Nos encontramos a las puertas de una nueva edición de Fimma-Maderalia, la que, sin duda, es la feria de referencia para todos los sectores vinculados al mueble, la madera, el proyecto, la reforma e instalación. Un sector muy heterogéneo pero que posee el denominador común de la innovación y la búsqueda de nuevas soluciones, materiales, revestimientos o materiales a través de unos procesos y mecanizados con un altísimo componente tecnológico vinculado a lo que se denomina la Industria 4.0.
Después de los ya más de dos años de pandemia, la feria Fimma-Maderalia supone un punto de encuentro, permítanme que les diga, más necesario que nunca para todos los que conformamos estos sectores. Suelos de madera, herrajes, pinturas y barnices, tableros, componentes para el mueble de cocina, maquinaria, software…, todos formamos parte del engranaje de una industria que ha sabido hacer de esta pandemia una oportunidad.
Considero fundamental enfocarse en la productividad para compensar la presión en costes que tendremos por la elevada inflación y, de este modo, mejorar la competitividad
La irrupción de la pandemia en nuestras vidas ha provocado diversos cambios en nuestros hábitos diarios, más allá de las obligaciones sanitarias del uso de la mascarilla, el gel hidroalcóholico o las restricciones de aforo. Ha provocado un cambio en la percepción que tenemos de nuestro entorno más inmediato. Los diversos confinamientos nos han hecho pasar muchas horas en casa y muchos hemos redescubierto nuestro hogar, con sus virtudes y sus carencias.
Y son esas carencias las que han actuado de espoleta para nuestro sector. El hogar se ha convertido en nuestra prioridad, y con ello la necesidad de cambiar los suelos, mejorar el baño, crear un nuevo espacio de teletrabajo, redecorar la terraza, pintar esa puerta antigua a la que no le hacíamos caso y ahora la vemos a todas horas…. Salvo las excepciones de la cocina y el baño, antes de la pandemia, la casa ocupaba un lugar germinal en nuestras prioridades de compra, muy por debajo de otras opciones como el ocio, viajes, restauración…
Ahora, la pandemia ha provocado un profundo cambio en estas prioridades. Prácticamente igualándonos a nuestros homólogos europeos, algo que, precisamente, muchos demandábamos. Y tengo que decir que el sector se ha puesto las pilas. A lo largo de 2020 y 2021, los sectores relacionados con la reforma, la construcción, la rehabilitación, el mueble, textilhogar, planta y jardinería, cocina, etc. hemos registrado una gran actividad, que nos ha permitido no solo capear con solvencia los tormentosos tiempos de ERTE’s y restricciones sino, incluso, crecer en nuestras ventas tanto internas como también externas.
Invertir en digitalización y sostenibilidad es clave, aunque nos genere inflación, porque el cliente nos lo está pidiendo y es una inversión claramente de futuro
En esta inercia positiva, este 2022 que acabamos de comenzar parece que, de verdad, ya puede ser un año en el que estoy convencido que, gracias a la vacuna y la evolución de la pandemia, todo va a ir a mejor en términos sanitarios. Parece ser que, superado lo atípico de un entorno condicionado por la pandemia, ahora hay que sentar las bases para que este 2022 no solo superemos la pandemia, sino que también forjemos las bases de un crecimiento sostenido y sostenible para nuestros sectores.
Y en este aspecto es donde tenemos que superar las incertidumbres que se ciernen sobre nuestras industrias. Seguimos teniendo una tasa de inflación alta, unos precios de la energía también muy elevados y unos costes de transporte que en muchos casos son inasumibles para nuestras cuentas.
Además, nos enfrentamos al problema de la escasez y falta de suministro de materias primas, algunas tan fundamentales en nuestro sector como la madera, el metal o los barnices. Situaciones que tensionan la cadena de suministra y que alteran el precio final de los productos y servicios que ofrecemos.
Sin embargo, no me quiero quedar solo con lo negativo y, digamos, más inquietante. También hay que reconocer algunos factores positivos como que seguimos en un entorno de tipos de interés bajos, una demanda todavía elevada y unos fondos europeos que nos van a dar mucha liquidez y posibilidades de crecimiento en el futuro.
En este contexto hay algunas estrategias que nuestro sector puede y debe hacer. Por ejemplo, considero fundamental enfocarse en la productividad para compensar la presión en costes que tendremos por la elevada inflación y, de este modo, mejorar la competitividad. Además, también hay que incrementar la inversión en activos productivos que ayuden a reducir costes y que probablemente tengan rentabilidades superiores a las de los mercados financieros.
Las empresas de nuestro sector deben enfocar bien la estrategia de la compañía alineando bien a toda la organización y reteniendo el talento. Y sin olvidar los pasos agigantados que se están produciendo en nuestra sociedad en materia de digitalización. Nuestro sector, nuestras empresas, no deben ser ajenas a ello y por ello invertir en digitalización y sostenibilidad es clave, aunque nos genere inflación, porque el cliente nos lo está pidiendo y es una inversión claramente de futuro.
En esta coyuntura, el próximo 29 de marzo abrimos las puertas de una Fimma-Maderalia muy esperada por todos nosotros. La última edición fue en 2018 ya que la edición de 2020 -la siguiente que debía celebrarse- se tuvo que aplazar sucesivamente por la pandemia hasta volver de nuevo al ciclo y celebrarse ya en 2022.
Sea como fuere, ya estamos aquí, a las puertas de una feria que el sector espera con muchas ganas y que se presenta con un magnífico escaparate de más de 500 firmas y marcas de 19 países. Sin duda, la celebración de la feria va a ser otro paso a la deseada normalidad y sin duda puede ayudar a conseguir estas estrategias que me parecen necesarias para esta nueva etapa.
Todos estamos deseando volver a la normalidad. La normalidad que nunca habíamos valorado tanto como lo hacemos ahora por las relaciones sociales que, además, son características de los españoles. Fimma-Maderalia nos espera. Bienvenidos a todos y todas.
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Este artículo aparece publicado en el nº 575 de CIC, págs. 60 a 61.
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Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
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