Azul Construcción es una empresa constructora andaluza con más de 30 años de experiencia y que actúa a nivel y nacional e internacional en la ejecución de obras civiles. Para ello, dispone de un equipo de profesionales altamente cualificados, de gran experiencia en este sector y especializados en: intervenciones en obras hidráulicas, industriales, edificaciones, instalaciones eólicas, túneles y viaductos.
Desde su fundación, viene apostando por la innovación tecnológica y por proporcionar un servicio especializado, a fin de ofrecer trabajos de alta calidad y a satisfacción a sus clientes. Para Azul Construcción, las empresas tienen una responsabilidad social y confía en que cada vez sean más las compañías que apuesten por devolver a la sociedad parte de lo que reciben.
A través de Azul Integra y en contacto con ONG’s e instituciones locales, la empresa apuesta por ayudar a la reinserción laboral de gente con riesgo de exclusión social, de forma que cuando se encarga de una obra de cierta duración les ofrece un contrato normal, según convenio y sin subvenciones, para que se sientan y pasen a ser uno más del grupo de trabajo.
Esta empresa con sede en Sevilla y referente en el sector después de más de tres décadas, forma parte de la Asociación DIR y es un aplicador certificado de Master Builders Solutions. Azul sigue los 10 principios de la Red Española del Pacto Mundial, que firmaron en 2016 y que conlleva una serie de directrices en las áreas de derechos humanos, normas laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción. Es una empresa pequeña, con mucha especialización técnica y proyección internacional.
Sus sellos de identidad están muy marcados y hay otra característica de la que se sienten muy orgullosos: el trabajo social. “Necesitan a alguien que les abra la puerta del mundo laboral y nosotros lo hacemos. Es responsabilidad nuestra como empresa aportar un granito, ni que sea pequeño, a la sociedad. Es algo que está en manos de las empresas y si podemos ayudar lo tenemos que hacer. No podemos dejar las persones en riesgo de exclusión en manos de las asociaciones y ONG’s. Para que vuelvan al ámbito laboral se necesitan las empresas”, explica Trini Galiana, socia y apoderada de Azul Construcción.
La empresa andaluza apuesta por la reinserción laboral y por eso, cuando tiene una obra de cierta duración, se pone en contacto con la Cruz Roja, Proyecto Hombre, ayuntamientos o las asociaciones locales de la zona para buscar candidatos. Para empezar, se les asigna un responsable y también hacen cursos de formación para que sean totalmente autónomos con el paso de las semanas. “Así se sienten partícipes de un trabajo como otro cualquiera y se les da la formación necesaria. Cuando terminan se hace un certificado con todas las tareas. Trabajar supone una inyección de autoestima, un reposicionamiento en lo personal y en lo laboral. Durante unos meses se ven como un trabajador más, con su horario, sus labores, la relación con los compañeros, un currículum invisible que ponen en valor en el trabajo”. Y es que, como apuntan desde Azul Construcción, “el alto grado de especialización técnica no es un impedimento para la labor social”.
El volumen de la obra marca el número de trabajadores con riesgo de exclusión social contratados. En unos casos pueden ser tres, en otros llegan a una veintena. Se trata de un ejercicio social necesario y beneficioso que obliga a todo el mundo a ir cambiando el chip, desde los compañeros a los jefes pasado por los órganos públicos.
Según explican en Azul Construcción, los responsables de obra y el resto de los trabajadores lo han aceptado y las administraciones acaban viendo también el efecto positivo que conlleva. “Sobre todo en obras públicas, vamos a la Administración y se lo explicamos. A veces tienen algunas reticencias, pero ven que es muy positivo. Estamos hablando de reinserción laboral y esto lo tienen que hacer las empresas, no Cruz Roja o Proyecto Hombre”, concluye Trini Galiana.
En este sentido, Azul ha visto cómo en algunos casos las autoridades enviaban a alguien a controlar la obra, convencidos que “era un paripé”, para descubrir con sus propios ojos la importancia de la vertiente social de esta empresa andaluza.
El trabajo de Azul incluye todas las edades, ya que por ejemplo en Granada trataron con el centro de menores. Los trabajadores obtienen un contrato corriente y las obligaciones correspondientes en un sector de la construcción que se queja muchas veces de las dificultades para atraer a los jóvenes y a las mujeres.
Azul Construcción ayuda en los dos ámbitos: así, en las obras del puente sobre el río Jándula en Jaén contrataron a tres hombres y dos mujeres, que además eran de la zona, factor que resultó ser una ayuda en el inicio de la pandemia, cuando las obras no se detuvieron del todo gracias a la proximidad entre su casa y el centro de trabajo.
Con todo y después de un tiempo impulsando la reintegración laboral de trabajadores en riesgo de exclusión, Azul Construcción recomienda a todas las empresas que apuesten por la labor social y la solidaridad. “Los beneficios sociales deberían aparecer en la cuenta de resultados, no solo mirar el dinero”.
En opinión de esta empresa andaluza, “es muy importante ayudar a las personas amenazadas por la exclusión laboral, pero también contribuir a la riqueza y progreso de la zona donde se trabaja”. Por eso en Gabón, para citar otro ejemplo, se pidió a los responsables de la obra que se pusieran en contacto con las parroquias de los pueblos cercanos para regalarles el material sobrante, que se usó para la reconstrucción de muchas casas.
En definitiva, Azul Integra es un ejemplo de empresa que es consciente de la importancia que tiene la responsabilidad social y de devolver lo que se recibe a través de un proceso que espera que más empresas se sumen día a día a desarrollar.
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