La Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS) presentó hace unos días en Madrid el Índice de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG Index & Dashboards 2017), un informe global que elabora la Sustainable Development Solutions Network de Naciones Unidas (SDSN, por sus siglas en inglés) y la Fundación Bertelsmann.
En esta edición del informe han sido analizados un total de 157 países -ocho más que en la edición anterior- y se han incorporado 20 nuevos indicadores -83 en total- que permiten medir con mayor detalle el alcance de cada uno de los objetivos. El documento sitúa a los países analizados en un ranking de rendimiento global, que también permite una comparativa por regiones.
Junto con el análisis global, el Índice ODS elaborado por SDSN ofrece fichas por país en las que se detalla el grado de cumplimiento de cada uno de los indicadores que determinan los avances. Esto permite calificar cada objetivo con un código de colores, en función de una selección de indicadores. El grado de consecución de los objetivos se valora con el verde, amarillo, naranja o rojo, según vaya de mejor a peor.
España, avance moderado
En el caso de España, aunque mejora cinco puntos en relación con el ranking anterior de 2016, colocándose en el puesto 25, pierde algunos de los avances alcanzados en el cumplimiento de la Agenda 2030. Así, en 2017 España ha perdido el único verde que el año pasado obtuvo en el ODS 5, dedicado a la igualdad de género.
En sus calificaciones se encuentran seis rojos, seis naranjas y cinco amarillos. Entre los ODS con peores resultados para nuestro país se encuentran varios relacionados con la conservación del medio ambiente, entre ellos los dedicados al mar y la biodiversidad, o a las emisiones de gases de efecto invernadero.
En este sentido, los datos sobre la disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo, el crecimiento mantenido de las emisiones de gases de efecto invernadero o la falta de una estrategia activa para la protección del océano afectan a los resultados de España en relación a la escena internacional.
Efectos secundarios adversos
Por primera vez, el Índice ha incluido los llamados indicadores con “efectos secundarios adversos”, que valoran la influencia que tienen las políticas y acciones de unos países sobre la capacidad de otros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, el informe arroja datos que muestran cómo un gran número de países industrializados no solo están obteniendo malos resultados para sí mismos, sino que los efectos colaterales de sus decisiones están obstaculizando la implantación de los ODS en los países empobrecidos. “Generar desarrollo en unos países provocando subdesarrollo en otros no es el efecto que se desea conseguir con la agenda de sostenibilidad”, criticó durante la presentación Javier Benayas, profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid, que hizo un análisis detallado del Índice ODS 2017.
Esto constituye una gran innovación porque muchos de estos datos tienden a ser obviados o escasamente medidos en las estadísticas oficiales. Para SDSN, esto demuestra que ciertos elementos del actual modelo de desarrollo -por ejemplo, los elevados niveles de consumo, la existencia de paraísos fiscales o la exportación de armamento- provocan efectos secundarios adversos y están causados principalmente por países de renta alta.
Por otro lado, el ex ministro Miguel Ángel Moratinos, presidente de REDS, destacó en su intervención los avances que se han conseguido tanto a nivel mundial como en España y cómo “se ha trabajado de manera satisfactoria desde todos los agentes: la universidad, las empresas, la sociedad civil y los gobiernos -especialmente los locales y autonómicos-”. Sin embargo, “aún queda mucho por camino por recorrer”, añadió.
En opinión de Moratinos, “la agenda de sostenibilidad ofrece un camino diferente: de bienestar, de justicia, de paz, de solidaridad”, y para lograr que estos objetivos sean una prioridad, es preciso que “los ODS estén en el centro de la acción exterior española”, reclamó el ex ministro.
Por su parte, en la clausura de la jornada, Teresa Ribera, directora de IDDRI (Francia) y presidenta del Consejo Asesor de REDS, señaló que los ODS son “una oportunidad de diálogo social y de participación”. En este sentido, es necesario el compromiso de los países desde el multilateralismo y la cooperación, porque “no se ha llegado ni siquiera a la mitad del camino y hay muchas iniciativas que se pueden poner en marcha”.
Para Ribera, “no podemos hablar de recuperación económica si no tenemos integrada esta agenda, no hay posibilidad de desarrollo empresarial, ni hay posibilidad de convivencia social y de estabilidad sin un compromiso con los ODS”.
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