“Esta jornada es un ejemplo de que el sector quiere profundizar en el conocimiento y buscar soluciones nuevas en construcción”. De esta manera definió Marta Castellote, directora del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC
En este sentido, y según Castellote, ambas herramientas podrían revolucionar por completo el proceso constructivo puesto que hacen que los profesionales del sector trabajen más unidos y por la calidad del producto. “BIM es una herramienta que permite trabajar con todos los intervinientes en los procesos constructivos, es el futuro y supone un salto tecnológico revolucionario”, apostilló la directora del Instituto Torroja, quien destacó que esta tecnología prima “la calidad de los productos frente a la cantidad”.
Cambiar el chip
Ésta es quizá una de las principales conclusiones a las que llegaron los ocho expertos ponentes de la jornada. Como es el caso de José Antonio Tenorio Ríos, de la Unidad de Calidad en la Construcción del IETcc-CSIC, quien animó a los asistentes a dejar de ver cada edificio como un proyecto único. “¿Seguro que cada edificio es un prototipo? ¿No podemos crearlos en serie?”, preguntó el experto. “Yo creo que la construcción no es una industria de hacer prototipos; hay que incluir la diversidad en el proceso constructivo”, continuó Tenorio Ríos, quien imaginó el futuro de la construcción como una “cadena de montaje”.
Pero a pesar de esta cadena, hay que seguir optimizando los productos sin sacrificar la calidad de los mismos, puesto que “optimizar no siempre es economizar”, es adaptarse a las nuevas exigencias como la sostenibilidad. Y es que “el futuro, si no es verde, no es futuro, por lo que el producto tiene que ser sostenible”, añadió.
Para el experto de la Unidad de la Calidad en la Construcción del IETcc-CSIC, para pensar en la construcción del futuro hay, necesariamente, que “pensar distinto; porque innovar es pensar distinto; es darle la vuelta al pensamiento; hacer algo nuevo, algo distinto. Es preciso innovar para hacer cosas útiles”, concluyó.
A continuación, el director técnico de la Asociación Nacional de la Industria del Prefabricado de Hormigón (Andece), Alejandro López, aseguró que la industria de la construcción tiene un gran deber que cumplir: convencer de que estas tecnologías de gestión de información e impresión son el camino. “BIM ya no es el futuro, es el presente, ¿por qué esperar si ya lo tenemos ahí? Estamos ya en proceso de creación de soluciones BIM”, aseguró López, quien defendió la labor del prefabricador como 'conejillo de indias´ de las nuevas tecnologías. “La tecnología no tiene límites pero queda mucho camino por recorrer”, subrayó el director técnico de Andece.
Conocimiento compartido
Tal y como afirmó la moderadora del evento, Maite M. Vendrell, directora de la revista organizadora, la impresión 3D y el BIM vienen para revolucionar la forma de trabajar de los profesionales del sector. Así lo confirmó Javier Alonso, director del Master BIM de la Escuela de Edificación del Colegio Oficial de Aparejadores de Madrid, experto en impresión 3D a gran escala, presidente de la Asociación de Profesionales del BIM (Probim) y director general de Atanga, quien aseguró que esta tecnología reunirá de nuevo a los profesionales en torno al producto. “No hay forma de trabajar en BIM de modo individual: es una herramienta colectiva sí o sí. Ahí entran en juego todos los técnicos”, afirmó Alonso, quien añadió que “una de las grandes ventajas del BIM es que se trabaja con standards” y que la industrialización del sector “favorece a todos”.
“No hay forma de trabajar en BIM de modo individual: es una herramienta colectiva sí o sí. Ahí entran en juego todos los técnicos”, afirmó Javier Alonso, director general de Atanga
Y es que, según todos los expertos en impresión 3D reunidos en la jornada, es precisamente la información la clave del BIM. Mientras que antes las ideas se plasmaban en el ordenador, se imprimían en papel y el ser humano era el que construía ese proyecto, ahora el sistema BIM gestiona toda la información del edificio o de partes del mismo y la imprime en 3D directamente, lo que cambia por completo el funcionamiento del sector. “No hablamos de imprimir piezas iguales propias de la prefabricación sino de imprimir piezas distintas”, afirmó Alonso, de tal manera que la impresión 3D puede ser perfectamente aplicable a la rehabilitación de edificios.
Por su parte, el director de Innovación de LafargeHolcim y representante de Oficemen, Francisco Navarro, reconoció que, hasta ahora, ha existido poca comunicación entre los agentes del sector. “Hemos escuchado poco al arquitecto y al constructor, y viceversa. Sin la innovación abierta y el conocimiento compartido no se consigue nada”, matizó Navarro.
En cualquier caso, el director de Innovación concluyó que la impresión 3D va a ser, inevitablemente, una realidad: “Puede que los tiempos sean diferentes, pero acabará siendo un elemento más de trabajo para los arquitectos y las constructoras”.
El reto: simplificar la tecnología
Tras la pausa para el café, momento en el que todos los asistentes pudieron conocer de cerca las impresoras 3D presentes en el hall de entrada del IETC-cc, pertenecientes a las empresas Printed Dreams y EntresD, el arquitecto de Somfy Albert López, que hizo entrega al público asistente del libro "La fachada dinámica. El primer control energético del edificio", incidió durante su intervención en que “debemos estar preparados para el cambio tecnológico”, y por eso, “nosotros, desde Somfy, venimos a tratar de cambiar algunas cosas; a aportar cosas”. En su opinión, las ventanas son uno de los elementos más interesantes de una construcción “porque son la relación entre el exterior y el interior del edificio”, y además “inciden directamente en la calificación energética” de un inmueble.
Desde Somfy tienen claro que BIM es el futuro: “Todos nuestros productos están en BIM porque consideramos que es el futuro; es una democratización de la arquitectura", explicó el arquitecto Albert López
La propuesta de Somfy para tratar de dar el salto tecnológico en “un elemento constructivo que siempre ha estado ahí” -la ventana-, y que “no es un elemento solo, aislado sino que está integrado dentro del conjunto de la vivienda”, es “introducir la ventana en el mundo del Internet of things”. Es decir, “proponemos que la ventana no sea un elemento pasivo sino activo, añadiéndole una capa tecnológica compuesta por un sensor más un motor, para que tanto el ahorro como el confort sean posibles de una forma sencilla, y que además pueda manejarse fácilmente desde un móvil”.
Y es que para Albert López, el problema de la tecnología reside muchas veces en su complejidad. “¿Por qué la ventana no puede ser como un electrodoméstico, que pueda colocarse entera (ventana, persiana, motor, etc.) y que funcione sin más?”, se preguntó en voz alta el experto de Somfy. “Es preciso simplificar las cosas. La tecnología tiene que ser modular, implementarse poco a poco y que la gente pueda decidir lo que quiere controlar”, añadió.
Albert López subrayó que en esta carrera tecnológica, desde Somfy tienen claro que BIM es el futuro: “Todos nuestros productos están en BIM porque consideramos que es el futuro; es una democratización de la arquitectura. Puede ser el abrelatas de un proyecto y la industrialización también”. No obstante, también subrayó que “todo esto no funcionará si no hay tres amigos: las empresas, con su parte de innovación y trabajo; el arquitecto, con su conocimiento; y la Administración, para favorecer su impulso”.
Proyectos concretos
Jorge Rodríguez Julian, responsable de Innovación Ambiental y TIC´s (Vías, Grupo ACS) y coordinador del proyecto 3DCONs, aseguró en su exposición para explicar este proyecto que introduce conceptos innovadores en el escenario de la impresión 3D y que le sitúan como un proyecto pionero incluso a nivel internacional, que lo que abarata la impresión 3D es “hacer 100 piezas de formas diferentes, con pequeñas variaciones o radicalmente distintas, pero no 100 piezas iguales”, puesto que “para la fabricación en serie, la impresión 3D no tiene sentido”. “El componente forma no es un coste; en impresión 3D la forma es gratis, y es precisamente aquí donde la prefabricación no es eficiente”.
En su caso, Rodríguez Julián explicó su experiencia en el proyecto de impresión digital 3DCONS, del que es coordinador. Dicho proyecto cuenta con tres variables fundamentales: el material, la tecnología y sus posteriores aplicaciones. La combinación de cemento, cal y yesos son “las tintas” utilizadas para la impresora de edificios de 3DCONs, mientras que la tecnología utilizada ha sido BIM como “herramienta de diseño y gestión de la información”.
Entre las aplicaciones de este proyecto encontramos los productos prefabricados y los elementos verticales como fachadas. “Toda la información recogida en BIM tiene que generar un diseño al ordenador que se convierte en una orden de impresión (…) que luego la impresora construye”, explicó el coordinador del proyecto, quien aseveró que hay que aprovechar la información de forma integrada para optimizar el diseño teniendo en cuenta que va a ser impreso.
Según Jorge Rodríguez Julián, coordinador del proyecto 3DCONS, “la impresión 3D es un reto a nivel nacional e internacional. Está llegando a muchos sectores, no hemos llegado tarde a la carrera, lo importante es que la revolución la hagamos desde dentro”
Rodríguez Julián mostró su convencimiento de que “todo va a pilotar mucho en torno a BIM; en el caso que nos ocupa: es necesario para imprimir en 3D? Pues no, no es necesario, pero tiene poco sentido si cada vez va a ser más el standard a utilizar”. El coordinador del proyecto 3DCONS añadió que “la impresión 3D es un reto a nivel nacional e internacional. Está llegando a muchos sectores, no hemos llegado tarde a la carrera, lo importante es que la revolución la hagamos desde dentro”, “y no seremos conscientes de todas las posibilidades que nos brinda esta tecnología hasta que no empecemos a palpar con ello. Seguro que ni nos imaginamos muchas de las funcionalidades y soluciones que vendrán después”, concluyó el experto.
Por su parte, Juan Carlos Piquero, jefe de Proyectos del Área de Fabricación Avanzada de Prodintec, aseguró que ya son muchos los sectores que demandan piezas en impresión 3D como es el caso de la energía, la aeronáutica e incluso la automoción, como la Fórmula 1. Y es que Prodintec lleva años trabajando duro en su proyecto de impresión CON3D basado en la impresión a gran escala utilizando la tecnología de fabricación aditiva. “La fabricación aditiva consiste en la fabricación de piezas a partir de un modelo 3D, sin moldes ni utillajes, mediante la disposición de capas de material y su consolidación a través de la tecnología”, explicó Piquero.
CON3D es la primera iniciativa a nivel nacional de fabricación aditiva aplicada a la construcción y ha dado sus frutos puesto que, gracias a varios vídeos visionados durante la jornada, los asistentes pudieron ver la construcción de un pilar en impresión 3D en aproximadamente 10 minutos, mientras que solo hicieron falta 12 para la creación de una viga.
¿Cocer edificios?
Una de las presentaciones más rupturistas fue la de Alexandre Dubor, experto en fabricación digital del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (Iaac), quien expuso los proyectos de investigación de los estudiantes que forman parte de esta institución. Más allá de los materiales tradicionales, desde el Iaac apuestan por la impresión digital utilizando materias primas de la naturaleza como soporte o tinta, como es el caso de la impresión sobre arena o la impresión con arcilla o polvo de metal, “quizá más pensado, este último, para otras disciplinas como la escultura”. “La idea es que el arquitecto vuelve a estar más cerca del material al contrario que en años anteriores”, explicó Dubor.
Pero los retos están para superarlos y, prueba de ello, es la presentación del Proyecto Pylos, dedicado a la búsqueda de un tipo de arcilla capaz de endurecerse en el proceso de secado “sin tener que cocer el edificio”, afirmó Dubor.
Además de la investigación del proceso de impresión 3D, esta institución estudia las “máquinas para crear otras máquinas de impresión” y está ensayando “la impresión in situ” y sin soportes, explicó Dubor, quien puso como ejemplo “la propuesta de Contour Crafting para construir casas en la Luna o en Marte”. En este sentido, Dubor lanzó la idea final de que, más allá de lo que la tecnología pueda aportarnos, la búsqueda de nuevos caminos constructivos podría estar también orientada a que “los arquitectos hagamos un esfuerzo por repensar la construcción y las viviendas del futuro, porque quizás no tengan por qué ser como lo que hemos conocido hasta ahora”.
El evento, que contó con el apoyo del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC), el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), el Colegio de Aparejadores de Madrid y la revista Automática e Instrumentación, y con las entidades colaboradoras Somfy, Printed Dreams y EntresD, finalizó con el turno de preguntas del público asistente a los expertos participantes en la jornada.
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Para conocer más opiniones vertidas por los ponentes expertos en el transcurso de esta jornada, recomendamos leer en el próximo número de la revista CIC Arquitectura y Sostenibilidad el artículo extenso que dedicaremos a la celebración de este evento. Asimismo, para tener acceso a las ponencias de la jornada, pinchar AQUÍ.
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