Este 21 de octubre se celebra en un contexto especial de crisis energética y escalada de precios a escala global. El escenario de incertidumbre energética que afronta nuestro país de cara a este invierno y la complicada situación derivada de la guerra de Ucrania que afecta a toda Europa han convertido al ahorro energético, más que nunca, en una prioridad.
La nueva factura eléctrica, que ha entrado en vigor desde el 1 de junio y que distingue su consumo por tramos horarios, ha modificado ya muchos de los hábitos de los usuarios para hacer frente a su coste. Ahora bien, los consejos más efectivos para ahorrar van más allá de centrar el consumo en los nuevos periodos llanos y valle.
Según el Barómetro Isove&Placo sobre los hogares, la reducción del gasto en las facturas de suministros es el tercer aspecto más valorado por la población al adquirir una vivienda, tan solo por detrás de la luz natural y de la calidad de los materiales de construcción. Sin embargo, más de la mitad de las personas que conocen la existencia de la clasificación energética de las viviendas desconocen la categoría especifica de la suya.