” significa rincón en euskera y surgió a principios en el siglo XX en el País Vasco para referirse a un espacio comunitario privado donde los miembros de un grupo, generalmente amigos o familiares, se reunían para cocinar, comer y socializar juntos en un ambiente informal y acogedor, fuera de los hogares individuales.
La pandemia del Covid-19 ha motivado un cambio en la percepción de las viviendas y su entorno, provocando una revalorización de los interiores y otorgando más importancia a la creación de espacios cómodos, funcionales y atractivos para disfrutar con amigos y familiares. Es por eso, que el concepto originalmente vasco del txoko se ha ido expandiendo más allá de su lugar de origen, creando otros espacios similares que comparten el mismo objetivo: crear pequeñas zonas de reunión en ambientes acogedores donde pasar un buen rato disfrutando de la compañía de amigos y familiares.
El interiorismo toma un papel fundamental en el diseño de los txokos, ya que se deben de crear espacios abiertos, acogedores y funcionales en los que se pueda cocinar, cenar y conversar cómodamente, fomentando la comunicación entre las personas. “Esto se logra a través de una buena distribución del mobiliario, un estudiado proyecto de iluminación, y una buena elección de materiales y colores que generen una atmosfera cálida y acogedora”, explica Raquel González.
Aunque los txokos tradicionales solían usar muebles de madera maciza con mesas y sillas robustas y funcionales para grandes grupos, chimenea y elementos de la cultura y la tradición vasca, se han ido adaptando a las nuevas tendencias y en los últimos años se han producido algunos cambios en su diseño convirtiéndolos en zonas modernas y minimalistas, con líneas más limpias y colores más neutros.
Actualmente se utilizan materiales más modernos, como el acero inoxidable y el vidrio, y se ha reducido el uso de elementos decorativos tradicionales, incorporando un mayor número de elementos contemporáneos y una mayor atención al detalle en la decoración y el mobiliario.
También se ha producido una mayor atención al detalle y a la personalización de los espacios; espacios más personales, íntimos, donde se refleja la identidad y los gustos de sus miembros. La funcionalidad y la comodidad es otro aspecto que ha cogido mucha importancia.
Los txokos ya no solo son espacios para cocinar y comer, ahora también son una parte más del hogar y se utilizan para reuniones y celebraciones, prestando mayor atención a la iluminación, la acústica y la distribución del mobiliario.
Raquel González ha sido la encargada de convertir este espacio desaprovechado ubicado en la planta baja de una vivienda unifamiliar en Gorliz, Uribe Kosta (País Vasco), en un Txoko con el objetivo de crear un solo espacio abierto con salón, comedor y cocina para disfrutar en familia, bajo un estilo de inspiración rústica con acabados contemporáneos.
Foto:// Osvaldo Pérez
“Teníamos claro que el espacio debía de cumplir las funciones de zona de descanso, de cocina y de comedor, así que debíamos de trabajar esa versatilidad de forma conjunta y bien estudiada”, explica la interiorista. La planta en forma de L ha permitido distribuir los espacios fácilmente creando una gran zona social capaz de cumplir los tres requisitos expuestos. El salón y el comedor se ha distribuido en la planta horizontal, divididos por una columna y la cocina se ha ubicado en el hueco que deja la L.
Foto:// Osvaldo Pérez
Al ser un espacio semisoterrado, el objetivo principal se centró en obtener la máxima luz natural que se consiguió pintando de blanco toda la estancia e instalando luz indirecta mediante foseado LED perimetral en los techos. “El techo foseado es una solución ideal para estos casos en los que al crear un falso techo en dos niveles podemos esconder un sistema de iluminación que proporciona una luz interesante y atractiva que remarca el perímetro de las zonas”, explica Raquel González.
La estética de los ambientes de los txokos tradicionales se ha querido reflejar mediante un revestimiento de piedra falsa usada en todo el perímetro del espacio, que además da continuidad al estilo de la fachada de la construcción. A esta piedra se le ha dado máximo protagonismo bañándola de luz indirecta a través del foseado que, además de calidez consigue ese toque contemporáneo que buscaba la propiedad.
El pavimento de la zona del salón y el comedor es un porcelánico de imitación madera, mientras que para la cocina se ha escogido en contraste, un suelo de gres imitación a hidráulico que marca la transición entre la zona más social y la de trabajo.
Para el salón, destaca la Butaca Radial, de Expormim, una reinterpretación de una pieza de los 80 cuya peculiar silueta curvilínea evoca iconos de la cultura pop que combina con dos sofás de estilo completamente distinto, uno de líneas contemporáneas y otro más clásico.
El mobiliario de cocina se ha escogido en un mueble lacado en blanco contrastado con encimera de gratito negro tanto en la zona de trabajo como en la isla que le aporta un toque clásico y elegante, una combinación en blanco y negro a jugo con el suelo hidráulico, de Nais. Para dividir el espacio de la cocina y el comedor, se ha realizado una península con almacenaje en la parte interior y zona de barra en la exterior con taburetes Moody de Andreu World, un diseño atemporal que representa la esencia de la madera en combinación con el tapizado.
Mesa de comedor para seis personas con silla Terje en color negro de Ikea. En este espacio destaca la lámpara de techo Böja, de Ikea, realizada a mano en bambú y que consigue fusionar la tradición artesanal y el diseño local.
•Proyecto: 04 Gorliz (Txoko)
•Localización: Gorliz, Uribe Kosta. País Vasco
•Tipo de intervención: Proyecto de interiorismo y decoración
•Estudio: Estudio de Interiorismo Raquel González. C/ Gobela 18, planta 2ª, num.4 Las Arenas. 48930 Getxo. T. 944 076 088
•Interiorista: Raquel González
•Fotografías: Osvaldo Pérez
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