¿Qué pasaría si dejásemos de construir tanto como solemos? Vaya por delante que, planteando esta cuestión, no pretendo enterrar al sector. Tampoco estoy delirando ni tengo la más mínima intención de elucubrar. Nada más lejos. Poniendo esta pregunta sobre la mesa lo que busco, con toda la humildad y con el mayor espíritu constructivo posible, es abrir un debate necesario encaminado a definir otra nueva vida para el sector. Soy consciente de que la pregunta puede escocer. Pero urge acordar un diagnóstico y responderla.