El ejercicio 2020 está marcado por la crisis de la Covid-19. Conforme a los datos del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el año pasado se visaron 87.687 viviendas nuevas, lo que supuso una caída del -17,32%, respecto a 2019. En cuanto a rehabilitación, si bien las pequeñas reformas en el hogar repuntaron en diciembre pasado, según indica CSCAE, las estadísticas de los colegios de arquitectos constatan que la gran rehabilitación se vio afectada por la pandemia. “Aunque la caída fue inferior a la registrada en obra nueva, el porcentaje de viviendas visadas con rehabilitaciones de fachada, estructura o cambios de usos retrocedió un -8,5%, conforme al ejercicio 2019”, indican desde el CSCAE.
Con estas cifras, Pablo Martín, director de la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (Asefave), argumenta que tras el parón drástico, debido al confinamiento obligado, “la actividad se fue animando a partir de cierto relajamiento que se dio con la desescalada, con puntas de mucho trabajo coincidiendo con el pasado verano”. Por ello, Martín piensa, a falta de los datos oficiales, que en 2020 “se pudo mantener el nivel de 2019 o, en el peor de los casos, ligeramente inferior”. Además, añade que tras el primer trimestre 2021, “la actividad se mantiene en niveles parecidos, aunque con la incertidumbre que se plantea con la actual situación económica”.
En la misma línea, Isabel Larrea, directora de la Asociación de Ventanas PVC (Asoven), afirma que 2020 “empezó muy fuerte, pero la pandemia paralizó un 89% de las obras en España durante dos meses”. A pesar de ello, el sector de carpintería PVC cerró el curso anterior “repitiendo los valores de 2019, con 1,3 millones de ventanas fabricadas”. Esto se explica, según su opinión, porque “subió la reforma y rehabilitación, por la búsqueda del usuario del confort en sus hogares”.
Las asociaciones consideran que sería positivo crear un IVA verde y uno específico para la rehabilitación, realizar desgravaciones fiscales, así como prestar una mayor atención a la profesionalización, y que la Administración regulara más el sector
Más positivo aún con el balance del año anterior se manifiesta Oskar Huidobro, presidente de la Asociación de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas madera-aluminio (Asoma), al subrayar que el sector “está en boom” y que el ejercicio pasado fue “un año bueno, exceptuando el periodo en el que estuvieron las empresas cerradas”. El dirigente también remarca que “se ha notado una subida exponencial de la demanda de madera”.
Por su parte, Luis Rubio, vocal de la Asociación Empresarial de Puertas Manuales y Automáticas (Aepa), razona que la crisis ha afectado de forma desigual a las empresas en función de su tamaño y actividad. Para Rubio, las más perjudicadas fueron las de menos de diez trabajadores, que estaban muy centradas en la instalación de nuevos equipos, por el “descenso de sus fuentes de ingresos y por no disponer de liquidez suficiente para afrontar el parón”. En cambio, las de mayor tamaño y con una actividad diversificada sufrieron menos, ya que si bien “las nuevas instalaciones decrecieron en torno al -15%, el mantenimiento, tanto preventivo como correctivo, se mantuvo en niveles previos a la pandemia, incluso experimentado una ligera mejoría del +1%”.
La pandemia justifica gran parte del comportamiento del sector de cerramientos en 2020, aunque hay otros factores que influyeron. Para Pablo Martín, de Asefave, hubo diferencias en función de los subsectores. En obra nueva, tras el confinamiento, “hubo prisa por concluir los proyectos en fase de ejecución, con lo que se produjo un recalentamiento de la actividad durante unos meses”, pero al mismo tiempo se notó “parón en nuevos proyectos, ya que los promotores e inversores no arriesgan en un momento tan volátil como el actual”, destaca. En cuanto a rehabilitación, Martín subraya que esta se mantuvo “alta” durante el año pasado, especialmente “la pequeña rehabilitación”.
Igualmente, Javier Pérez, presidente de Aepa, diferencia el comportamiento de los distintos sectores. En construcción residencial, indica que “las obras se reactivaron a partir de junio y se mantuvieron a buen ritmo a final de año, con un número de certificaciones de obra nueva residencial similar al de 2019”. Ya en el segmento de renovación particular, Javier Pérez argumenta que hubo en el ejercicio pasado un “fuerte ritmo, incluso crecimiento, debido a que los particulares, que no sufrieron el rigor de la crisis, destinaron los ingresos a la renovación de puertas, ventanas, protección solar, etc.”. Por último, para el sector industrial, Pérez afirma que se dio “una ralentización”, aunque precisa que “la actividad se concentró en acabar proyectos”.
Isabel Larrea, de Asoven PVC, centra su argumentación en la evolución del sector que ha logrado “dar respuesta a las necesidades de los usuarios, que demandan soluciones a través de las políticas gubernamentales, incluida la Ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbana, buscando una industria más especializada y de mayor calidad de la ventana”.
Por su parte, Oskar Huidobro, de Asoma, resalta que el cliente valora “los productos de construcción naturales”. Por eso, reflexiona que es un momento perfecto para la ventana de madera, “por su calidad, el respeto al medio ambiente que conlleva su fabricación, el fomento de la salud, ya que se ha demostrado en numerosos estudios que la madera como material es beneficioso para la salud mental y física, y por la eficiencia energética”.
La actual crisis sanitaria no ha tenido un efecto significativo en los ámbitos de actuación de las empresas. Así, tendencias que estaban en proceso de implantación, como la eficiencia energética, la domótica y el aumento de la calidad, continúan siendo las líneas a seguir por las compañías, aunque también -como resalta Pablo Martín, de Asefave- “las directrices marcadas por los fondos europeos pueden acelerar la entrada de la digitalización en el sector”, como la motorización de los productos y su conectividad a nivel del edificio o vivienda “para interactuar con otros artículos o instalaciones”. El dirigente de Asefave también destaca el impulso de los sistemas de acceso y control de aforo por la actual situación y la importancia que están ganando “las altas prestaciones de los productos, no solo en eficiencia energética, sino en temas acústicos, calidad de aire, etc.”.
La cuestión de la eficiencia energética es otra de las líneas que recalca Oskar Huidobro, de Asoma, además de la intención de ofrecer más prestaciones en el tema de superficies que aporten ambientes limpios. Huidobro avanza que “se está invirtiendo en ventanas con alta eficiencia y gran calidad”; además, la sociedad está cada vez más preocupada en cuidar el medio ambiente y su salud, y por ello, “la idea del sector ya no es solo hacerlo bien, sino con la mínima huella ecológica y ambiental”, esgrime.
Respecto a la evolución de la carpintería de PVC, esta tiene “un futuro prometedor”, según Isabel Larrea, de Asoven, ya que al cumplir con las directivas europeas en ahorro energético, fruto de la ‘Economía Circular’, se han ido produciendo “cambios en los modelos económicos de nuestra industria potenciando la calidad, eficiencia medioambiental y energética, y el uso de las energías renovables”, lo que aportará “dinamismo, profesionalización e innovación”, afirma.
Otra tendencia que destaca Luis Rubio, de Aepa, con la llegada de la pandemia, es la “necesidad de desarrollar productos que permitan la apertura de las puertas de paso peatonal sin contacto”. Igualmente, Javier Pérez, de la misma organización, incide en la automatización para “facilitar la entrega de paquetería y evitar el contacto físico”.
El Fondo de Recuperación de la Unión Europea, conocido como Next Generation EU, de los que España recibirá 140.000 millones de euros, plantea “grandes incógnitas” para Pablo Martín, de Asefave, porque a su juicio “no se sabe cuándo van a llegar, es difícil de ejecutar en los plazos exigidos y la experiencia previa es que España no es de los países más diligentes en su utilización”. Además, opina que “tampoco está claro que todo ese dinero se note en las pymes”.
Isabel Larrea, de Asoven, es más optimista, ya que como medida esperanzadora “tendrá un efecto positivo y de ella dependerá el nuevo Plan de Rehabilitación, que asociado al mantenimiento de infraestructuras clave para el país podría hacer de la construcción el sector amortiguador de la crisis en 2021, y tractor de la transformación de nuestra economía”. Larrea piensa que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) deberán estar “alineados con los objetivos de Bruselas en torno a la eficiencia energética o transición ecológica, prioridades que supeditarán las ayudas europeas y donde la carpintería de PVC es la solución”.
En cuanto a otros tipos de ayudas interesantes para la industria, Oskar Huidobro, de Asoma, indica que están trabajando, junto con otras organizaciones, en un “IVA verde, que fomente productos que ayuden a mejorar la eficiencia energética”. Asimismo, desde Asoma apuestan, para mejorar al sector, por la creación de “una etiqueta energética, reconocida por el Gobierno y Europa”.
Igualmente, desde Asoven amparan el IVA energético reducido y se alinean con las acciones medioambientales de la UE, apoyando “un ambicioso programa de ayudas para la rehabilitación energética de edificios”. Así, entre las prioridades de 2021 se incluye el plan de acción de contaminación cero, la iniciativa de productos sostenibles, la nueva estrategia forestal y la intensificación de la ambición climática y biodiversidad. En ese sentido, Asoven secunda a Asefave, con la “propuesta de un plan de ayudas a fondo perdido para la rehabilitación energética de edificios”, informan. Aunque ambas asociaciones consideran que “esas subvenciones no tendrían que obligar a rehabilitaciones integrales”, sino bonificar cada una de las actuaciones concretas.
Otras medidas que destaca Asefave, con éxito en Francia, son el permitir la desgravación fiscal en el IRPF al ciudadano que realice obras de rehabilitación o reformas en su hogar, la creación de un IVA específico para la rehabilitación, y una mayor atención a la profesionalización y formación de los instaladores de estos productos. Por último, Luis Rubio, de Aepa, incide en que haya “una regulación del sector” por parte de la Administración.
“Si no generamos un modelo a medio-largo plazo, que no sea estrictamente dependiente de una inyección de capital, fracasaremos. Acabarán los fondos europeos -6.829 millones de euros están destinados a la renovación energética de edificios- y dejaremos de rehabilitar. Es el momento y la oportunidad para revitalizar el parque edificado, y lo tenemos que saber trasladar a la sociedad y a la industria”. Así de tajante se mostraba Francisco Javier Martín, director general de Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), en la asamblea de la Asociación de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat) celebrada en abril de 2021.
Las organizaciones del sector de cerramientos solicitan mejoras en los planes de rehabilitación para que estos sean efectivos
Sin duda, los Planes Renove para la rehabilitación de viviendas tienen un efecto dinamizador en el segmento de cerramientos; no obstante, como expresa Pablo Martín, de Asefave, “son pocas las comunidades que los ponen en marcha”. Para Martín, estos planes tienen una aceptación por parte del ciudadano “muy buena y la dotación presupuestaria se agota en todas las convocatorias”.
Parecida opinión tiene Isabel Larrea, de Asoven, la cual aclara que “la sustitución de ventanas permite un ahorro energético duradero y avanzar hacia la neutralidad climática, al tiempo que supone una mayor calidad en la vida de las personas y apoya la recuperación de un sector crucial de la economía”. Larrea admite que los actuales Planes Renove han dado “un impulso, dinamizando el sector. Prácticamente, la carpintería PVC se está colocando en el 50-60% de los Planes Renove como media en España”.
Dispar punto de vista tiene Oskar Huidobro, de Asoma. El directivo considera que estos prosperarían “si fueran a nivel colectivo (para edificios o vecindarios)”. A su juicio, estas ayudas tienen un enfoque individual y ello “no mejora la eficiencia energética y el aislamiento del edificio”; además, para Huidobro “se debería tener en cuenta toda la envolvente, no solo la ventana”.
También, Luis Rubio, de Aepa, considera que los Planes Renove “no están funcionando bien”. Tres son las razones que resalta para explicar su posición: “La primera es que tienen una duración de un año natural y se lanzan en septiembre; la segunda es que las comunidades de propietarios suelen tener una reunión anual y esta suele ser a principios de año, y la tercera es que los trámites administrativos no son ágiles”, argumenta.
El Código Técnico de la Edificación (CTE), con más de un año en vigor, y el Reglamento de Productos de Construcción son “los principales hitos legislativos que regulan la actividad del sector y la gestión de residuos”, afirma Pablo Martín. El director de Asefave asegura que otros aspectos ganarán importancia en el futuro, como “la economía circular aplicada a los edificios o la gestión de recursos. Es de esperar que a finales de 2021 se apruebe la nueva Ley de Residuos y el concepto de responsabilidad ampliada del productor irá siendo más habitual”.
Oskar Huidobro también señala al CTE como uno de los cambios normativos más influyente, ya que en su opinión “se están endureciendo las prestaciones y eso se traduce en mejoras en nuestros productos”. Ese compromiso en “cumplir las exigencias de las nuevas normativas en materia de ahorro o contención de emisiones de CO2” destaca como una de las prioridades destacadas por Isabel Larrea.
Respecto al marcado CE, hay diferentes criterios sobre su cumplimiento; Pablo Martín considera que “continúa siendo una asignatura pendiente en algunos productos de nuestro sector”, mientras Larrea y Huidobro opinan que “sí se cumple”, y Luis Rubio, de Aepa, a la espera de los resultados de la campaña 2019-2020, apunta que “los últimos datos no eran satisfactorios, ya que seis de cada diez puertas inspeccionadas tenían algún defecto de seguridad”.
En referencia a la seguridad, Rubio señala que los mejores dispositivos para evitar accidentes son “las cortinas infrarrojas y, en segundo lugar, las bandas activas, si bien se debería potenciar más la instalación de esta clase de productos por parte de los fabricantes de puertas y no dejar tanto la regulación de la fuerza a los ajustes del motor”.
El último informe de invierno de Euroconstruct prevé que en nuestro país el sector de la construcción crecerá un +4,5% en 2021, aunque recalca que “la crisis del coronavirus afectará fuertemente a España”. Pablo Martín, de Asefave, vaticina que “a corto plazo no se prevé un parón drástico de la actividad, pero a medio se sigue notando esa incertidumbre a la hora de poner en marcha nuevos proyectos”.
Isabel Larrea, de Asoven, se muestra más positiva, ya que desde su punto de vista “2021 se presenta moderadamente optimista, porque hay 4,5 millones de viviendas susceptibles de ser rehabilitadas”. Al igual que Larrea, Oskar Huidobro, de Asoma, ve “perspectivas muy buenas” a corto plazo, debido a que nota “una mayor demanda de madera y que hay multitud de proyectos”.
Por su parte, desde Aepa, su presidente, Javier Pérez, cree que habrá “un ajuste a la baja”, si bien el vocal de la organización Juan Carlos Erauso estima que “la paulatina recuperación del sector turístico, hostelero, restauración… podrá motivar que se incrementen las reformas en ese nicho”.
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Este artículo aparece publicado en el nº 569 de CIC, págs. 54 a 58.
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