La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha entregado este jueves, 23 de febrero, el Premio Nacional de Arquitectura 2022 al arquitecto Emilio Tuñón, destacando la calidad y excelencia de sus creaciones, su vocación de entrega a la comunidad y su impacto social. Según ha remarcado, el galardonado entiende su profesión como un servicio público que, más que al autor, pertenece a la gente.
Así lo ha expresado la responsable de Mitma durante su intervención en la ceremonia de entrega del premio, que se ha celebrado en el Auditorio del Complejo Cultural San Francisco de Cáceres y que ha contado con la colaboración de la Diputación de Cáceres y del Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura (Coade). El Premio Nacional de Arquitectura está promovido por Mitma, dotado con 60.000 euros, tiene carácter anual y es el máximo galardón español en el campo de la arquitectura.
De izquierda a derecha: Juan Antonio Ortiz Orueta, decano del Colegio de Arquitectos de Extremadura; Marta Vall-llossera Ferran, presidenta del CSCAE; Francisco Alejandro Mendoza Sánchez, delegado del Gobierno de Extremadura; Iñaqui Carnicero Alonso-Colmenares, director general de Agenda Urbana y Arquitectura; Emilio Tuñón, Premio Nacional de Arquitectura 2022; Raquel Sánchez Jiménez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura; Manuel Blanco Lage, director de la Escuela Superior Técnica de Arquitectura de Madrid; Luis Salaya Julián, alcalde de Cáceres; Blanca Martín Delgado, presidenta de la Asamblea de Extremadura; Carlos Carlos Rodríguez, presidente de la Diputación de Cáceres; Celira Romero y Francisco Pinto, cantaora y guitarrista; Jose Luis Cano, maestro de ceremonias. Foto:// Mitma
Para la ministra, el itinerario profesional del galardonado se refleja en una frase del arquitecto y teórico Le Corbusier: “La arquitectura –decía- es el punto de partida del que quiera llevar a la humanidad a un porvenir mejor”. Así, la titular de Mitma ha recalcado la generosidad del arquitecto por entender la profesión como un “patrimonio de todos”.
Museo Helga de Alvear, Cáceres. Emilio Tuñón, 2020. Foto:// Luis Asín
Además de elogiar la trayectoria de Emilio Tuñón por su generosa vocación al servicio de la sociedad, ha remarcado su arquitectura “discreta”, mediante la que establece “vínculos con el lugar y con la memoria”. Asimismo, ha enfatizado la “pasión por la vida” del arquitecto, quien ha hecho de su carrera “una conversación ininterrumpida con la vida”, convirtiéndolo en su método para conocer la realidad. “El diálogo facilita la comprensión del mundo y permite hallar soluciones a los problemas”, ha reivindicado la ministra. Además, ha apuntado que “las obras de Emilio conversan entre sí” y, en cierto modo, “se encadenan, de forma que la nueva partida empieza donde acabó la anterior”.
Durante su discurso, Raquel Sánchez ha enumerado parte de la producción arquitectónica de Emilio Tuñón, así como las distinciones que ha recibido, tales como el Mies van der Rohe o la Medalla de Oro de las Bellas Artes. “Su trabajo es ampliamente conocido y reconocido y constituye una excepcional expresión de lucidez y de talento”, ha apostillado.
En este sentido, ha puesto de relieve la calidad de la arquitectura española, así como la de las escuelas de este país, la cual es “comparable a las de las mejores del mundo”. Esto es, a su juicio, gracias a “la herencia de los viejos maestros y a la savia nueva de profesores como Tuñón”, que además son referentes internacionales.
Además de su carrera profesional, Raquel Sánchez ha hecho hincapié en el carácter pionero del arquitecto al “impregnar de sostenibilidad su arquitectura”. En este contexto, la ministra ha recordado que varias inversiones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) persiguen un modelo económico sostenible el cual, según ha defendido, “es indisociable de la rehabilitación energética del parque residencial”. Esta rehabilitación, tal y como ha declarado, que es uno de los objetivos del Gobierno, al igual que lo es “repensar el actual modelo de ciudad bajo el prisma de un urbanismo ecológico”.
En este contexto, ha defendido la Ley de Calidad de la Arquitectura aprobada recientemente para caminar hacia ese futuro sostenible, hacia una arquitectura integrada en su entorno como aliada de la naturaleza y que coloca a las personas en el centro de sus intervenciones.
En esta misma línea se ha expresado el director general de Agenda Urbana y Arquitectura, Iñaqui Carnicero, quien también ha participado en el acto de entrega. Tal y como ha apuntado, la arquitectura española es un referente internacional y, precisamente, la Ley de Calidad de la Arquitectura eleva la arquitectura a la categoría de bien de interés general, al tiempo que avala la incorporación al Premio Nacional de Arquitectura de nuevas categorías de galardones que reconozcan el impacto del trabajo de los arquitectos.
Por su parte, el prestigioso arquitecto galaradonado ha destacado en su intervención que “la arquitectura solo tiene sentido si consigue mejorar la vida de las personas, si se prioriza el ‘nosotros’ sobre el ‘yo’ y se pone al servicio de los demás”.
Además, ha querido agradecer la generosidad del jurado que le propuso y le declaró merecedor de este galardón, así como de todas las personas que le han acompañado a lo largo de su carrera, en especial su compañero y amigo Luis Moreno Mansilla, a quien ha querido recordar y dedicar este premio. “Cada uno de nosotros somos las personas que nos rodean, yo soy vosotros y este premio es gracias a vosotros”, ha expresado emocionado.
La candidatura del prestigioso arquitecto nacido en Madrid fue promovida por el Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, dada su dilatada trayectoria profesional de enorme calidad, con abundante y destacada obra en Extremadura. Tras ser presentada por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y seleccionada por el jurado el pasado 7 de noviembre, Emilio Tuñón ha recibido el Premio Nacional de Arquitectura 2022, máximo galardón español en el campo de la arquitectura, premiando de esta forma su trabajo, con el que ha conseguido convertirse en un referente para la arquitectura tanto a nivel nacional como internacional.
Casa de Piedra, Cáceres. Emilio Tuñón, 2019. Foto:// Luis Asín
El Premio Nacional de Arquitectura tiene por finalidad rendir testimonio de admiración a una persona física o entidad con personalidad jurídica que, con su trabajo o con el conjunto de su obra, contribuya o haya contribuido de forma extraordinaria al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles de la arquitectura o el urbanismo español dentro y fuera de las fronteras.
El jurado, presidido por Alberto Campo Baeza, destacó “la coherencia de su obra arquitectónica que recoge de manera natural sus inquietudes teóricas, su dominio sobre las técnicas constructivas, su vocación de servicio a la sociedad y que solo se entiende desde su rigurosa trayectoria académica. Como docente ha conseguido crear escuela, uniendo diferentes generaciones de arquitectos gracias a su entrega y generosidad”.
Además, el jurado “celebra y resalta la calidad y excelencia de su obra construida, reconocida internacionalmente y que ha tenido un profundo impacto social, fruto de la componente pública de sus intervenciones, en la mayor parte de los casos, resultado de concursos abiertos”.
Emilio Tuñón Álvarez nace en Madrid en 1958. Es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (Etsam), donde se doctoró en el año 2000. También es catedrático del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de esta misma escuela en la Universidad Politécnica de Madrid.
Profesor invitado en numerosas escuelas de todo el mundo como la Stádelschule de Fráncfort (Alemania) o la Nueva Escuela de Arquitectura de la Escuela Politécnica de Puerto Rico, en 1993 crea, con Luis Moreno y Luis Rojo, la cooperativa de investigación CIRCO, galardonada con el Premio FAD 2007 y la BIAU 2002.
En 1992, funda con Luis Moreno García-Mansilla la oficina de arquitectura Mansilla+Tuñón Arquitectos, comprometidos en la confrontación de la práctica teórica y académica con la actividad de diseño y construcción. Sus obras más representativas son: el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear (2020), el Museo Provincial de Arqueología y Bellas Artes de Zamora (1996), el Centro de Natación en San Fernando de Henares (1998), el Musac Centro de Arte Contemporáneo de Castilla y León (2004), la nueva sede de la Fundación Pedro Barrié de la Maza en Vigo (2006), las dos casas gemelas en Zahara de los Atunes (2009) y el Hotel Atrio Relais Chateaux en Cáceres (2011).
Museo de las Colecciones Reales, Madrid. Emilio Tuñón, 2016. Foto:// Luis Asín
Además, este estudio ganó los concursos públicos de arquitectura para levantar el Centro Documental de la Comunidad de Madrid en la antigua fábrica El Águila (2002), el Auditorio de la ciudad de León (2022), el Museo de Bellas Artes de Castellón (2000), la Cúpula de la Energía en la Ciudad del Medio Ambiente de Soria (2008), Galería de las Colecciones Reales de Madrid (2015), el nuevo edificio para el Ayuntamiento de Lalín (2011) o el Museo de arte visigótico en la Vega Baja de Toledo (2010), entre otros.
Tras el fallecimiento de Luis Moreno García-Mansilla en 2012, Tuñón fundó Tuñón Arquitectos que ha construido, entre otros, los siguientes proyectos: Cabaña de piedra y teja reciclada en la Laguna Negra (2022), Fundación Helga de Alvear en Cáceres (2010), Gastropabellón en la ETH de Zurich (2016), Casa de Ladrillo en Madrid (2021) o Casa de Piedra en Cáceres (2019).
El estudio de Emilio Tuñón también ha sido ganador de diversos concursos públicos de arquitectura, entre los que destacan: Primer Premio en el concurso para Edificio en Castellana 02 (2022), Aparcamiento y ampliación de hospital en Tortosa (2018) o Primer premio en el concurso Down Town District Residential Tower en Dubai (2013).
El trabajo de Emilio Tuñón ha sido reconocido, entre otros galardones, con los siguientes premios: el Premio de Arquitectura Española de 2003, el Mies Van der Rohe en 2007, la Medalla de Oro en las Bellas Artes de 2014, el Premio de Arquitectura Contemporánea de la UE y el Premio Nacional de Arquitectura 2022.
El proyecto, denominado Balin, forma parte del programa Hazitek de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI, del Gobierno vasco.
“Tenemos que ser exigentes y pedirle a la Administración que nos dé garantías. Y la garantía puede ser en forma de certificado de sostenibilidad, seguro trienal u otra que valide la propia Administración”, afirma el presidente de Cepco.
Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
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