La Comisión Europea obligará a que todas las viviendas tengan un certificado de eficiencia energética E en enero de 2030 y D –o mejor– en enero de 2033. Esta exigencia de Bruselas se incluye en los Estándares Mínimos de Eficiencia Energética (MEPS, en sus siglas en inglés) y plantea un gran reto a un entorno construido como el español, en el que más del 80% de los edificios y viviendas reciben una calificación energética E, F o G.