Como explican desde el estudio de arquitectura, el objetivo principal del edificio es “propiciar una comunidad que viva y trabaje en él”. Por su propia tipología, funciona en su conjunto como un sistema bioclimático básico pero, más allá de su concepción inicial, el proyecto y la obra han trabajado por conocer los impactos materiales de su construcción y su vida útil. En este sentido, el edificio tiene un pasaporte de economía circular, además de la certificación ambiental Verde.
El sistema de evaluación de Verde refuerza su vínculo con el marco europeo Level(s), el conjunto de indicadores de referencia en la UE que abordan el comportamiento de los edificios durante todo su ciclo de vida. “Gracias a Level(s), los agentes del sector de la edificación disponen de una herramienta holística para medir y mejorar los criterios de sostenibilidad", afirma Bruno Sauer, director general de GBCe.