La Unión de Empresas Siderúrgicas entiende que es una buena noticia porque supone dotar a todos los operadores del sector de un marco legal que evita la incertidumbre, aunque duda de que, “más allá de los buenos deseos, garantice que la industria disponga de electricidad en los términos competitivos que precisa”.
El consumo de cemento cae en marzo un 15,5%, hasta las 1.164.416 toneladas, según recogen los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento. Esta cifra supone una pérdida de 213.479 toneladas respecto al mismo mes del pasado año, motivada en gran medida por la huelga de transporte, con incidencia heterogénea en todo el territorio nacional.
El consumo de cemento ha crecido en febrero un 14%, hasta alcanzar, en valores absolutos, las 1.269.455 toneladas, siendo el mejor mes de febrero de los últimos cinco años. No obstante, varias empresas cementeras, al igual que otros sectores industriales, han comunicado la interrupción de la actividad de sus hornos por los elevados costes eléctricos derivados de la invasión de Ucrania.
Para la industria siderúrgica española, el ejercicio de 2021 ha sido, desde el punto de vista industrial, un año de recuperación volviendo a cifras preCovid, como señalan desde Unesid. Según esta asociación empresarial española, las perspectivas para 2022 se presentan positivas solo si los precios energéticos, principal amenaza para el sector, se reducen.