Si la arquitectura del siglo XXI es la arquitectura de la gente mayor, ¿por qué faltan tantos especialistas en accesibilidad? Y ¿por qué no se valora esta especialidad mucho más por los diferentes colegios de profesionales, instituciones, administraciones y empresas, para así conseguir una marca de calidad en accesibilidad ofreciendo unos espacios, edificios, productos, servicios, con un diseño normalizado y también accesible, incluso personalizado?