Ha sido ahora, tras ponerse de manifiesto la relación de la Covid-19 con la calidad de aire, cuando han saltado todas las alarmas, dando el impulso necesario para la adopción de tecnologías innovadoras que permitan mejorar el aire interior, que puede estar hasta 50 veces más contaminado que el exterior, y que influye en la salud y en la productividad de las personas y trabajadores.