El desarrollo tecnológico de la industria de la prefabricación de elementos de hormigón ha evolucionado de forma significativa en las últimas décadas permitiendo emplear dichos elementos en la construcción de cualquier tipología edificatoria, de una o varias plantas, proporcionando nuevas soluciones constructivas que colaboran a la optimización funcionalde las mismas mejorando sistemáticamente la calidad de lo construido, reduciendo los plazos de ejecución y aumentando la sostenibilidad del proceso constructivo y del bien construido.
Por otro lado, atendemos a una progresiva industrialización de la construcción, especialmente en el área edificatoria, que está transformando la forma de concebir y gestionar los proyectos y la ejecución de las obras. Frente al modelo tradicional, la industrialización no solo implica ir a elementos y sistemas constructivos producidos en fábrica mediante maquinaria cada vez más automatizada, más grandes, más complejos y más pesados y, por tanto, menos dependientes de la mano de obra disponible; implica también una necesaria reorganización de todos los agentes que intervienen a lo largo del proceso, una mejor definición de las tareas que van desde el promotor que decide apostar por este modelo en su proyecto al valorar ventajas como la rapidez, un control más riguroso de plazos y costes, la reducción prácticamente a cero de los residuos, o una mejora significativa de la seguridad de los trabajadores; pasando por el estudio de arquitectura o las ingenierías que diseñan los distintos elementos constructivos junto con los industriales que los proveerán; hasta llegar al constructor que los ensamblará.
Sin embargo, todo este cambio de paradigma que ya estaba plenamente asentado en otras tipologías edificatorias (industrial, logística o comercial) y que comienza a introducirse en otros edificios (residencial, hotelero, etc.) requería de un marco regulatorio que definiera cómo llevarlo a cabo, estableciendo las bases necesarias para optimizar todas las fases del proceso constructivo y la asignación de responsabilidades entre los distintos agentes intervinientes.
Objetivos de la norma
Los elementos prefabricados de hormigón constituyen una de las categorías de productos de construcción más normalizadas. La mayoría de estos productos están ya cubiertos por normas armonizadas y requieren el marcado CE obligatorio, pero faltaba definir un esquema normativo que cubriera los sistemas constructivos para edificios conformados a partir de dichos productos prefabricados de hormigón. La nueva norma UNE 127050 publicada el pasado mes de septiembre por la Asociación Española de Normalización constituye un hito al crear un esquema de referencia que cubra estos sistemas industrializados.
Estos sistemas industrializados se conforman siguiendo una configuración espacial que determina la posición y geometría de los elementos prefabricados de hormigón y sus mecanismos de ensamblaje, pudiendo incorporar otros elementos de materiales distintos, para dotar al conjunto de las características necesarias para cumplir con los requisitos reglamentarios y funcionales que les sean de aplicación en cada caso.
Apartados principales de la norma
La norma se estructura en una parte principal con nueve capítulos, que se completan con una segunda parte que consta de ocho anexos. Son los siguientes:
Capítulos
• Capítulo 1. Objeto y campo de aplicación
• Capítulo 2. Normas para consulta
• Capítulo 3. Términos y definiciones. Entre sus apartados más destacados figuran:
3.1 Elementos prefabricados de hormigón
3.2 Elementos complementarios
3.3 Subsistemas
3.5 Recursos técnicos
• Capítulo 4. Requisitos de comportamiento. Entre sus apartados más destacados figuran:
4.2 A nivel de elementos
4.3 A nivel de subsistemas
• Capítulo 5. Requisitos de fabricación. Entre sus apartados más destacados figuran:
5.3 Requisitos de aplicación particulares
5.4 Autocontrol de la fabricación
5.5 Criterios de aceptación o rechazo derivados del autocontrol durante la fabricación
5.6 Trazabilidad en la fabricación
5.7 Verificación del autocontrol de la fabricación
• Capítulo 6. Requisitos de instalación. Entre sus apartados más destacados figuran:
6.2 Condiciones previas a la instalación
6.4 Autocontrol de la instalación
6.4.5 Tolerancias admisibles en el autocontrol de la instalación
6.5 Criterios de aceptación o rechazo derivados del autocontrol durante la instalación de los elementos prefabricados de hormigón
6.6 Trazabilidad en la instalación
6.7 Verificación del autocontrol de la instalación
6.8 Procedimiento medioambiental para la ejecución de los trabajos de instalación
• Capítulo 7. Evaluación de la conformidad
• Capítulo 8. Documentación y marcado
• Capítulo 9. Mantenimiento
Anexos
• Anexo A. Detalles constructivos de diferentes sistemas industrializados conformados por subsistemas con elementos prefabricados de hormigón (carácter informativo).
• Anexo B. Procedimiento de documentación de los elementos prefabricados de hormigón no normalizados (carácter normativo).
• Anexo C. Procedimiento de documentación de los elementos complementarios (carácter normativo).
• Anexo D. Especificaciones para la realización del autocontrol de la fabricación a nivel intenso (carácter normativo).
• Anexo E. Especificaciones para la realización del autocontrol de la instalación a nivel intenso (carácter normativo).
• Anexo F. Control del acabado superficial de los elementos vistos (carácter informativo).
• Anexo G. Control de recepción en obra (carácter informativo).
• Anexo H. Especificaciones del procedimiento medioambiental para la ejecución de los trabajos de instalación de sistemas industrializados para la construcción de edificios (carácter normativo).
Proyección de futuro
Cada vez hay menos escepticismo al empleo en la construcción de elementos prefabricados (en realidad prácticamente cualquier producto de construcción lo es, viene de fábrica), lo que lo diferencia es la gestión que se haga del mismo, en qué medida forma parte de un proceso más industrializado, es decir, mucho más controlado, preciso, más automatizado y menos dependiente del error humano, estudiado en origen, incrementando el componente de ingeniería y/o arquitectura para así no estar condicionado en la puesta en obra que es donde en la mayoría de las obras se revelan los errores.
Esta norma tiene como objetivo principal cubrir el vacío normativo que había hasta ahora en cuanto a la definición del proceso constructivo completo de cualquier edificio que incorpore en mayor o menor medida sistemas constructivos basados en elementos prefabricados de hormigón. Un mayor rigor documental tanto por parte de proveedores como de receptores, el establecimiento de un esquema de tolerancias geométricas en la instalación, o un elevado componente medioambiental en línea con las cada vez mayores exigencias de sostenibilidad son algunas de las claves que caracterizan a esta norma.
Supone un hito importante para el Comité Técnico de Normalización UNE-CTN 127 de prefabricados de hormigón y cuya secretaría técnica ha desempeñado Andece desde su gestación hace ya 30 años, poniendo las bases para profundizar en el futuro en el alcance de la norma en la medida de que la construcción se apoye cada vez más en procesos industrializados, una tendencia que se estima ya imparable y que se irá imponiendo probablemente en los próximos años.
Referencias
[3] Manifiesto Andece por la edificación industrializada y sostenible.
El proyecto, denominado Balin, forma parte del programa Hazitek de la agencia vasca de desarrollo empresarial SPRI, del Gobierno vasco.
“Tenemos que ser exigentes y pedirle a la Administración que nos dé garantías. Y la garantía puede ser en forma de certificado de sostenibilidad, seguro trienal u otra que valide la propia Administración”, afirma el presidente de Cepco.
Una solución a este desafío es la climatización adiabática, que consiste en el proceso natural de enfriamiento mediante la evaporación del agua.
A diferencia del ladrillo tradicional, presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista.
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Según datos del II Estudio Pluxee de Retos y Tendencias en RRHH 2024, el 58% de las empresas españolas ya han adoptado un modelo de trabajo 100% presencial.
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