La producción de agua caliente sanitaria (ACS) está destinada a ser la principal demanda térmica de los edificios, debido a próximas exigencias legislativas europeas y a la construcción de edificios de consumo nulo de energía. Es en este contexto donde la bomba de calor se convierte en la mejor solución para disponer de ACS prácticamente sin emisiones de CO2, debido al uso de energía renovable y a la descarbonización del vector eléctrico.