La Eurocámara dio ayer su respaldo al acuerdo establecido con el Consejo para implementar una ley que busca reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la construcción. Esta revisión propuesta de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios tiene como objetivo principal hacer que el sector de la construcción de la Unión Europea sea climáticamente neutro para el año 2050.
La nueva directiva contempla una serie de medidas ambiciosas. En primer lugar, establece que todos los edificios nuevos deben ser climáticamente neutros a partir de 2030, con una fecha aún más temprana para aquellos ocupados por las autoridades públicas o en su propiedad, fijada en 2028. Además, se establecen objetivos de reducción en el consumo de energía para los edificios residenciales, con una meta de al menos un 16% para 2030 y entre un 20 y un 22% para 2035.
Una de las disposiciones más significativas es la eliminación gradual de las calderas de combustibles fósiles en sistemas de calefacción y refrigeración, con el objetivo de eliminar por completo estas calderas para el año 2040. También se establecen requisitos para la instalación de sistemas solares en edificios públicos y no residenciales, así como en todos los edificios residenciales nuevos para 2030.
El ponente Ciarán Cuffe, del grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, destacó la importancia de esta directiva para abordar la pobreza energética y generar empleos locales de calidad en toda la UE. Según Cuffe, esta ley contribuye significativamente al Pacto Verde Europeo al reducir el 36% de las emisiones de CO2 de Europa.
El texto fue aprobado por 370 votos a favor, 199 votos en contra y 46 abstenciones en el pleno de la Eurocámara. Ahora, deberá ser formalmente aprobado por el Consejo de Ministros para entrar en vigor como ley. Y una vez aprobada la directiva, los Estados miembros de la Unión Europea tienen dos años para transponerla a la legislación nacional.
Esta legislación responde a los desafíos planteados en la Conferencia sobre el Futuro de Europa, especialmente en lo que respecta a la independencia energética y la sostenibilidad de la UE. Con los edificios de la UE responsables del 40% del consumo de energía y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, esta directiva busca ser un paso significativo hacia la reducción de la huella ambiental del sector de la construcción en Europa.
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