Con esta finalidad se plantea que los edificios residenciales tengan que alcanzar, como mínimo, la calificación energética E para 2030 y D para 2033, en una escala que va de la A a la G. Los edificios públicos y no residenciales tendrán que alcanzar las mismas calificaciones para 2027 y 2030, respectivamente.
La primera fase de la convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva realizada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) para rehabilitar edificios públicos de titularidad local se ha cerrado con un gran éxito de participación.