La Administración se enfrenta a una situación sin precedentes debido al elevado volumen de partidas que se quedan paralizadas: las licitaciones desiertas se disparan un 559% en los dos últimos años, al no encontrar ninguna compañía dispuesta a presentar una oferta. En 2022, se registraron 7.463 concursos públicos desiertos, según los datos de la la firma tecnológica DoubleTrade.