La neutralidad climática que deberemos alcanzar en Europa en 2050 está condicionando cada vez más la operativa de muchas empresas. El sector de la construcción, y más en particular los fabricantes de productos de construcción, tienen una enorme cuota de responsabilidad en contribuir a alcanzar este objetivo global dados los impactos que ocasiona en términos de emisiones ambientales, consumos de recursos o generación de residuos.